Cuestión de Fe
¡NO RECIBAS LA EUCARISTÍA EN LA MANO!
“Para que al nombre de Jesús doble la rodilla todo cuanto hay en los Cielos, en la Tierra y en los abismos” (Filipenses 2, 10)
¿Crees que Jesús es Dios y que está presente en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía juntamente con su cuerpo, Alma y Divinidad? Si lo afirmas en todo, ¿por qué le mezquinas su dignidad al recibirlo y no te arrodillas?
¿Sabías que todas las citas bíblicas, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento, reclaman la postura de “postración” ante la presencia de Dios?
Es cierto que aún sigue vigente la facultad de recibir la Eucaristía en la mano, pero, al parecer, ya no va a durar mucho por las experiencias que se han dado.
Te lo explicaré más adelante…
¿Qué ahora ha surgido el inconveniente de la presunta contaminación a cuenta de la Gripe A H1N1?
Ah, caramba, ¿y no tienes reparo en recibir cualquier dinero que con toda seguridad pasó por manos de muchísimos enfermos de toda clase, sin asegurarte que ese dinero no contiene ningún microbio contaminante? Pero no, todo el mundo lo guarda en el bolsillo, con mucho cuidado y tampoco se preocupa de lavarse las manos para comerse, a continuación, el pan de cada día.
Es decir, el dinero no es motivo de contaminación ¡¡¡pero Jesús Eucaristía, al parecer, SI!!!
Por eso, sorprende que algunos pastores de almas se han precipitado bastante en arrancar los comulgatorios y las rodilleras de las bancas, para que ni siquiera en la Consagración de la Misa puedan arrodillarse.
¿Sabías que hay una larga lista de Papas y Santos que prohibieron en siglos pasados todo contacto con la Eucaristía?
Que, ¿cómo llegó el permiso de recibir la Comunión en la mano?
Te lo explico.
El Papa Pablo VI, en 1969 publicó una Instrucción llamada “Memoriale Domini”, a cuenta de la presión de algunos obispos de centro Europa que vivían la influencia protestante y solicitaban la ampliación en la distribución de la Comunión de manera opcionable: EN LA MANO O EN LA BOCA.
El Papa no quiso actuar solo y pidió la opinión de todos los Obispos del mundo.
La respuesta mayoritaria fue negativa por los inconvenientes que comportaba, entre ellos la incoherencia con el rito del sacerdote al celebrar la Santa Misa, pues éste, debía purificar la patena y los vasos sagrados a fin de recoger, en lo posible, las partículas que con tanta frecuencia se desprenden.
Otro de los inconvenientes que vieron era la misma dignidad del Sacramento, pues se presentaban dificultades pastorales en este punto al depositar el Santísimo en tantas manos.
Por si no bastara, su criterio coincidía con el resultado de la consulta. Sentenció que debería darse la Comunión en la forma tradicional.
No obstante, dejó abierto un “portillo” de forma tal que “si alguna Conferencia Episcopal creyere oportuna la facultad de entregar la Comunión en la mano, debían reunirse los Obispos en consulta”: que si sacaban los dos tercios de votos favorables a la nueva modalidad que le comunicaran para la oportuna ratificación.
Pues bien, bastó esta apertura para que muchos Obispos lo tomaran como un “aggiornamento” y ampliaran -por su cuenta- el permiso, de forma tal que la Santa Sede se vio un tanto desbordada para autorizarla en el mismo Roma, pese a que la Conferencia Episcopal Italiana negaba tal posibilidad en hasta tres convocatorias.
Por mucho que los parlantes vaticanos de la Plaza de San Pedro anunciaran que en Roma estaba prohibido, no se hacía caso porque llegaban sacerdotes en diversas lenguas y daban a sus feligreses la Comunión en la mano. Es decir, que por fin no tuvo más remedio que autorizar sobre hechos consumados.
Más tarde, se lamentaría el mismo Papa Pablo VI, acuñando la frase “por alguna rendija ha entrado en la Iglesia Católica el humo de Satanás.”
Esta frase del Papa Pablo VI sólo confirmaría otra lamentación del Papa Juan XXIII, al parecer en tono al Concilio Vaticano II “Quise que entrara una brisa fresca en la Iglesia y ha entrado un huracán que no lo puedo contener.”
Son frases históricas, que ahí están recogidas por los rotativos.
¿Y a qué pudieran referirse estas lamentaciones de ambos Papas?
Pues a la CRISIS dentro de la Iglesia Católica cuyo centro principal se ubica en LA EUCARISTÍA.
¿Y si preguntáramos al Cielo sobre la Comunión en la mano, qué nos respondería?
Ahí tenemos bien claramente la respuesta en Fátima, que, pese a ser revelación privada tiene toda aprobación habida y por haber.
Recordemos pues que los pastorcitos recibieron la Comunión de manos del Ángel de rodillas y en la boca.
Finalmente, tenemos el aporte del actual Papa Benedicto XVI que NO entrega la Comunión en la mano en las misas que celebra.
El Papa Benedicto XVI llegado el momento de la Comunión, manda poner el comulgatorio y sólo entrega la Comunión en la boca y de rodillas.
Al parecer por el momento, sólo se contenta con el ejemplo, esperando a que –con el tiempo- sacerdotes y laicos se den cuenta que a Jesús Sacramentado le debemos “adoración” y tratarlo con el mayor respeto y dignidad.
No se trataría aquí de discusiones teológicas ni tampoco de higiene, se trata de una simple reflexión: ¿A quién se recibe y cómo debo recibir el Santísimo Sacramento de acuerdo a Su dignidad?
Claro, no son dogmas de fe aplicables a la manera de recibir la Comunión, sino de simples disciplinas pastorales y que también tenemos que aprender a obedecer.
Para eso la inteligencia y la virtud.
Lamentablemente, muchos católicos están ciegos (laicos y sacerdotes) y no se dan cuenta que muchos de los que promueven el recibir la Eucaristía en la mano NO SON CATÓLICOS, SON PROTESTANTES, y se sustentan (como buenos protestantes) en un texto antiguo de SAN CIRILO DE JERUSALEN (315-386), Obispo y Doctor de la Iglesia, y gran defensor de la divinidad de Cristo frente a la herejía del arrianismo.
En sus escritos habla de la penitencia, del pecado, del bautismo y del Credo, explicándolo frase por frase, para instruir a los recién bautizados sobre la fe, también habla bellísimamente sobre la Eucaristía, insistiendo fuertemente en que Jesucristo Sí está presente en la Santa Hostia de la Eucaristía.
A los que reciben la comunión en la mano les aconseja: "Hagan de su mano izquierda como un trono que se apoya en la mano derecha, para recibir al Rey Celestial" (traten con cuidado la hostia consagrada, para que no caigan pedacitos, así como no dejaríamos caer al suelo pedacitos de oro).
En síntesis estos documentos son de mucho valor porque contienen las enseñanzas y ritos de la Iglesia de mediados del siglo IV y forman "el primitivo sistema teológico".
Pero lo que no dicen los que defienden el recibir la Comunión en la mano amparándose en esta frase de San Cirilo de Jerusalén es que él se dirigía a los herejes recién convertidos a la fe católica y que aprendían a recibir el Cuerpo de Cristo.
San Cirilo de Jerusalén no fue el precursor de esta práctica sino que les enseñaba a los herejes a respetar la Eucaristía porque en sus costumbres barbáricas no sabían recibirla con respeto.
En Lima - Perú, un grupo de personas le entregó una lista de firmas al Cardenal Juan Luis Cipriani con la petición de que, a consecuencia de la Gripe A H1N1 y para evitar contagios, se hiciera OBLIGATORIO el entregar la Comunión en la Mano.
Como respuesta a esta petición el Cardenal Cipriani sacó el comulgatorio y lo coloca siempre en las misas que celebra en la Catedral de Lima y entrega la Eucaristía en la boca y de rodillas, y ha prohibido entregar la Eucaristía en la mano dentro de su Diócesis.
En el Primer Congreso Eucaristico y Mariano celebrado en Lima, Perú, en el mes de Junio del 2010 con ocasión del Corpus Christi, el Cardenal Juan Luis Cipriani prohibió la eucaristía en la mano y ordenó a todos los cientos de sacerdotes ahi reunidos a entregar la eucaristia en la boca.
¿Cómo podemos tener la certeza de que quienes difunden el recibir la Eucaristía en la mano son realmente católicos?
Martín Lutero decía “Aniquilando la Misa, habremos aniquilado el Papado en su totalidad, porque es sobre la Misa, como sobre una Roca, que el Papado se apoya con sus monasterios, sus obispados, sus colegios, sus altares, sus ministros y sus doctrinas. Todos estos caerán cuando su sacrílega y abominable Misa haya sido reducida a polvo".
Y, católicos, ¿Cuál es el centro de la Santa Misa?
¿No es acaso la Sagrada Eucaristía, presencia real de Jesucristo en Cuerpo y Sangre en la Comunión?
Por recibir la Comunión en la mano –y entregarla- los sacerdotes y laicos han perdido su devoción hacia la Eucaristía, recibiéndola de pie, con las mismas manos con las que entregan la limosna y dan el saludo de la Paz, sin embargo, no comprenden que en sus manos quedan partículas del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, desacralizadas, porque NO VEN A DIOS en la Eucaristía sino UNA MERA COMIDA.
La crisis de la Iglesia Católica en nuestros días es gravísima, y todo por la pérdida de la devoción en los católicos.
Hoy en día tenemos sacerdotes que celebran la misa sin ningún respeto por la Eucaristía utilizando galletas, panes de tamaño exhorbitante e incluso Doritos en lugar de la Hostia reglamentada por la Iglesia Católica.
La pérdida de la devoción en los católicos ha originado tal cantidad de abusos litúrgicos que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha emitido la Instrucción “Redemptionis Sacramentum” donde se autoriza a los laicos a denunciar estos abusos litúrgicos contra el Santísimo Sacramento.
Jesucristo dijo "Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella."
Mateo 16,13-19; Lucas 9,18-21; Marcos 8,27-30).
A la Iglesia Católica, desde sus primeros comienzos, no le han faltado dolores, espinas ni persecuciones. Todo se ha dado siempre con saña feroz.
Pero la Iglesia Católica todo lo superó.
A lo largo de todos los siglos conoció de luchas y ataques. A veces los más furiosos le dieron unidas todas las fuerzas del mal.
Las pruebas a veces vinieron no solamente de bandos contrarios sino también -por desgracia- de los propios de adentro.
Quizás por esto fueron los más dolorosos.
Católicos, cada uno de nosotros somos ladrillos dentro de la Iglesia Católica y hay demoledores que buscan acabar con nuestra Iglesia derribando estos ladrillos, alejando a las ovejas del Pastor, distanciando a los católicos de Su Iglesia.
¡Católico, Reacciona! Jesucristo puso en manos de su apóstol Pedro a la Iglesia naciente con la sublime y bien concreta misión de hacer conocer a todos los hombres el Reino de Dios, y esta Iglesia estaba bajo el mando y cuidado de Pedro y sus sucesores, no de ángeles ni de querubines, sino al cuidado de hombres y como tales seres frágiles y pecadores. Si Jesucristo que es verdadero Dios y verdadero Hombre así lo dispuso, no se equivocó.
Pero la Iglesia Católica siempre con el cetro de Pedro y con el poder de Jesucristo salió victoriosa. Como en los primeros años, la Iglesia Católica continuará siempre sabia, Santa y segura a pesar de cualquier contratiempo, tanto de adentro como de afuera.
Y esto así se dará hasta el último día, hasta el día final. En este día, todos los pueblos del mundo podrán constatar con asombro la certeza de aquella lejana promesa que a la Iglesia le dio Jesús: “Y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella".
Nuestra Iglesia Católica tiene una historia impresionante y sublime a los largo de los siglos
¿Quién conociéndola, podrá atreverse a negar la divinidad de su origen y la sagrada misión que conlleva?
¿Alguien podrá explicarse su misteriosa y activa existencia después de haber superado los avatares sufridos durante veinte siglos y más?
Católicos, hay que restaurar nuestra Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica.