La redacción que sigue fue escrita por un candidato en una
selección de personal en Volkswagen; la persona fue aceptada por su
creatividad y sensibilidad:
"Ya hice cosquillas a mi hermana sólo para que dejara de llorar,
ya me quemé jugando con una vela, ya hice un globo con el chicle
y se me pegó en toda la cara, ya hablé con el espejo.
Ya quise ser astronauta, violinista, mago, cazador, y trapecista,
ya me escondí atrás de la cortina y dejé olvidados los pies
afuera, ya corrí por el timbre del teléfono, ya estuve bajo la
ducha hasta hacerme pis.
Ya robé un beso, confundí los sentimientos, tomé un camino errado
y sigo andando en lo desconocido.
Ya raspé el fondo de la olla donde se cocina la crema, ya me
corté al afeitarme muy apurado y lloré al escuchar determinada
música en el autobús.
Ya traté de olvidar a algunas personas y descubrí que son las más
difíciles de olvidar.
Ya subí a escondidas a la azotea para agarrar estrellas, ya subí
a un árbol para robar fruta, ya me caí por una escalera.
Ya hice juramentos eternos, escribí el muro de la escuela y lloré
sentado solo en el piso del baño por algo que me pasaba, ya huí
de mi casa para siempre y volví al instante siguiente.
Ya corrí para no dejar a alguien llorando, ya quedé solo en medio
de mil personas sintiendo la falta de una sola.
Ya vi ponerse el sol y cambiar al rosado y al anaranjado, ya me
tiré a la piscina y no quise salir más, ya tomé whisky hasta
sentir mis labios dormidos, ya miré la ciudad desde arriba y ni
aún así encontré mi lugar.
Ya sentí miedo de la oscuridad, ya temblé por los nervios, ya
casi morí de amor y renací nuevamente para ver la sonrisa de
alguien especial, ya desperté en medio de la noche y sentí miedo
de levantarme.
Ya aposté a correr descalzo por la calle, grité de felicidad,
robé rosas en un enorme jardín, ya me enamoré y creí que era para
siempre, pero era un "para siempre" por la mitad.
Ya me acosté en el pasto hasta la madrugada y vi cambiar la luna
por el sol, ya lloré por ver amigos partir y luego descubrí que
llegaron otros nuevos y que la vida es un ir y venir permanente.
Fueron tantas cosas que hice, tantos momentos fotografiados por
la lente de la emoción y guardados en ese baúl llamado corazón!
Ahora un formulario me pregunta, me grita desde el papel: ¿Cuál
es su experiencia?
Esa pregunta hizo eco en mi cerebro: experiencia...
experiencia...
¿Será que cultivar sonrisas es experiencia? No, tal vez ellos no
saben todavía ver los sueños.
Ahora me gustaría preguntarle al que redactó el formulario:
¿Experiencia? ¿Quién la tiene si a cada momento todo se renueva?"