Cuando abraces
Cuando abraces,
debes hacerlo con el corazón, de forma que la persona a la cual estás
abrazando, sienta la calidez de tu cuerpo y produzca las emociones que
espera sentir, al sostener el mismo. En un abrazo puede entregarse el
alma, brindar apoyo corporal, decir un te quiero; expresar tus
sentimientos más profundos, y recibir protección.
Un abrazo...
puede significar tanto!!!, porque en este importante gesto, son dos
cuerpos los que interactúan; son dos almas que se funden en un mismo
sentimiento. Hay veces que las palabras sobran y que en un mero abrazo,
puede decirse o expresarse, todo lo que se quiere.
Cuando un amigo está en problemas, el abrazo significa: "Cuenta conmigo, aquí estoy para ayudarte".
Cuando nos encontramos con alguien, que no vemos desde hace mucho, ese abrazo significa: "¡Qué alegría verte de nuevo!"
Cuando
alguien pierde un ser querido, ese abrazo quiere decir: "Te acompaño en
tus sentimientos, no estás solo, comparto tu dolor."
Cuando el
abrazo es a nuestra pareja, es en el abrazo que se da esa fusión tan
necesaria, de dos almas, que se entrelazan, para decir un "te amo", "te
protejo" y me siento protegida."
Cuando el abrazo se da en una
ocasión especial, significa: "Me alegra poder estar contigo en este
momento, tan importante en tu vida; celebremos juntos, pues tu alegría
es la mía."
Cuando el abrazo se efectúa entre compañeros, significa: "Me solidarizo contigo."
Cuando el abrazo es entre Padres e hijos, significa: "Yo te doy mi bendición, sabes que siempre que me necesites, aquí estaré."
En
fin... Un abrazo es mucho más que un simple entrelazar de cuerpos; es
mucho más, que una envoltura de brazos. El abrazo es como el beso, como
las caricias; es un lenguaje silencioso al cual no le hace falta
adornos, para poder expresar, todas las emociones intensas, que deseas
transmitir.
De ahora en adelante, siempre que des un abrazo,
entrega tu alma, conecta tus sentidos, permite que fluya. La simplicidad
de un gesto que puede hacer la diferencia. ¡Bríndate en cada abrazo!
así contribuirás a la felicidad de otros, y a la tuya propia.
Dios nos dice: “Si amas al prójimo me amas a Mi”
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