El papa Benedicto XVI durante la misa de Pentecostés celebrada en la basílica de San Pedro del Vaticano, el domingo 27 de mayo de 2012. Foto: EFE
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El Papa Benedicto XVI está muy dolido por el arresto de Paolo Gabriele, el mayordomo del pontífice que sigue siendo hasta ahora el único sospechoso detenido en el llamado caso Vatileaks, cuyo interrogatorio formal de parte de las autoridades judiciales de la Santa Sede debería comenzar dentro de pocos días.
El arresto de Gabriele constituye un “dolor específico” para el Papa ya que se trata de “una persona cercana a él, conocida, amada y respetada”, dijo hoy el vocero de la Santa Sede, padre Federico Lombardi.
El pontífice, subrayó Lombardi, está enfrentando esta prueba “testigo de un caso que lo toca muy de cerca”, y está movido por un “deseo de comprensión, de arrojar luz sobre el caso, de encontrar la verdad”.
Por su parte, el sustituto de la secretaría de Estado vaticana, monseñor Angelo Becciu, confirmó en una larga entrevista publicada hoy por L’Osservatore Romano, órgano oficial de la Santa Sede, que Benedicto XVi está “particularmente dolido” por el arresto de su colaborador.
En el corazón del Papa, contó Becciu, “prevalece la piedad” hacia el presunto ladrón, pero existe también un fuerte sufrimiento por “la violencia sufrida” por quienes, habiéndole escrito de manera reservada, vieron sus palabras difundidas públicamente.
Lombardi, interrogado sobre la evolución del caso, dijo que Gabriele ya tuvo sus primeros contactos con sus abogados, y precisó que los “interrogatorios formales” que llevarán a cabo el fiscal y el juez de instrucción probablemente comenzarán “a fines de esta semana o a comienzos de la próxima”.
El vocero volvió asimismo a desmentir que uno o varios cardenales estén implicados en la investigación sobre la filtración de documentos reservados de la Curia, así como otras especulaciones de prensa acerca de sobres con papeles sensibles que habrían sido encontrados en el apartamento del mayordomo, ya listos con la dirección del destinatario.
Por otra parte, hoy se informó que Gabriele fue trasladado a una nueva celda en el cuartel al interior de la Ciudad del Vaticano donde está encerrado desde hace cinco días, donde es constantemente controlado por sus guardianes.
Según fuentes vaticanas, el ex mayordomo pontificio es monitoreado dentro de su celda, incluso en el baño, por un sistema de cámaras de control.
Las mismas fuentes indicaron que el hombre, formalmente investigado por hurto agravado de documentos reservados, tuvo un encuentro muy emocional el domingo pasado con su mujer en la cárcel: Gabriele no pudo contener las lágrimas durante la breve reunión, y le pidió a su esposa que le traiga libros para leer durante su encierro.