Por la estela del mar de la alborada
con su sayo y baston para el camino
en el silencio de la tarde va el peregrino
andando entre chopos ve a su amada
Y corre buscando a la luna de la tarde en llamarada
oyendo a la lechuza y al pajaro en su trino
un loco afán le guia entere los pinos
llegar a COMPOSTELA la meta ya soñada
Y duerme entre la jara ya escondido
esperando llegar no herido
por el tramo final de la llegada
Y por fin a lo lejos enter brumas anherido
presencia la ciudad de su sentido
contemplando el campo de estrellas esperada
POESIA DE SALVA