He pasado, Señor, tantas ansias, tanto miedo, siempre esperando y orando... Y ahora que me han dado el resultado de los análisis, al conocer el diagnóstico, se me ha venido el mundo encima. ¿Por qué me ha ocurrido esto? ¿En qué me he equivocado? ¿Qué mal he hecho para merecer semejante castigo? Hazme, Señor, descubrir que todo en la vida puede cooperar al bien o al mal. En lugar de buscar el porqué de las cosas, Tú me invitas a aceptar y a vivir esta situación que no puedo cambiar confiando en que Tú estás siempre conmigo. Amén.
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