Espíritu Santo
Espíritu Santo, amado amigo mío, tú me aclaras e iluminas el camino por el que tengo que andar, y vas disponiendo cada cosa, hasta las más pequeñas, para que yo me santifique y haga méritos para el Cielo. Tú nunca me abandonas, ni incluso cuando creí que estaba abandonado de ti, en aquella circunstancia en que me parecía que estaba solo y alejado de ti. Es que a veces me pareces lejano, pero sé que esto es solo un juego de tu amor, que te escondes sensiblemente para que yo te busque con premura, y que al encontrarte te abrace y me una más estrechamente a ti. Ilumíname en lo que tengo que hacer cada día, dime cuál es tu voluntad con respecto a mí, y dame fuerza y constancia para seguir tus deseos. Quiero agradarte en todo y estoy feliz de tenerte como mi Gran Amigo, que conoces hasta el fondo de mi alma, y que incluso me conoces mucho más de lo que yo mismo me conozco. ¡Te amo, Espíritu de Amor! ¡Ten piedad de mí y muéstrame tus tesoros! ¡Incéndiame con el Fuego de tu Amor y dame el don de Fortaleza, para hacer frente a los sufrimientos y contrariedades de esta vida!
Felipe de Urca -Jardinero de Dios-
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