
Dios está en todas partes
Si Dios está en todas
partes, entonces ¿cómo podemos estar separados de Su presencia amorosa y
Sus bendiciones? Creo que es porque se nos ha dado el regalo del libre
albedrío. Esta es una espada de doble filo. Podemos utilizar nuestro
libre albedrío para profundizar nuestra conciencia de la presencia de
Dios o podemos utilizarla para actuar como que si Dios no existiera. Esta
situación me recuerda el dicho: “piensa antes de hablar". Nuestro
cerebro está siempre presente, pero no siempre lo utilizamos antes de
hablar. En vez de hablar con sabiduría podemos hablar sin pensar y
ofender a los demás. Esto no es porque no tengamos cerebro, sino porque
no lo utilizamos. Siempre tenemos una elección y siempre es nuestra. El
libre albedrío pone sobre nuestros hombros la responsabilidad de la
manera en que vivimos. ¿Reconoces la presencia de Dios en tu vida y
actúas como que si Dios y tú estuvieran trabajando juntos para bien? Una
manera de tomar conciencia de la presencia de Dios en nuestras vidas es
comenzar a ver nuestro libre albedrío como Dios en acción. Cada vez que
tomamos una decisión, y tomamos muchas cada día, podemos vernos
haciendo el trabajo de Dios. ¿Diré un cumplido a mi hija o la regañaré?
¿Qué tono de voz voy a utilizar para hablar con la próxima persona que
me llame para tratar de venderme algo? ¿Qué voy a cenar? ¿Cuándo haré
las compras? Estas pueden no parecer decisiones grandes, pero Dios
existe en todos los rincones de nuestras vidas. Hasta que veamos a Dios
en las cosas pequeñas no estaremos conscientes de Su presencia guiadora y
sanadora con nosotros todo el tiempo.
(Pequeñas Semillitas)



|