Callas…¿por qué callas? Será porqué ignoras que si amarras las palabras, Solo crearas un vacío que te ira consumiendo esperando a que las abras. Será porqué ignoras que sin la vida de tu agua vuelta letra, La flor de mis sueños se dormirá, Y quedara ante mi desierta, Esperando el día que sin ti morirá.
Te escondes… ¿Por qué te escondes? Es que a caso no sabes que en el jardín de la vida, Quien así se oculta, no encuentra salida. Es que acaso no sabes que mi Luna, Te mira en su silencio con sus diamantes ojos, Y que a cada paso que intentes de mis pasos, ocultar tu cuna, encontrara mi ilusión una llave para burlar tus cerrojos.
Te alejas… ¿Por qué te alejas? Quizás porqué no sabes que son tus pies los que edifican mi destino, Quizás porqué no sabes que sin la luz de tus ángeles, Mis demonios no logran encontrar camino. Será entonces que mi piel ha de morir con frío, y mis luchas sin brío, Al verse este sueño, pintado con tu pluma, de ti vacío.
Lloras… ¿Por qué lloras? Es que acaso no sabes que yo he derramado hasta mi alma, Para que tus ojos guarden, de su belleza la calma. Es que acaso no logras sentir en tus blancos ojos, El beso de mi carne vuelta viento, Que soñando con limpiar su despojos, Ha llegado hasta sangrar su aliento.
Cantas… ¿Por qué cantas? Será porqué ignoras que ese canto, Si no es para mi, es puñal que rasga el alma. Será porqué desconoces que la magia de tu voz, Es la música del río en calma, Pero cuando no toca mis aguas con su manto, Me despoja de tu piel y de su ritmo que pierde el encanto.
Ríes…. ahora ríes! Mas no he de preguntarte ahora, El porqué de tu alegría sonora.
Ríes, porqué sabes de mi beso, De ese beso azul que no conoce suceso, Que lo aparte de tus labios que vuelan en mi mente como aves.
De ese beso... Que no conoce puertas que lo retengan, Jardines que lo pierdan, Ni labios que lo muerdan..
De ese beso... Que no sabe de llantos que lo disuelvan, De cantos que sin ritmo lo quiebran, Ni de mentiras que lo envuelvan.
Ríes, porque sabes que mi esencia se ha impregnado en este beso, Y que llevándose consigo mi corazón, De mi piel no ha podido arrancar, por ti la pasión, Haciendo así, de mi deseo, para siempre tu amante preso.