OFRECIMIENTO DEL DOLOR
Santa María, madre mía, se que me amas, y creo en tu amor.
Por eso acepto el sufrimiento como algo que Dios permite en mi vida
para que yo, por él, me encuentre de manera más profunda
conmigo mismo y con Dios. Concédeme la gracia de abrirme
a ti en medio del dolor y de ofrecerte mis padecimientos
como aportes al Capital de Gracias de tus Santuarios.
Bendíceme desde allí a mí y a mis seres queridos.
Amén.
|