PARTICIPAR EN LA IGLESIA
¿Nos lo permiten? ¿Nos comprometemos?
II
La iglesia de cada país sin perder un ápice de su comunión con la Iglesia católica o universal, refleja la idiosincrasia de sus gentes con virtudes y defectos propios de su cultura. He vivido y trabajado durante muchos años en la iglesia de países tan distintos como Alemania y España lo que me ha permitido conocer su organización y formas de trabajo e intentaré reflejarlo aquí someramente.
Los que frecuenten su parroquia, al menos durante la celebración eucarística del Domingo, saben que se desarrollan en ella multitud de tareas llevadas a cabo por personas que ponen a disposición de la comunidad su tiempo y su trabajo. Todas tienen el mismo objetivo: el que señaló el Señor Jesús a su Iglesia, es decir, la siembra del reino de Dios entre los hombres.
Se dan multitud de servicios o ministerios en beneficio de niños, jóvenes, matrimonios y gentes de la tercera edad. De unas edades y otras participan en los diversos grupos de catequesis para ampliar el conocimiento de Jesús y su mensaje, para cultivar la fe en Dios y el amor entre todos los hombres sin distinción alguna. Hay grupos de enseñanza, de oración o alabanza, de liturgia, coros y etc. Es impagable el trabajo y el interés puesto por los grupos de acogida, de formación, trabajo social y de caridad. Muy conocidos de creyentes y no creyentes son las organizaciones católicas de CARITAS y MANOS UNIDAS por su trabajo y ayuda desinteresada por el mundo entero. Donde ocurre alguna catástrofe allí está Caritas para paliar de algún modo tanta dolor y desgracias entre los afectados. Nada le es ajeno con tal de servir al hombre con el mismo amor que Cristo Jesús nos recomendó. Los fondos de ambas organizaciones proceden en su inmensa mayoría de personas e instituciones privadas y sobre todo con las colectas hechas a este fin en las parroquias. La inmensa mayoría de su personal es voluntario.
Me atrevo a lanzar desde aquí una invitación a todas las personas de buena voluntad para que se acerquen a sus parroquias, ofrezcan algo de su tiempo y capacidades o se unan al voluntariado que trabaja en Caritas y Manos Unidas. La experiencia les enriquecerá y verán por si mismos la ingente tarea de la iglesia católica en favor de la humanidad. Desgraciadamente existen muchas lenguas prontas para el desprestigio e incluso calumnia de la iglesia pero sus manos nunca están dispuestas a participar en la tarea. La Iglesia tiene las puertas abiertas y una tarea para todos los hombres de buena voluntad.
La principal tarea, que la Iglesia Católica , comunidad de creyentes ha de cumplir es la de alabanza y adoración a Dios al tiempo de estar cerca del hermano que sufre y es más débil. Por voluntad de Jesús ahí están los obispos y sacerdotes con sus propias tareas o carismas pero la obra de la iglesia no se agota con los servicios de sacerdotes y obispos sino que abarca otra multitud de ministerios en los que los creyentes seglares son llamados e imprescindibles.
Ellos también son iglesia y tienen derecho y obligación de tomar parte en la tarea que Jesús nos señaló.
¿ NOS LO PERMITEN? Esta es una de las cuestiones que en unas partes más que en otras tiene que afrontar nuestra Iglesia católica. Por qué se empaña el clero en acaparar todo el trabajo en la comunidad y no da oportunidad a la aportación que los seglares pueden y deber hacer? En la iglesia católica alemana se le ha dado carta de naturaleza a los diáconos casados y están desarrollando un trabajo importante e impagable en el cultivo de la vida cristiana de varias parroquias adonde el sacerdote tiene que conformarse con la eucaristía del Domingo. El Consejo Parroquial con voz y voto decisorio son la cabeza visible de la comunidad que elige a sus miembros y ante los cuales responde de su trabajo a favor de la parroquia. El sacerdote preside pero es uno más a no ser en la liturgia que es su tarea exclusiva.
El vicepresidente, el tesorero y dirigentes de otros departamentos que puedan organizarse son elegidos de entre los miembros seglares. La diferencia con nuestros consejos parroquiales o de economía en España es abismal puesto que entre nosotros esos consejos no son elegidos sino designados a dedo entre la gente más conocida y adicta al párroco. Así las cosas y a pesar de la buena voluntad por parte de todos no son otra cosa que criaturas inútiles o cadáveres ambulantes.
Los consejos parroquiales o de economía nacieron en el Concilio Vaticano II y cada iglesia particular, las diócesis, podían organizarlos como mejor les pareciera o pudiera según las circunstancias en las diversas naciones. ¿Por qué todo esto tiene un gran resultado en Alemania y en España nos dan miedo? Tenemos derecho y no pueden nuestros obispos seguir negándonos la posibilidad de participar en nuestra iglesia. No pueden pedirnos cooperación negándonos primero el derecho a participar en la pastoral y en la administración económica de nuestra diócesis o parroquia. La jerarquía ha de abrir sin reticencias todas las tareas de la iglesia a los seglares y estos han de comprometerse par el bien de la comunidad.
Leamos al apóstol Pablo en su carta:1Cor.12 “ ….el cuerpo no se compone de un solo miembro sino de muchos……………”
“Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra” (Salm. 103)
----------------------------------------
¡NO PODEMOS RECHAZAR A MIEMBRO ALGUNO NI TAMPOCO MIEMBRO ALGUNO PUEDE NEGARSE A SU TAREA ¡
¡ QUEREMOS UN CUERPO SANO!