Ya no es el pensamiento el que llora,
desesperado está mi desconsalado corazón.
La confianza es una muy mala aliada,
a la que hay que tener respeto y atención.
Ya no es el pensamiento el que razona,
porque el corazón no deja utilizar la emoción.
La razón no aparece equivocada,
dado el dolor que sufre de pena el perdón.
Ya no es el pensamiento el que razona,
cuando deshecho se es de la vida sin tesón,
porque cuando nada se es en este mundo,
nada se puede pedir ni dar con ilusión.
Ya no es el pensamiento el que razona,
ya nada hay que pueda hacer la razón,
el alma está quemada y muy rota,
y no hay nadie que entienda de este dolor.
Ya no es el pensamiento el que razona,
porque el aislamiento venció a la conversación,
mas la soledad es gran amiga del llanto,
mas las lágrimas no ayudan a la ilusión.
Ya no es el pensamiento el que razona,
ya nada se puede pensar sin sano corazón,
mas si el corazón está roto y dolido,
el pensamiento está lejano a la verdadera pasión.
Ya no es el pensamiento el que razona,
ya nada sentido tiene en el día que comienza hoy,
mas con el alma partida en muchos trozos,
pensar en algo bueno no tiene ningún valor.
Ya no es el pensamiento el que razona,
el pensamiento sin el alma, no tiene su razón,
pues ambas están unidas en la persona,
y sin el pensamiento el alma solitaria se quedó.
Ya no es el pensamiento el que razona,
la razón en algún lugar del ser ser quedó,
y aunque encontrarla sea mi meta,
mi corazón roto llora su gran desazón.
Ya no es el pensamiento el que razona,
ya sólo me queda mi solitario corazón,
mas con él la vida es una lástima,
porque sin la razón, muere el alma sin decir adiós.
Autora: Rosa Mª