Estando en un mismo jardín, las abejas se dirigen hacia la flor que tiene el dulce néctar, mientras las moscas revolotean por la fétida basura. Cuando las primeras se encuentran ocupadas elaborando la miel, y expandiendo el polen que dará vida a los buenos frutos, las segundas desperdician su tiempo posando sus patas contaminadas por todas partes.
Cual si fueses un envase conteniendo una esencia aromática o fétida, en tus gestos, palabras y pensamientos se reconoce el aroma que irradias. Evita que éste sea el de la basura, el de las expresiones vulgares, el de los sentimientos negativos, el del obrar con rencor. Llena tu corazón con amor. Olvida las ofensas. Recuerda siempre los favores que te hacen. Ayuda a los demás. Refleja en tu rostro la alegría de una sonrisa sincera. Piensa que los contratiempos y sinsabores de la vida son simplemente un medio de pulir el diamante que hay en tu alma. Y cada día recuerda a Dios para darle gracias por haberte dado lo que tienes; no ores sólo cuando tengas necesidad de pedir favores materiales.