¿Qué hacer cuando se confirma que alguien cercano sufre una depresión? Mientras el médico recopila información para saber si existe una alteración de ánimo en el paciente, todos los que están a su alrededor se preparan para lo peor. Pero ayudarle es una tarea mucho más complicada de lo que se puede intuir en un primer momento. Casi siempre, quienes desconocen esta enfermedad tienden a animar con toda su buena voluntad a su conocido o familiar. Intentarán sacarle a dar un paseo, practicar con él algún tipo de deporte o llevarle al cine. Pero esto resulta totalmente imposible porque éste no tiene ganas de nada, no para de expresar pensamientos negativos, y manifiesta sufrir una gran tristeza. La postura más cómoda sería arrinconar al enfermo, abandonarle a su suerte y esperar que el tratamiento prescrito por el facultativo funcione. Pero es también un comportamiento muy egoísta, ya que las personas que están a su alrededor podrían resultar muy beneficiosas de cara a su mejoría, y deben tratar de auxiliarle. No preguntar por la causa de la depresión ¿Cómo comportarse junto al paciente? No resulta fácil, porque es necesario mantener una especie de equilibrio para no parecer excesivamente contento pero tampoco apesadumbrado. Se debe mantener la calma y adoptar un comportamiento positivo. Los deprimidos se sentirán a disgusto cuando están con alguien que también parece estar sufriendo y lleno de tristeza. Les resulta mucho más agradable interactuar con gente que se comporta con cierta normalidad, y que parezca esperanzada. Como es lógico suponer, tampoco se debe manifestar una gran alegría a su lado, porque se enfurecerán. Se impone una gran serenidad. Cuando la persona es un familiar muy cercano, no resulta fácil mantenerla, pues se trata de un mal que desconcierta a quienes no lo han padecido. No se entiende por regla general porqué se lamenta alguien que aparentemente no tiene ninguna dolencia física ni fiebre. La impresión más generalizada es que el afectado no parece poner nada de su parte para salir del hoyo. Se tiende a preguntar al deprimido en todo momento si se encuentra mal y si sabe cuál es la causa de que sufra una depresión. Pero muchas veces no existe una razón lógica y concreta para su estado, por lo que el interrogatorio sólo pone nervioso al enfermo. Éste tampoco sabrá a ciencia cierta cuál es la causa de que se encuentre así. No seguir conversaciones negativas ni enfadarse con el deprimido Cuando se conversa con una persona que sufre cualquier tipo de depresión, por regla general ésta expresa pensamientos negativos y a veces autodestructivos. Argumentará que no se ha comportado de forma correcta, que ha fracasado en el mercado laboral, y que no tiene ningún futuro. Quien le escuche tratará automáticamente de explicarle que está exagerando y que la realidad no es exactamente como la pinta. Pero esto supone un grave error, ya que el enfermo se pondrá nervioso y se sentirá angustiado. Se deben evitar por todos los medios este tipo de conversaciones. Por el contrario, se debe instar al paciente a que conserve la calma y tranquilizarle. Él mismo debe darse cuenta con el tiempo de que está viendo la realidad de forma distorsionada. Lo ideal sería explicarle poco a poco que sufre una enfermedad. Además, se debe evitar discutir con él. Si se le reprocha cualquier cosa puede alterarse más. Puede resultar nefasto culparle de que no se esfuerza para salir adelante. Nunca se le debe regañar, ni mucho menos enfadarse mucho con él, lo que podría llevar a un retroceso. No se deben pronunciar frases del tipo "te deprimes porque tienes mucho tiempo libre", o "un pico y una pala te daba yo", que le pueden desesperar. Apoyar al médico en el seguimiento del tratamiento El papel más importante del entorno del enfermo consiste en facilitarle la labor al médico. Como quienes sufren de depresión no tienen ganas de hacer nada, casi siempre se sienten reacios a acudir al especialista, y seguir el tratamiento. "No sirve para nada", suelen decir. Resulta fundamental no ceder en este punto porque sino el paciente no tomará los medicamentos y se abandonará a sí mismo. Para conseguirlo, es bueno intentar explicarle lo que les está ocurriendo, sin quitarle importancia al asunto pero tampoco verlo todo negro. Debe llegar a la conclusión de que está afectado por una enfermedad, y que esto explica que no piense con claridad. Y también debe darse cuenta de que la ayuda médica es el único camino para recuperarse.
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