Quince minutos con María
Madre del Buen Consejo.
María, Mamá del Cielo, quiero pedirte siempre, en todo momento y situación, tu consejo prudente y oportuno, porque tú eres la Madre del Buen Consejo, ya que en Caná de Galilea diste a los servidores de la Boda el consejo de que hicieran todo lo que Jesús les dijera.
Yo quiero seguir éste tu consejo, y también consultarte en cada momento de mi vida cotidiana, y especialmente en los momentos importantes de mi vivir, puesto que tú estás muy unida a Dios y ves claramente mi camino, ves el pasado, el presente y el futuro, y en Dios conoces todas las cosas, porque así como Dios es omnisciente por naturaleza, tú lo eres por gracia y todo lo conoces, absolutamente todo de mí y de todo lo que existe, y por eso puedes aconsejarme.
¡Bendita seas, Madre mía! porque me amas y yo te amo, y quiero, a partir de hoy, de ahora mismo, empezar a consultarte en cada momento lo que debo hacer, y así seré grato a tus ojos y haré tu voluntad, que es la Voluntad de Dios.
¡Te amo, Madre mía querida!