Ponle entusiasmo a tu vida
Como sucede con cualquier fuego, la chispa del entusiasmo, de la alegría, necesita ser alimentada. Te tiro algunas ideas:
• Apóyate en Dios. Reza para escucharlo, reza para que te dé fuerzas. Recuerda las palabras del salmo: "Quédate inmóvil y te darás cuenta que soy Dios"
• Despiértate con alegría. Comienza el día con algún hábito divertido: Canta en la ducha, o simplemente escucha tu música favorita. ¡Usa tu creatividad!
• Descansa. Tómate un descanso del ritmo agitado y sal a pasear. Deja que el sol te haga entrar en calor y escucha los sonidos que te rodean.
• Háblate de manera convincente. Aliéntate a ti mismo como si alentaras a tu mejor amigo, o como si tu mejor amigo te alentara a ti.
• Perdónate. Pero de verdad. Perdónate tus errores, tus flaquezas, tus sueños incumplidos. Pero con la firme decisión de tratar de apuntar más alto a partir de hoy.
• Abandona algo de lo que te está agobiando, que está echando a perder tu entusiasmo.
• Si algo te preocupa, trata que sea por un rato corto. Y después ¡¡¡sigue adelante!!!
• Sonríe a menudo y dale seguridad a los demás.
• No aceptes fácilmente un "no" como respuesta. La tenacidad y el entusiasmo van de la mano.
• Pon tu mejor esfuerzo en todo lo que hagas.
• Si alguien te pide ayuda, ¡ayúdalo! Pero de manera de hacerlo sentir bien, sin humillarlo. Así vos y él se sentirán mejor.
• Celebra cada día. Puede ser con un plato especial, gozando la puesta de sol, dándole una sorpresa a uno de tu familia, o de tus amigos. Encuentra algo para apreciar y celebrar cada día.
¡¡Ponle entusiasmo a tu vida!! Asegúrate de tenerla iluminada por esa "chispa" especial proviene de Dios, y verás que vale la pena vivir "...pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo … Quitaré de ustedes ese corazón duro como piedra y les pondré un corazón dócil y alegre" Ezequiel 36: 26-27
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