No existe esponja para lavar el cielo pero aunque pudieras enjabonarlo y luego echarle baldes y baldes de mar y colgarlo al sol para que se seque siempre te faltaría un pájaro en silencio
no existen métodos para tocar el cielo pero aunque te estiraras como una palma y lograras rozarlo en tus delirios y supieras por fin cómo es al tacto siempre te faltaría la nube de algodón
no existe un puente para cruzar el cielo pero aunque consiguieras llegar a la otra orilla a fuerza de memoria y de pronósticos y comprobaras que no es tan difícil siempre te faltaría el pino del crepúsculo
es porque se trata de un cielo que no es tuyo aunque sea impetuoso y desgarrado en cambio cuando llegues al que te pertenece no lo querrás lavar ni tocar ni cruzar pero estarán el pájaro, la nube y el pino.