Los ex presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso, respaldaron al presidente Alberto Fernández en su decisión de resistir a la iniciativa de Brasil de reducir las tarifas de importación en forma unilateral dentro del Mercosur. Cardoso y Lula se pronunciaron a través de un comunicado.
"Acordamos con la posición del presidente de Argentina, Alberto Fernández, de que este no es el momento para reducciones tarifarias unilaterales por parte del Mercosur, sin ningún beneficio para las exportaciones del bloque", dice el texto.
Se trata de una inédita posición conjunta de dos rivales políticos históricos contra la política ultraliberal de apertura del Mercosur que emprende Paulo Guedes. El ministro de Economía de Brasil defiende una reducción del Arancel Externo Común para permitir el ingreso de productos importados de otras regiones con menos tarifas en Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil. Además, el gobierno de Bolsonaro impulsa que cada país pueda negociar unilateralmente (contra lo que indica el Tratado de Asunción de los fundadores del bloque) acuerdos de libre comercio con regiones y países sin tener el consenso de los otros integrantes.
Cardoso gobernó entre 1995 y 2003. Lula lo sucedió en 2003 y se mantuvo en el poder hasta 2010. El líder del PT perdió con Cardoso las dos elecciones que llevaron al poder al sociólogo y es favorito para ganar los comicios de 2022, en los que Jair Bolsonaro buscará su reelección.
"Concordamos también en que es necesario mantener la integridad del bloque para que todos sus miembros desarrollen plenamente sus capacidades industriales y tecnológicas y participen de modo dinámico y creativo en la economía mundial contemporánea", afirman los ex presidentes, que se reunieron recientemente en un hecho histórico como opositores al mandatario ultraderechista.
Durante los 580 días de prisión que pasó por el caso Lava Jato con motivo de una condena anulada en marzo pasado, Lula fue visitado en 2019 en su celda por el entonces candidato presidencial Alberto Fernández, quien denunció lawfare.