La alabanza sincera ...
es una forma de amar. Los santos y los místicos han considerado que todo el mundo que vive y respira es un himno de alabanza al Espíritu Creador. Esta visión espiritual implica que la alabanza es un acto natural y un arte; el simple hecho de existir puede ser una forma de exaltación, y también una habilidad depurada. Cuando alabamos a otro en forma hipócrita, con frecuencia escondemos otras manifestaciones, quizás celos o miedo. ¿Cuándo fue la última vez que alabamos a alguien de todo corazón? Culpar es fácil porque todos sabemos lo que es fallar. Y si sentimos que merecemos ser culpado, nos gusta buscar la compañía de otra persona para señalarle sus faltas. ¿Por qué tenemos que ser tan tacaños con la alabanza? No nos perjudica; al contrario, enriquece nuestro espíritu. Quizás deberíamos buscar ocasiones para alabar como una manera de expandir nuestras vidas. Voy a hacer lo que esté a mi alcance para convertirme en una especialista en alabanzas.
(Pequeñas Semillitas)
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