Debo aprender
Debo aprender a aceptar las diferencias con mi hermano; así cambiaré mi actitud hacia él y lograré entenderle.
Debo aprender a valorar el pensamiento ajeno; así lograré extraer todo lo positivo de su alma y compartiremos la dicha de una comunicación cordial.
Debo aprender a amoldar mi comportamiento hacia los otros, tal vez logre acercarme más a ellos y hacer que mi mensaje llegue hasta sus corazones y pueda comprender más fácil el de ellos.
Debo aprender a respetar a todos, sin pretender hacerles a mi modo; así alcanzaré su aceptación y no me desgastaré buscando aprobaciones vanas.
Debo aprender que la felicidad de los demás me afecta directamente al crearme un entorno positivo y así yo también seré feliz.
Debo aprender que mi felicidad no es ajena a la felicidad de otros, y por tanto se construye con el aporte de todos; así comprobaré que la solidaridad se revierte en beneficio mío también.
Debo aprender a estimar el trabajo de los otros, reconociendo el inmenso valor de una palabra de aliento; así coleccionaré muchas sonrisas y siempre tendré una mano amiga muy cerca de mí.
Debo aprender que también me equivoco y que tengo defectos; así comprenderé el significado de la humildad y seré más asequible a todos.
Debo aprender a aceptarme como soy, con mis virtudes y defectos y comprender que si puedo ser mejor es mucho lo que gano en mi vida y en mi entorno.
Debo aprender a vencer el egoísmo y a pensar más en los otros como una parte de mi comunidad; así no sólo sembraría más amor sino que viviría en el amor de todos mis hermanos.
Debo aprender que por encima de mis intereses de poder, de tener, de ser y aparentar, existe un Dios que me ama sobre todo; así comenzaré a vivir la verdadera dicha de sentirme hijo de Dios.
Debo aprender que es más sencillo y fácil que yo cambie para adaptarme al mundo, que pretender que el mundo cambie para adaptarse a mí, así viviré en armonía conmigo mismo y el universo entero.
Debo aprender que cuando algo mejora en mi vida, aunque nadie lo note, es mi aporte para cambiar el mundo y hacerlo más humano.
Debo aprender a ser paciente, a saborear ese momento expectante de la espera, así comprenderé la sabiduría de la paciencia y llegaré a entender que es en el tiempo donde aprendemos a sentir, a amar, a servir, a perdonar y a vivir.
Debo aprender que mi estadía en este mundo es un continuo aprendizaje, así llegaré a aprovechar mejor el tiempo y me convertiré en una mejor persona cada día.
Luis A. Cáceres Gómez
|