Pascua...
Pascua es el triunfo del amor sobre la muerte. Fue la sensibilidad, el dolor, la nostalgia, la búsqueda, el impulso del corazón, el amor, lo que llevó a María Magdalena a la tumba temprano, por la mañana, cuando aún estaba oscuro. Emprendió el camino de noche para buscarlo, cuando el duelo oscurecía su corazón, porque no encontraba a Aquel a quien amaba. María Magdalena, testigo del sepulcro vacío, corrió a anunciarlo a los apóstoles, convirtiéndose así en "apóstol de los apóstoles", la primera evangelizadora de la Buena Noticia de la Pascua. Dios no siempre está donde creemos que está ni donde nos gustaría que esté. Vamos a buscarle a un sitio y está esperándonos más lejos, en otra parte, para que no nos instalemos. Él no está donde le ponemos, sino donde Él se pone. Su “ausencia” nos lanza a buscarlo siempre... ¿Cuál es mi anhelo más profundo? ¿Adónde me lleva el amor? ¿Quién es Aquel a quien mi alma busca? Si confías en tu anhelo y sigues tu amor hasta el final, encontrarás al Resucitado, como María Magdalena. Sólo hay que abrir el corazón, en medio de la oscuridad, para buscar a Aquel que ama tu alma.
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