Dios omnipotente y misericordioso, no te puede comprender quien siembra discordia, no te puede acoger quien ama la violencia, mira nuestra dolorosa condición humana, probada por crueles actos de terror y de muerte, consuela a tus hijos y abre nuestros corazones a la esperanza para que nuestra época pueda conocer días de serenidad y paz.
(Juan Pablo II)
ORACIÓN POR LA VIDA
Oh María aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
A Ti confiamos la causa de la vida;
Mira Madre, el número inmenso de niños a quienes se les impide nacer,
De pobres a quienes se les hace difícil vivir,
De hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
De ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor
A los hombres de nuestro tiempo, el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
La alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
Y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
Para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
La civilización de la verdad y del amor,
Para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida.
Amén.
Juan Pablo II