Dejame seguir...
Si vienes de tránsito, sigue tu camino.
Si tu amor es pasajero, no te detengas junto a mi puerta.
Porque tus besos son cortos y mi olvido es largo.
Tus besos son remolinos, viento; los míos, fuego y sangre.
Estarías de paso en mí y yo moriría en ti por muchos años.
Tu voz tiene muchas estrellas, pero no llorarías por ninguna
si se oscureciera el cielo.
A mí me bastaría una sola y ese resplandor me calentaría
un número infinito de noches.
Tu amor juguete podrías romperlo como un juego,
mi amor roca seguirá desbordado de lágrimas.
Te llenas de rosas y las marchitas. A mi me bastaría una sola,
pero de esas que duran toda la vida.
Y ese perfume que tú aspiras un instante, a mí me invadiría como un jardín
en constante florecimiento.
Déjame, tengo miedo.
En el fondo el amor en ti será siempre una mentira, y yo una prisionera de ella.
Sigue con tu amor luz de relámpago, y déjame seguir con el mío de antorcha eterna.
Pasa de largo… ¡déjame seguir!
D/A.

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