"Señor, el que tú amas está enfermo". "Si quieres puedes curarme". "Pero que no se haga mi voluntad sino la tuya". Me pongo en tus manos y acepto esta cruz que me cuesta, por mí y por mis familiares. Yo sé que mi vida es mortal y que un día tendré que ir a tí que eres mi Creador y mi Dios. Desde ahora acepto tu voluntad, pero, si entra en tus planes, devuélveme la salud para que pueda dedicarme nuevamente a mi trabajo y ganarme la vida honradamente y atender a los míos ¡yo quiero vivir!. De todas formas, "aquí estoy para hacer tu voluntad". Ayúdame a llevar esta cruz, te la ofrezco, Padre, junto con la pasión y muerte de Jesucristo. Que mi enfermedad sea fecunda, para santificarme yo mismo y para extender tu Reino en el mundo.. Te ofrezco todos mis sufrimientos. ¡Bendito seas por siempre Señor! Madre mía, María, ayúdame a ofrecer mi enfermedad a Jesús. Amén |