Dios me ha
dado libertad...
Dios me ha dado la capacidad de
pensar clara y creativamente, y también la libertad de ser el piloto de mi
propia vida. Por tanto, puedo cambiar mis pensamientos y hábitos por otros que
expresen con más plenitud lo mejor de mí.
Soy libre de desechar cualquier conducta que ya no me
parezca provechosa. Puedo apartar de mi mente los pensamientos de culpa o duda.
Los reemplazo con una confiada seguridad de ser capaz de discernir un modo
mejor. Me regocija continuar creciendo y desarrollándome.
No estoy obligada a ser perfecta, pero puedo progresar
todos los días para ser un poco mejor que el día anterior. Mientras continúe
intentándolo no habré fracasado. Con cada logro obtengo tanta satisfacción y
autoestima que me siento confiada para intentar nuevas aventuras.
"De manera que ni el que siembra ni el que riega son
nada, sino que Dios lo es todo".1 Corintios 3, 7
(Pequeñas
Semillitas)