Cantemos unidos la insigne grandeza de nuestra Castilla, de nuestro solar, sus piedras sagradas que son fortaleza y escuela y altázar y trono y altar.
Cantemos a Burgos, tesoro bendito que España venera con honda emoción, robusto poema, tallado en granito cual timbre glorioso de nuestro blasón.
Aprendamos todos juntos, a cantar a nuestra tierra, a leer en su pasado y a labrar su porvenir, a ofrendarle los cariños que ardorosa el alma encierra y a dejar bien cimentado su potente resurgir.
Tierra sagrada donde yo nací, suelo bendito donde moriré, yo te prometo consagrarme a ti y dedicarte mis cariños, mis carños mas fervientes, mis cariños y mi fe.
¡Salve, tierra adorada de mis amores! ¡Salve, cuna sagrada de mis amores!