Beato Papa Juan XXIII, prodigio de nuestros tiempos.
Un hecho reciente sacude nuestros corazones: los milagros están a nuestro alrededor, solo hay que saber verlos. Noticias periodísticas del 27 de marzo de 2001 informaron que un cardenal presente durante la apertura del ataúd del Papa Juan XXIII manifestó que sus restos estaban como si hubiera muerto ayer, después de 38 años de su fallecimiento. “Ninguna parte de su cuerpo estaba descompuesta”, declaró el Cardenal Virgilio Noe, Párroco Mayor de la Basílica de San Pedro. El fue el supervisor de la apertura del ataúd, como parte del proceso de traslado del Papa Bueno a un lugar más accesible por los peregrinos que visitan el Vaticano. “Es como si hubiera muerto ayer”, manifestó el purpurado. Su rostro luce tranquilo, la serenidad que tuvo en vida aún se muestra presente en su expresión
Beato Juan XXIII, su nombre: Angelo Giuseppe Roncalli.
Nació en Sotto il Monte, Lombardía, Italia, 25 de noviembre de 1881 - † Ciudad del Vaticano, 3 de junio de 1963).
Fue pontífice romano desde el 28 de octubre de 1958 hasta su muerte.
Su muerte y Beatificación
El 23 de mayo de 1963 se anunciaba públicamente la enfermedad del Papa (cáncer de estómago). Juan XXIII murió en Roma el 3 de junio de 1963. En la memoria de muchos, el Papa Juan XXIII ha quedado como
"El Papa Bueno" o como "el Papa más amado de la historia".
La causa de beatificación fue introducida por Pablo VI en 1965, después de la clausura del Concilio Vaticano II. El papa Juan XXIII fue beatificado por Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000. Su fiesta litúrgica quedó fijada el 11 de octubre, día de la apertura del Concilio Vaticano II.
Juan XXII reinó desde 1958 a 1963 y fue conocido como el Papa Bueno debido a su naturaleza jovial y bondadosa. Marcó un cambio importante en la historia de la Iglesia al realizarce durante su papado el Concilio Vaticano II.
A partir del 3 de junio de 2002 el cuerpo incorrupto del Papa Bueno se expone en una urna de cristal en el Vaticano, como testimonio vivo de Dios actuando entre nosotros. ¡Jesús está vivo!. ¿Qué otra prueba necesitamos?