"Aprender a envejecer es un arte, una disciplina y una virtud. Prepararse y situarse adecuadamente en esta situación es fruto de la madurez humana y espiritual, pues la armonía y serenidad deseable para la vejez, no es un aprendizaje que proporciona la propia naturaleza, sino fruto de la orientación de la vida y de la puesta en marcha de unas adecuadas provisiones".
Alonso de Campo En el atardecer de la vida
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