Debido a estos aranceles, puede surgir una escasez de equipos necesarios para el tratamiento del coronavirus, la mayoría de los cuales se fabrican en China. Los productos que todavía se importan a EEUU aumentarán significativamente su precio en comparación con la situación sin una guerra comercial, señala la periodista de CNBC, Audrey Cher.
Cher también llama la atención sobre el hecho de que otros países que no han introducido medidas estrictas sobre las importaciones procedentes de China tienen más éxito en la lucha contra el coronavirus y su propagación, mientras que Estados Unidos se ha convertido en el líder mundial en el número de casos detectados de COVID-19. Actualmente, se han registrado más de 555.000 infectados y 22.000 muertes en el país.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China comenzó a finales de 2017 con la introducción de aranceles sobre una serie de bienes producidos en China e importados por Estados Unidos. Posteriormente, su lista se expandió. A principios de 2020, las partes iniciaron la primera fase de un acuerdo sobre la relajación mutua de las medidas restrictivas, en virtud del cual, Pekín se comprometió a comprar más productos estadounidenses, pero no se habla de un alto el fuego final.