Meditación breve
Cualquier otra persona es tu semejante. Mira en cada persona a un hijo adoptivo de Dios. En consecuencia, da un vaso de agua al sediento, entrega un pan sabroso al hambriento, cubre al harapiento como si lo hicieras con Jesús, el Señor.
Sonríe al que encuentres. Este es el primer servicio a tus semejantes, en un mundo triste, infernal, deshumanizado.
Presta el servicio precioso de tu alegría acogedora.
Tu delicadeza y atenciones afables deben ser expresiones espontáneas de tu caridad o amor sobrenatural.
Tiberio López
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