NO PERMITAS...
No permitas que tu corazón explote en ira; más bien, remplaza la ira con una bella sonrisa. Sal a caminar, ayuda a alguien que necesita, es decir, canaliza esta poderosa energía hacia el bien de los demás. Y cuando veas que hay calma en tu mente, entonces ponte a pensar sobre lo que pasó. Charla con quien tengas que charlar, o soluciona las situaciones que haya que solucionar. Verás que tu espíritu te agradecerá profundamente.....
(Pequeñas Semillitas)
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