EL DOLOR..
El dolor nos empuja, a veces suavemente, a veces con fuerza, a realizar o a aceptar los cambios que tienen lugar en nuestras vidas. No siempre damos la bienvenida al cambio. Con frecuencia éste parece intensificar el dolor como por arte de magia. Pero al paso del tiempo nos hace ver claramente la necesidad del cambio. Los períodos pacíficos de nuestra vida también tienen un propósito. Nos dan tiempo para descansar, para acostumbrarnos al cambio, para nutrir nuestro nuevo yo, generado por los cambios. Al aceptar que todas las experiencias son necesarias para nuestro desarrollo, eliminamos la negatividad que probablemente asociaríamos a esas experiencias. En lugar de ello, decidimos celebrar esos tiempos difíciles, reconociendo su valor para nuestro potencial humano. Hoy, mi actitud positiva enriquecerá el valor de cada experiencia. Yo soy quien elige.
Pequeñas Semillitas
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