A Ti, Señor, levanto mi alma..
No te pido que me escuches, porque todo está abierto a tu presencia, porque tienes tu oído pegado a mi corazón y escuchas hasta mis silencios. Sólo pido que yo sepa escucharte. Te pido que mis pasos no se desvíen ni un milímetro de tus caminos. Ayúdame a recorrer el camino que has regalado. Tu camino es el Hijo del amor y la misericordia. Tu camino son los hijos necesitados del amor y de la misericordia. Que yo sepa andar por tu camino, despacito y vigilante, para no dejar pasar ninguna de sus señales, para llenarme y derramarme en amor y misericordia. Amén.
(Pequeñas Semillitas)
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