|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
Cristo dice en el Evangelio que él es la Luz. El que no lo sigue, camina en tinieblas, con todas las angustias e incertidumbres que llevan consigo las tinieblas.
El que no sigue a Cristo, no halla explicación para muchas cosas de la vida, se siente embargado por mil problemas sin solución; se le plantean centenares de interrogantes a los que nada ni nadie puede responder.
En cambio, cuando Cristo aparece en la vida, es como cuando se hace la luz, uno encuentra en él la paz, la seguridad, la orientación.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
No atribuyas al cristianismo las fallas y pecados de los cristianos.
No es el Evangelio el que no se acomoda a las necesidades y problemas del hombre de hoy; somos nosotros los que debemos acomodarnos a las exigencias del Evangelio. No es nuestra vida la que debe marcar las normas del Evangelio; es el Evangelio el que debe señalar la norma de nuestra conducta.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
9 de Febrero
En verdad fue admirable la fe de aquellos hombre que condujeron al paralítico a la presencia de Jesús: no pudiendo llegar a él por la muchedumbre, que se agolpaba a la puerta de la casa, subieron al tejado y por el descolgaron al paralítico en su camilla hasta ponerlo delante de Jesús. Jesús se conmovió y curó al enfermo.
La bondad de Jesús lo mueve no solamente a conceder lo que le piden, que es la salud para el enfermo, sino que también le devuelve la salud de su alma, perdonándole los pecados.
Dios no deja nunca las cosas a medio hacer; ponte tú también delante de Dios, con la misma fe y la misma confianza con que pusieron a aquel enfermo recuperarás la salud de tu alma, alcanzando el perdón de tus pecados.
* P. Alfonso Milagro
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
Jesús llevaba una vida ordinaria, acomodándose en su manera externa de proceder al uso de los demás hombres y atrayéndose las simpatías de todos, aun de los publicanos y pecadores, cuyo trato no rehuía, porque había venido a buscarlos para salvarlos. Sin embargo, se interpreta su vida como la de un hombre desordenado en el comer y en el beber.
A Juan, que vivía en la austeridad del desierto, lo tenían por endemoniado y a Cristo, que comía con los pecadores para salvarlos, lo tienen por glotón.
Cuando hay malicia en el corazón, se interpretan maliciosamente todas las cosas y aún a las personas más santas se las juzga mal; esto debe moverte a purificar tu propio corazón, para que no juzgues nunca las acciones de tu prójimo, porque ordinariamente cuando vemos el mal en los demás, no se porque el mal esté en ellos, sino que lo tenemos en nuestros ojos manchados y maleados por la suciedad de nuestro corazón.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
Jesús sintió compasión de los que sufrían hambre y cansancio; su corazón sensible y tierno se sintió tocado por la necesidad y por el sufrimiento de la gente.
Dios es nuestro buen Padre y como tal, y movido por el amor que nos tiene, se preocupa de nuestras necesidades no solamente espirituales, sino también de las materiales.
Si tú extiendes tu vista por el mundo, verás que son muichos los que tienen hambre de Dios, hambre de pan de la verdad, del pan de la justicia, del pan del amor.
Ojalá tu corazón se sienta tocado ante tanta y tan urgente necesidad y salgas tú al paso, para socorrer esas necesidades materiales y espirituales, al menos en la medidad de tus posibilidades, ya que ni Dios, ni tu conciencia te exigirán más de lo que puedes realizar.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
Jesús después de la multiplicación de los panes, despidió a la gente y se apartó de sus discípulos, se retiró a la montaña para orar; claro ejemplo para ti, que quizá descuidas la oración; atareado con tantas cosas, preocupado por tantos problemas, tironeado por aquí y por allí con interminables tensiones, te preocupas de todos, menos de orar.
Jesús da el ejemplo: hay tiempo para el trabajo, para el apostolado, pero también debe haber tiempo para la oración; hay tiempo para tratar con las gentes aun con motivaciones apostólicas o de evangelización, pero también debe haber tiempo suficiente para tratar a solas con Dios.
Ya se ha dicho con verdad que el que no trata con Dios en la oración, no tiene nada que decir a los hombres; y también se nos recuerda que, antes de hablar a los hombres de Dios, es preciso hablar a Dios de los hombres.
En ciertos casos las cosas no salen bien, no tanto porque no se hace lo suficientes, sino porque a la acción no juntamos la oración.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
Estaban llenos de admiración por las palabras repletas de gracia que salían de su boca. No nos extraña que aquellas gentes sencillas quedaran cautivadas con las palabras de Jesús; primeramente su doctrina, hasta entonces nunca oída, sobre todo para los pobres y los humildes; luego la santidad que trasunta toda la persona de Jesús.
Así predicaba Jesús, así evangelizaba, así te enseñó a ti la forma como debes hacerlo tú: con palabras llenas de bondad, siempre amables y respetuosas, salidas del corazón.
En el trato con los demás, procura ser siempre amable y bondadoso; no te dejes arrastrar tus ímpetus, modera tus nervios, suaviza tus palabras y tus expresiones, gradúa el tono de tu voz y todo esto con cualquier persona con la que hables, pero muy en particular con los tuyos, con los de tu hogar o comunidad, con aquellos con quienes con más frecuencia debes tratar.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
En el Evangelio Jesús asienta un principio fundamental en su doctrina: No busques la recompensa de tus obras en la opinión de los hombres; no deja de llamar la atención la insistencia con la que el Señor Jesús nos repite varias veces la expresión: Para ser vistos por los hombres.
Esto debe impulsarte a realizar tus obras no para ser visto, o ser reconocido por los hombres; en ese caso dice Jesús que ya has conseguido tu recompensa.
Obra más bien por Dios, sin preocuparte de que los demás aprueben o desaprueben tu modo de obrar; si obras por Dios, por amor a Dios, por fidelidad a Dios, que se te manifiesta en tu conciencia, podrás esperar de Dios la recompensa de tus buenas obras.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
Cuando Magdalena se alejó de la presencia del Señor ya perdonada, quedaron en la sala dos símbolos: del pasado y del presente: un frasco de esencias roto, de aquellas esencias excitantes, que daban a María incentivos de pecado; y unas lágrimas, dolor de un alma totalmente purificada.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
Jesús es taxativo al enunciarnos las condiciones requeridas por él para los que quieran seguirlo. La negación de sí mismo es el principio de todo lo demás; tenemos que desaparecer; es decir no tener tanto en cuenta nuestros gustos, pareceres e inclinaciones, para seguir más bien lo que agrada a Jesús: la salvación del hombre y todo el mundo.
En segundo lugar Jesús no exige tomar nuestra cruz y que eso lo hagamos no una vez por todas, sino "cada día", porque cada día se nos presentan cien oportunidades de sufrimiento, de negación propia, de contrariar nuestro modo de ser, para que al desaparecer nosotros, vaya apareciendo más y más Jesús con su vida y su espíritu.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
La propaganda comercial, las exigencias de la actual sociedad de consumo, la natural inclinación a la mediocridad torturan el corazón del hombre, inclinándolo a la ambición, al deseo incontrolado de poseer más y más. Pero Jesús nos presenta esta aguda reflexión: "¿Dé que sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde o arruina su vida?
Cuando partas de este mundo, no te llevarás contigo sino tus obras buenas o malas; las buenas para tu tranquilidad, las malas para tu tormento Luego piensa si está bien que emplees tanto empeño y tantos esfuerzos y cansancios y en cambio seas tan corto y limitado en lo que hace al bien de tu alma.
Las cosas no son importantes; el importante eres tú; las cosas no pasan las barreras del tiempo; tú estás destinado para la eternidad.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
Teniendo a Cristo con nosotros, viviendo con Dios en nosotros, sintiendo en nuestro corazón la presencia de Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, no hay nada que sea capaz de hacernos perder el gusto de esa presencia de Dios en nosotros; no existe nada ni nadie que pueda robarnos la paz del alma. Por la gracia Dios vive en nosotros; mantener esa gracia en nosotros será el fundamento de nuestra felicidad no sólo en la otra vida, sino también en esta vida terrena.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
La elección que Jesús hizo de Leví, para que fuera su apóstol, fue una elección completamente gratuita; la profesión que ejercía Leví era considerada deshonrosa e inmoral; Cristo no se fija en eso y llama a Leví para ser su apóstol.
La Palabra de Jesús convierte a Leví en un hombre nuevo, con una nueva vida, con nuevos valores, con nuevas metas.
La Palabra de Jesús, que es el Evangelio, debe también cambiar tu vida: porque tú también has sido elegido y llamado por el Señor Jesús, para ser su apóstol; debes adaptar tu vida al Evangelio, evangelizarte a ti mismo y evangelizar el ambiente en el que te desenvuelves y esto aunque tu vida pasada no haya sido del todo correcta.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
Jesús quiso someterse a todas las humillaciones por amor nuestro y para darnos ejemplo.
Para sus compatriotas "Jesús era un motivo de escándalo" y eso movió a Jesús a anunciar aquella frase: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, entre sus parientes y en su casa".
¿Podrás extrañarte tú, si no eres comprendido por los más allegados tuyos, por aquellos que precisamente más deberían apoyarte?
Esto lo permitirá el Señor, para que aprendas a no obrar nunca por los hombres, sino por Dios.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
Jesús sintió compasión de la gente que tenía hambre: hambre de pan y hambre de justicia y de verdad.
Tú debes sentir compasión de todos y tu compasión no ha de ser sentimental, sino que ha de expresarse en los esfuerzos que hagas para dar el pan al pobre hambriento, pero también para presentar al rico los bienes espirituales de que carece.
Sé compasivo con todos los que tiene alguna necesidad de orden material o espiritual, personal o familiar y acude a socorrer todas las necesidades que estén a tu alcance, pero no te olvides de que el hambre de pan retuerce el estómago y el hambre de Dios retuerce el espíritu.
|
|
|
|
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
Leví siguió a Jesús dejándolo todo y esa es la actitud que discípulo del Señor debe adoptar, esa es la condición que indefectiblemente debe poner; en nuestra vida no caben dos: Dios y nosotros; si está Dios, nosotros debemos desaparecer; si estamos nosotros, nuestro propio yo, nuestro egoísmo, Dios se retira, pues Dios no puede compartir con nadie ningún corazón.
Abandonarlo todo, todo sin excepción, sin restricciones, sin limitaciones, sin esconder nada, sin regatear nada; Cristo se despojó de todo por ti, aun su propia vida; justo es que tú también respondas de la misma forma, dejándolo todo por él y no permitiendo que nada en el mundo o en tu vida te pueda alejar de Jesús.
|
|
|
Primer
Anterior
8 a 22 de 22
Siguiente
Último
|