Vivir sin comer absolutamente nada es un fenómeno místico, inexplicable para la ciencia, pero verificado objetivamente en varios santos, como en santa Liduvina, santa Catalina de Siena, beata Alejandrina Da Costa, etc. En las visiones que tuvo Alejandrina, Jesús le dijo: “Quiero que en adelante seas tú un signo de que la Comunión alimenta la vida interior, porque en ti no sólo te sostendrá espiritualmente, sino también físicamente”. Y vivió sin comer ni beber por trece años.
En 1421, o sea 12 años antes de la muerte de Liduvina, las autoridades civiles de Schiedam (Holanda), su pueblo, publicaron un documento que decía: "Certificamos por las declaraciones de muchos testigos presenciales, que durante los últimos siete años, Liduvina no ha comido ni bebido nada, y que así lo hace actualmente. Vive únicamente de la Sagrada Comunión que recibe". Durante los primeros años de su enfermedad, la santa podía tomar algunos alimentos, pero después, durante los últimos 19 años de su vida, ya no volvió a comer ni a beber. Su único alimento era la Sagrada Hostia. Nadie ha logrado explicar este prodigio.
Jesús en la Eucaristía se une a mí para que dé abundantes frutos, es fuente de vida, de gracia y santidad, me da fuerza para llevar la cruz de cada día, viene a reforzar mi voluntad de servicio humilde a los hermanos, ilumina las tinieblas de mi corazón, me comunica su paz y alegría, se pone a mi lado en el camino de la vida. Que crezcas en amor a este Sacramento.
* Enviado por el P. Natalio
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