UN FIAT...
De la boca de la Virgen salió aquel fiat que se fraguó primero en su Inmaculado Corazón. Aquel fiat significó una entrega personal sin retaceos, para que en ella se cumplieran las palabras de Dios. El sí de María nunca fue retirado. Más bien reafirmado, renovado y reactualizado hasta repetirlo con nuevo espíritu al pie de la cruz.
María, toda consagrada a Dios, nos ponemos en tus manos para que nos ofrezcas y nos consagres al Padre.
Felipe de Urca -Jardinero de Dios-
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