BUENOS AIRES.- Un informe del RENAR (Registro Nacional de Armas), incorporado a la investigación en torno a la muerte de Alberto Nisman que encabeza la fiscal Viviana Fein, consignaría que tanto el propio titular de la UFI AMIA, como su asistente técnico y único imputado en la causa, Diego Lagomarsino, no contaban "autorización para la tenencia de armas" ni su "portación".
Fuentes judiciales aseguran que el informe del RENAR confirma que el fiscal Alberto Nisman "no poseía autorización para la tenencia de armas, atento que no se encontraba inscripto como legítimo usuario en ninguna de las categorías" establecidas por el Registro.
A su vez, dan cuenta de que el fiscal era dueño de una "pistola semiautomática Bersa calibre 22", que fue encontrada la semana anterior en la baulera de la casa de su madre, Sara Garfunkel, y tuvo un revólver marca Rossi calibre 38, que transfirió a otra persona a mediados de junio de 2009.
La Bersa calibre 22' fue reempadronada por Nisman en octubre de 1993, y desde entonces, no volvió a renovar la documentación pertinente.
Por su parte, el técnico Diego Lagomarsino también carecía del permiso para la tenencia de armas, puesto que "su condición de legítimo usuario" estaría vencida desde el "1° de abril de 2007".
Desde la muerte del fiscal, el 18 de enero del corriente, muchas especulaciones surgieron en torneo al arma: Lagomarsino siempre sostuvo que Nisman le pidió un arma, para defenderse y proteger a su familia, por lo que regresó el sábado anterior y le entregó la Bersa calibre 22' con la que se efectuó el disparo que culminó con su vida. ¿Por qué se la pidió, si tenía una en casa de su madre?
Por lo pronto, ninguno de ellos habría tenido el permiso correspondiente para tener ni portar armas, y la fiscal Fein ya estaría notificada de ello. (Redacción El Intransigente)
Si la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner quiere superar la crisis política que vive el país, tras la misteriosa muerte del fiscal que la había acusado de tratar de encubrir la responsabilidad de Irán en el atentado terrorista de 1994 contra el centro comunitario AMIA de Buenos Aires, debería pedir una veeduría internacional de la investigación.
Hasta el momento de escribirse estas líneas, no lo ha hecho. La presidenta no ha solicitado ningun tipo de ayuda externa para darle un mínimo de credibilidad a la investigación de la muerte del fiscal Alberto Nisman, que estaba a cargo de la causa AMIA, el atentado terrorista de hace dos decadas que dejó 85 muertos y 300 heridos.
Nisman fue encontrado muerto en su cuarto de baño con una pistola calibre .22 el fin de semana pasado, un día antes de que debía comparecer ante el Congreso para dar nuevas pruebas de su acusación contra Fernández y su canciller Hector Timerman. El fiscal los había acusado de haber conspirado con Irán para tratar de levantar las órdenes de captura internacionales contra los funcionarios iraníes sospechosos de haber perpetrado el atentado a la AMIA, a cambio de petróleo iraní.
A juzgar por la larga entrevista que Nisman dio al canal TN dias antes de su muerte y un correo electrónico que me envió el día de su muerte —en el que decía que “obviamente” le interesaba hacer una entrevista después de su testimonio ante el Congreso— Nisman estaba muy seguro de sí mismo y ansioso por declarar ante el Congreso. Incluso había dejado una lista de compras a su empleada doméstica para que fuera al supermercado al día siguiente.
La presidenta Fernández primero dijo en su página de Facebook que había sido un “suicidio”, y pocos días después —ante la incredulidad pública— afirmó que ahora estaba convencida que no se había tratado de un suicidio. Sus contradictorias afirmaciones, y la divulgación posterior de escuchas telefónicas que formaban parte de la acusación de Nisman —que avalan las acusaciones del fiscal sobre el pacto del gobierno argentino con Irán— han causado un descreimiento generalizado de la sociedad en el gobierno.
“Hoy, lamentablemente, el gobierno argentino tiene cero credibilidad”, dice Santiago Cantón, director del Centro Robert F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos en Washington D.C. “La única forma de resolver esta investigación de una manera que sea creíble para la sociedad argentina es pedir la ayuda de expertos internacionales”.
Muchos países piden rutinariamente ayuda técnica extranjera para resolver casos criminales, como Francia lo hizo tras el reciente ataque terrorista a la revista Charlie Hebdo, o México cuando pidió la ayuda de peritos forenses para tratar de esclarecer el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala en septiembre pasado.
Líbano creó un tribunal penal internacional, integrado por once juristas nacionales y extranjeros y con sede en La Haya, para investigar el ataque terrorista del 2005 que acabó con la vida del ex primer ministro Rafic Hariri y otras 21 personas. El tribunal especial concluyó que Hariri fue asesinado por el grupo terrorista Hezbollah.
Del mismo modo, Guatemala pidió una comisión investigadora internacional supervisada por la ONU para investigar el escándalo que sacudió al país en el 2009, cuando el abogado Rodrigo Rosenberg fue asesinado tras dejar un videotape en el que acusaba al presidente Álvaro Colom y a su esposa de querer matarlo.
Tras la muerte de Rosenberg y la difusión del video, hubo manifestaciones masivas exigiendo la renuncia del presidente. Nadie creía en el dictamen de los investigadores guatemaltecos que decía —por más absurdo que sonara— que Rosenberg había orquestado su propia muerte para derrocar al gobierno. La Comisión de la ONU Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) hizo su propia investigación, y concluyó que el extraño asesinato efectivamente había sido encargado a través de terceros por el propio Rosenberg.
Otros países han invitado equipos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos para conducir investigaciones políticamente explosivas, como México lo está haciendo ahora con el caso de los 43 estudiantes desaparecidos.
Mi opinión: El mejor favor que Fernández podría hacerse a sí misma sería nombrar una comisión internacional de expertos que sea creíble —no como la que creó UNASUR para mediar en Venezuela, que ha sido un chiste— para supervisar o observar la investigación del caso AMIA.
Como están las cosas, nada de lo que diga el gobierno o la justicia argentina será creíble para la mayoría de los argentinos. Hay que abrir un nuevo capítulo. Si la presidenta quiere sobrevivir a esta crisis política y restaurar la confianza en las instituciones, debería nombrar un fiscal especial independiente, o invitar a expertos de otros países, o designar una comisión de observación o supervisión internacional, o todo lo anterior
En tres oportunidades el fiscal se mostró de acuerdo con la idea
Cuando Nisman estaba a favor de un memorándum con Irán
“La recibe con beneplácito y la encuentra altamente positiva”, respondía Nisman sobre la idea de un acuerdo cuando lo proponía Interpol. Después, pese a que fue aprobado por el Congreso, pasó a considerarlo un delito.
Nisman después denunció a CFK y a Timerman por el memorándum. Imagen: Arnaldo Pampillon
La secretaría general de Interpol propuso en 2008 la formación de una Comité Jurídico Mixto argentino-iraní “que pudiera resolver las ambigüedades y malos entendidos que rodean la instrucción de la causa. Tal Comité podría trazar una hoja de ruta o acordar un Memorándum de Entendimiento para avanzar en la resolución del caso”. La propuesta fue trasladada al fiscal Alberto Nisman quien contestó tres veces “que toda medida que implique cooperación que tenga por finalidad materializar y dar respuesta eficaz a los requerimientos, la recibe esta Unidad Fiscal con beneplácito y la encuentra altamente positiva”. La documentación demuestra que lo que para Nisman era altamente positivo no sólo se convirtió después en negativo sino incluso en un delito, pese a que el Memorandum del que se hablaba en ese diálogo con Irán y con Interpol se convirtió después en una ley votada por las dos cámaras del Congreso. El fiscal Gerardo Pollicita prepara a las apuradas y para meterlo en tiempos electorales el pedido de indagatoria para la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ex canciller Héctor Timerman porque lo que Nisman vio como altamente positivo es calificado ahora como un encubrimiento y hasta un acto de traición a la patria.
La secuencia documental empezó en febrero de 2008 cuando la Policía Federal, que es la sección argentina de Interpol, le informó al ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, de la existencia de una comunicación de Interpol. El 8 de febrero de 2008, con la firma del comisario Néstor Valleca, la Federal le señaló al ministro que la secretaría general de Interpol recibió una propuesta de Irán para iniciar un diálogo en el marco de la organización internacional de policía sobre la causa AMIA. En concreto lo que se propone es “discutir la cooperación de ambos países” en el expediente del atentado.
A lo largo de los años, desde que la justicia argentina imputó a los ciudadanos iraníes por el atentado, Interpol buscó algún tipo de acercamiento. Es que se trata de un caso atípico. Interpol normalmente busca prófugos en causas de narcotráfico o de organización criminal. En esos casos los Estados no respaldan a los prófugos. En la causa AMIA existe –según Interpol– un conflicto entre dos Estados que son miembros y por eso la actitud siempre fue buscarle una solución negociada.
Después que Aníbal Fernández recibió aquella primera nota de la Policía Federal, le trasladó la cuestión a quien estaba encargado de la investigación, el fiscal Nisman. La nota del entonces ministro tiene fecha del 20 de febrero de 2008. Nisman contestó a la notificación de Aníbal Fernández señalando que “que toda medida que implique futura cooperación la recibe la fiscalía con beneplácito y la encuentra altamente constructiva”. Firman la respuesta el propio Nisman y su secretario Fernando Scorpaniti.
El 1º de abril de 2008 la gestión sale de la órbita policial y se afina la propuesta a través de una carta que el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino le envía a Nisman. La Cancillería transmite las precisiones a partir de un diálogo mantenido en Irán por la representación diplomática argentina en Teherán.
En concreto lo que se propone es lo siguiente:
Irán pregunta por la disponibilidad argentina para constituir “un Comité Mixto” de juristas.
Ese Comité podría trazar una hoja de ruta o “acordar la firma de un Memorandum de Entendimiento” que podría avanzar concretamente en la resolución del caso.
La nota está firmada por la directora de asistencia jurídica de la Cancillería, María Seoane de Chiodi. Además, se acompaña un texto del Encargado de Negocios de Argentina en Irán, Mario Quinteros, quien además detalla que las autoridades de Teherán proponen la visita del juez Rodolfo Canicoba Corral, el fiscal Nisman y la defensora oficial para que se avance en las tratativas. Quinteros menciona la idea de que Irán incluso estaría dispuesto a redactar un texto–borrador del eventual acuerdo.
Nisman vuelve a contestar el 8 de abril de 2008 con un oficio muy similar al anterior. Toda iniciativa de cooperación es “recibida con beneplácito y resulta altamente constructiva”. No es que el fiscal pusiera alguna condición o sugiriera que no se puede negociar nada que no sea la presencia en la Argentina de los sospechosos o que no corresponde ninguna comisión mixta. Nisman y su secretario vuelven a contestar, por segunda vez, que es positiva la búsqueda de cooperación con Irán, aún cuando ya está claro que se habla de Memorándum y de Comisión Jurídica Mixta. El texto se adjunta a la causa y, además, se realiza una transcripción en forma de respuesta a la Cancillería. O sea, hay tres aceptaciones de Nisman respecto de avanzar en la cooperación con Irán para buscar algún camino e incluso firmar un Memorándum.
Es público y notorio que los sucesivos cancilleres argentinos, por instrucciones de Néstor y Cristina Kirchner, siempre buscaron alternativas. La idea de hacer un juicio en un tercer país se barajó varias veces, incluso se mencionó a Marruecos como posible sede. La intención fue pública y replicaba lo ocurrido con el atentado de Lockerbie cuando el Reino Unido y Libia acordaron hacer el juicio a los dos supuestos terroristas en una base norteamericana en Holanda. En aquella oportunidad el mediador fue nada menos que Nelson Mandela.
Después de firmado el Memorandum, en enero de 2013, el texto pasó por el juez, luego por la Cámara Federal, por el Congreso, después nuevamente por el juez Daniel Rafecas, otra vez la Cámara y luego la Casación lo declaró inconstitucional. En todo el proceso, ni siquiera los que se opusieron, los que votaron en contra ni los que declararon la inconstitucionalidad sostuvieron que podría tratarse de un delito. Y como se ve, hasta Nisman dio su visto bueno en 2008.
Nueve años después, lo que prima es la alianza mediática-política-judicial, con sede en Comodoro Py, que no sólo tiene un eje electoral y, más allá de los comicios, busca desesperadamente una condena a la ex presidenta y al ex canciller. Sólo eso explica el pedido de indagatoria que prepara el fiscal.
Diego Lagomarsino, eje de la embestida de Arroyo Salgado. Fue quien le prestó el arma a Nisman. Para la jueza, esconde información. Foto: Cedoc
Luego de que el miércoles pasado, la Corte Suprema de Justicia rechazara el último pedido de la defensa de Diego Lagomarsino para frenar la conformación de una junta interdisciplinaria que investigue la muerte de Alberto Nisman, la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal publicó todos los recursos que el ex empleado de Nisman utilizó para cuestionar y demorar la realización de dicha junta, a los miembros encargados de hacerla y a los jueces federales de las distintas instancias que deben intervenir en la causa.
Integrada por los jueces Gustavo M. Hornos (presidente) y Mariano Hernán Borinsky, la Sala resolvió:
1) Con fecha 29 de marzo de 2017, la Sala IV resolvió no hacer lugar a la queja interpuesta por la defensa de Lagomarsino contra la decisión de la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal que confirmó el rechazo del planteo de nulidad deducido por la defensacontra el dictamen del Fiscal Federal Taiano (en quién se encuentra delegada la investigación) que dispuso la convocatoria de la junta interdisciplinaria a cargo de la Dirección de Criminalística y Estudios Forenses de la Gendarmería Nacional Argentina, para establecer las causas de la muerte de Nisman.
3) Con fecha 31 de julio de 2017, la Sala IV resolvió no hacer lugar a la queja interpuesta por la defensa de Lagomarsino contra la decisión de la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal que confirmó el rechazo del pedido de recusación del perito tecnológico, Ingeniero Presman, propuesto por las hijas del fiscal Nisman.
4) Con fecha 13 de septiembre de 2017, la Sala IV resolvió denegar la vía extraordinaria a la Corte Suprema de Justicia de la Nación solicitada por la defensa de Diego Ángel Lagomarsino.
5) Con fecha 24 de agosto de 2017, la Sala IV resolvió no hacer lugar a la queja interpuesta por la defensa de Lagomarsino contra la decisión de la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal que rechazó un recurso de queja, por apelación denegada, contra la decisión del juez federal que no hizo lugar al pedido de recusación de los peritos de Gendarmería Nacional designados para intervenir en la pericia.
6) Con fecha 24 de agosto de 2017, la Sala IV resolvió no hacer lugar a la queja interpuesta por la defensa de Lagomarsino contra la decisión de la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal que confirmó el rechazo del pedido de nulidad solicitado por esa parte contra un punto del dictamen fiscal que no convocó a declaración testimonial de los peritos que realizaron la pericia psicológica.
7) Con fecha 13 de septiembre de 2017, la Sala IV resolvió no hacer lugar a la queja interpuesta por la defensa de Diego Lagomarsino contra la decisión de la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal que había confirmado el rechazo “in limine” de la recusación solicitada por esa parte respecto del juez federal Ercolini.
En el Gobierno nacional crece la sospecha sobre Diego Lagomarsino como posible autor o partícipe del asesinato del ex fiscal de la AMIA Alberto Nisman, y por eso se dispuso un mecanismo discreto de vigilancia para evitar que se fugue, si la causa avanza.
El operativo de monitoreo a Lagomarsino se efectúa con efectivos de fuerzas de seguridad vestidos de civil y en forma muy discreta para evitar que el técnico informático pueda esconderse, según publicó el diario La Nación..
En la Casa Rosada descuentan que el juez Ercolini podría tener que llamarlo a declaración indagatoria. Sobre todo, después de que se trascendiera el peritaje de Gendarmería que sostiene que a Nisman lo asesinaron.
Si bien hoy Lagomarsino no está imputado y no tiene prohibición de salir del país, las fuerzas de seguridad que lo monitorean: observan sus movimientos para que, en el caso de que existan sospechas, los efectivos den aviso inmediato al fiscal Eduardo Taiano para que tome las medidas correspondientes.
El técnico informático tiene su domicilio en la localidad bonaerense de Martínez.
"Los efectivos están de civil, lo monitorean a distancia prudencial, no es algo oficial ni pedido por el juzgado, pero es algo que hay que hacer para prevenir una eventual fuga", dijo a LA NACION un funcionario que está al tanto de esas decisiones en la Casa Rosada. "Esa es una obligación de las fuerzas de seguridad", señaló ese informante.
"Es un discreto trabajo de apoyo a la tarea del fiscal. Sólo averiguar y ver", señalan en el gobierno de Macri.
Si no tiene una orden judicial que le prohíba salir del país, Lagomarsino podría tomar la decisión de viajar sin el permiso de la Justicia. En teoría, ninguna fuerza de seguridad lo podría detener antes de embarcarse o de cruzar una frontera. Sin embargo, en las esferas oficiales aclararon: "Si vemos que está por irse, se le avisa al fiscal para que dé las ordenes pertinentes". Los funcionarios admiten que ante cualquier compra de pasajes o decisión tendiente a viajar por parte de Lagomarsino, existen maneras de obtener esa información a tiempo para evitar una fuga.
La Cámara Federal reclamó que se investiguen las cuentas en el exterior a nombre de la madre y la hermana del fiscal
Alberto Nisman y el lavado de dinero: La causa que Comodoro Py nunca quiso investigar
Los camaristas exigieron que se investigue el presunto lavado de dinero detectado a partir de una cuenta con más de 600 mil dólares que el fallecido Alberto Nisman tenía en Estados Unidos.
La Cámara Federal puso en palabras lo que hace rato era evidente: la causa por presunto lavado de dinero que se abrió con el hallazgo de una cuenta con más de 600 mil dólares que el fallecido Alberto Nisman tenía en Estados Unidos a nombre de su hermana Sandra Nisman, su madre Sara Garfunkel y el técnico informático Diego Lagomarsino, está en la nada, tal como la dejó el fallecido juez Claudio Bonadio. Nisman sólo figuraba como apoderado, lo que en un comienzo había duplicado las sospechas de que podría haberla utilizado para mandar allí dinero que no podía explicar. Los camaristas Mariano Llorens y los reincorporados por un tiempo Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia señalaron en un recurso de otro de los imputados, el empresario Claudio Picón, que "a la luz de la demora que exhibe el trámite del presente legajo, se torna necesario instar al juez de la anterior instancia a arbitrar los medios necesarios para que se avance en la pesquisa con la mayor celeridad que la investigación lo permita".
En marzo de 2015, dos meses después de la muerte del fiscal, su ex esposa, la jueza Sandra Arroyo Salgado, sorprendió cuando se presentó a declarar ante la fiscal Viviana Fein e informó que Nisman y Lagomarsino --quien como es sabido es el dueño del arma de la que salió el disparo mortal-- tenían una cuenta en el banco Merrill Lynch de Nueva York. El dato, en rigor, venía de la hermana de Nisman, que quería acceder a la cuenta y no tenía la contraseña y en el banco le dijeron que la tenía Lagomarsino. A partir de esta situación se abrió una investigación en Comodoro Py, que en un comienzo estuvo a cargo del juez Rodolfo Canicoba Corral y del fiscal Juan Pedro Zoni, luego deportado de los tribunales de Retiro por el procurador interino, Eduardo Casal. Según se pudo constatar entonces, la cuenta tuvo movimientos entre septiembre de 2012 y agosto de 2014 por lo menos. La AFIP reportó que no era una cuenta declarada. Algunas de las transferencias sospechosas que figuran son de una empresa en Hong Kong, Rodfa Limited, por 134 mil dólares, hay otra del financista Damián Stefanini por 150 mil dólares y el empresario Picón aparece con 72 mil dólares. Stefanini desapareció de la faz de la tierra tres meses antes de que Nisman apareciera muerto. Nunca se supo más nada de él.
Tanto Sandra Nisman, como Garfunkel, Lagomarsino y Picón fueron imputados y llamados a indagatoria por el fiscal Zoni y el ex juez Canicoba Corral. El informático dijo que Nisman le había pedido que figurara su nombre, como una suerte de testaferro, porque él era una persona expuesta y no podía por su cargo. Canicoba dijo públicamente que estaba convencido de la hipótesis del lavado y fue apartado de la causa por la Cámara Federal. Ahí fue cuando el caso pasó a manos de Bonadio, que dejó el expediente en el freezer. En la mayoría de los despachos de Comodoro Py hubo resistencias a avanzar con este expediente porque dejaba a la vista los posibles niveles de corrupción de Nisman, cuya muerte y figura fue utilizada para atacar al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, tal como fogoneaba el macrismo. Además, es factible que el dinero negro estuviera vinculado a organizaciones de la derecha de Estados Unidos y de Israel, interesados en financiar las acusaciones. De hecho, alguno de los movimientos de la cuenta en cuestión estarían vinculados a un banco israelí.
Lo cierto es que la causa está en punto muerto, con la excusa de que hay recursos de los imputados pendientes de respuesta en la Corte Suprema. Pero además, hasta el juez actual, Marcelo Martínez de Giorgi, a comienzos de año y tras la muerte de Bonadio intentó mandar la causa al fuero penal económico, pero se la devolvieron. El único fiscal que avanzó fue Zoni. Luego lo sucedieron Gerardo Pollicita y Eduardo Taiano y no hubo grandes movimientos. Además de la cuenta en Nueva York, en la causa también hay datos sobre otra cuenta en Uruguay y varias propiedades en ese país.
Lo que resolvió la Cámara se desprende de una presentación de Picón, que figura como el dueño del auto de alta gama Audi que utilizaba Nisman. Picón reclama sus legajos del Registro Automotor de los vehículos de su empresa Palermopack SA. La Cámara decidió darle la razón y devolverle los papeles, en este fallo que destaca que en nada avanzó la investigación. Para hablar de la demora primero los camaristas aludieron al recurso de Picón: "Si bien pudo haber sido razonable requerir la documentación en cuestión en aquella oportunidad, el tiempo transcurrido desde la incorporación de los legajos al expediente, la ausencia de un concreto avance en el sentido de la hipótesis investigada, se presentan como factores suficientes para restar sustento al rechazo ahora cuestionado" (que venía de primera instancia).
Cuando Zoni, cinco años atrás, pidió las indagatorias que quedaron en el aire, dijo que los imputados habían logrado "con su accionar que se introduzcan fondos de origen espurio en el circuito legal”. "Se ha logrado establecer --afirmaba-- la existencia de distintos bienes y fondos, que a pesar de aparecer vinculados a distintas personas que actuaran como testaferros, en realidad eran propiedad de Natalio Alberto Nisman”.
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