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General: La muerte de Nisman y el relato del establishment
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 08/04/2015 14:09 |
La muerte de Nisman y el relato del establishment
Por Edgardo Mocca
El domingo pasado la Presidenta abrió el período de sesiones ordinarias del Congreso argentino, tal como lo establece la Constitución nacional. El hecho en sí mismo es una expresión de normalidad político-jurídica. A eso se agrega la reedición de un acontecimiento que no tiene antecedentes fuera de las prácticas de los últimos años: la rutina institucional que conecta dos de los tres poderes de la república estuvo rodeada de una inmensa y entusiasta multitud. Es un signo de los tiempos, la reconexión de la política y sus instituciones normativas con un importante sector de un pueblo que hace poco más de una década expresaba su indignación contra la “clase política” en su conjunto.
En el país en el que viven los que se movilizaron el domingo y muchos millones más de personas que no se entusiasman con el guión interpretativo de la muerte del fiscal Nisman que pretende imponer el establishment, la Argentina es un país normal afectado por un crimen de gran repercusión institucional. Es decir un crimen que, en principio, no tendría por qué crear una insalvable brecha en la sociedad y en la política y, si la tiene, es porque fue convertida en un capítulo de la larga guerra de desgaste que vienen librando poderosos sectores del país contra los gobiernos kirchneristas. En la última semana la jueza Arroyo Salgado se instaló como portavoz del otro país, del que inscribe el acontecimiento en un relato que pone en su centro la existencia de una gran perturbación en el funcionamiento del Estado y del conjunto de las instituciones. Una perturbación cuyas huellas llevan directamente desde el gran acusado actual, el gobierno nacional, hasta todos y cada uno de los más trágicos acontecimientos de la historia relativamente reciente del país. No estaríamos, según esa lectura, en un país normal donde se cometió un crimen, sino en un país esencial y definitivamente intolerante y violento cuyo itinerario ha llegado justamente ahora a un punto crítico y resolutorio, que es el actual gobierno de Cristina Kirchner. Durante los días transcurridos desde el crimen hasta el alegato público de la ex mujer de Nisman, el relato de la pureza institucional agraviada por un gobierno siempre avasallador y ahora asesino se había apoyado sobre bases muy endebles. Había testimonios estrafalarios en los medios, luego desmentidos frente a la Justicia, había forzamiento de los hechos hasta hacerlos encajar en el relato, había una lluvia de prejuicios raciales y demonizaciones políticas que construían un territorio de buenos y malos, de sospechas e incertidumbres. La jueza
inauguró una etapa de esta inusual saga política: su discurso no fue presentado como una opinión ni una versión más, sino como la verdad incontrovertible de los hechos. No intentó sostenerse sobre puntos de vista vulgares sino que convocó en su auxilio nada menos que a los científicos. Esos científicos no aparecieron en el discurso como individuos que aportaban datos a la causa sino que decían simple, llana y definitivamente la verdad.
¿Puede modificar cualitativamente la presentación de la jueza el estado de la cuestión en materia de investigación judicial? Eso está por verse; a pocas horas de saberse “la verdad dicha por los científicos” aparecieron datos de la navegación por Internet del fiscal muerto, en horas en que Arroyo Salgado y sus asesores indicaban que ya había fallecido, lo que pone en cuestión uno de los puntos más pretenciosos del dictamen televisivo de Arroyo Salgado. Ahora bien, haríamos bien en no ilusionarnos en que se esté abriendo ahora una etapa de esclarecimiento judicial puro, preciso y veloz de la contienda interpretativa puesta en acto primero por los grandes medios y los fiscales opositores y después por la jueza. La tarea de llegar a la verdad es más compleja de lo que diría la inocente espera de pruebas irrefutables en un sentido o el otro. Lo que empieza a jugarse ahora es la cuestión de cuán importante y determinante será el suceso del 18 de enero en el desarrollo de la campaña electoral y en el trascendente veredicto popular de octubre próximo. Si la alianza mediático-judicial logra revertir la decisión de Rafecas, rehabilitando así la muy descalificada denuncia de Nisman-Pollicita, y desautorizar la investigación que está haciendo la fiscal Fein para dar lugar al paso de la causa al fuero federal, entonces tendremos “caso Nisman” en el centro de la escena de los próximos meses.
Lo más funcional a esa estrategia sería una suerte de polarización interpretativa de la muerte (o del “magnicidio” que muy desproporcionadamente proclama Arroyo Salgado) entre quienes afirman la existencia de un suicidio y quienes sostienen la producción de un asesinato. De ese modo se presentarían las cosas como un choque entre quienes quieren ocultar los hechos y quienes quieren que se conozca toda la verdad. Y, claro está, que no sería una discusión entre técnicos que pugnan por imponer su interpretación sino una saga televisiva donde el gobierno estaría sistemáticamente colocado en el banquillo de los acusados. En este cuadro tendríamos el paisaje ideal para los que miran la realidad política argentina con el lente de la violencia y el ocultamiento congénitos a nuestro ser nacional; el discurso fácilmente se completaría con la “gran oportunidad” que tiene el pueblo argentino de revertir el curso de la historia con una votación ganadora para la oposición. No hay, en principio, motivo alguno para la instalación de ese tipo de polaridad interpretativa. Pocos días después de la muerte del fiscal la Presidenta sostuvo públicamente que no le resultaba creíble la historia de su suicidio. Viniendo de Cristina difícilmente pueda considerarse la afirmación como un simple pálpito. Tampoco como un intento de interferir en la investigación del hecho, lo que no solamente sería indeseable sino políticamente imposible en las actuales condiciones. Más bien debería ser comprendida la afirmación como la declaración de una posición política frente al hecho, como la afirmación de que el Gobierno no trabaja para echarle tierra a la investigación (como hizo, por ejemplo, el menemismo con el atentado a la AMIA) sino, por el contrario, para ir hasta las últimas consecuencias en ella.
No se sabe la seriedad que tiene la hipótesis de Arroyo Salgado, aunque los primeros indicios empiezan a rodearla de sombras. Lo que sí se sabe es el discurso político que necesariamente se construye a su alrededor. Y es el discurso como totalidad y no la tesis del homicidio lo que tiene que estar en el centro de la discusión. Es un discurso cuya lógica tiene el sello de una interpretación del mundo en que vivimos. Un mundo en el que el lugar bueno lo ocupan los países “serios”, es decir aquellos cuyos gobiernos no ponen en discusión el orden mundial dominante. Es un país serio, por ejemplo, Israel, cuyo presidente acaba de decir en Estados Unidos, como parte de un insólito operativo de enfrentamiento con la política del presidente de la principal potencia militar mundial, que los atentados a la embajada de su país y a la mutual judía en la Argentina fueron obra del gobierno de Irán. Es decir un presidente que se inmiscuye de forma prepotente y falaz en asuntos ajenos a la soberanía de su país. Y que además se contrapone con el propio gobierno de su país, cuyo canciller acababa de reclamar la profundización de la investigación de esos crímenes. Una “profundización” que tendría muy poco sentido si ya se supiera quiénes fueron los criminales. Este estereotipo del mundo es el que organiza el marco del relato sobre la muerte del fiscal. El relato consiste centralmente en atribuir al gobierno de Cristina Kirchner un viraje en la orientación internacional del país, respecto, incluso, de la política de Néstor Kirchner. El giro habría consistido en abandonar la cercanía de Estados Unidos y su bloque internacional para pasar a construir alianzas que directa o indirectamente la acercan al “eje del mal”. Por eso se habría firmado un memorándum para disculpar a Irán que vendría a ser algo así como “un eje del eje del mal”. Es decir que para permanecer en el mundo de los países serios Argentina debería haber acompañado sin condicionamientos el plan de destrucción de Irán que parecía el rumbo irreversible de la política de Estados Unidos hasta hace poco. Resulta extravagante que esa monserga circule hoy que el gobierno de Estados Unidos está compartiendo la guerra contra el Estado Islámico en Irak, nada menos que con la República Islámica de Irán. Lo único que pondría un poco de orden en ese relato esquizofrénico sería atribuirlo al bloque que agrupa a la derecha más belicosa con el gobierno de Estados Unidos con el actual gobierno israelí contra el giro impreso por Obama a la política en Oriente Medio. Todo indica que la cuestión no es Estados Unidos o el eje del mal sino política independiente o subordinación a los centros de poder mundiales.
Lo que empieza a quedar claro es que la muerte de Nisman se relaciona con un conjunto de oscuros intereses de los que estaba rodeado y que finalmente lo llevaron a la muerte. El hilo político de los acontecimientos podría llevarnos a la averiguación de por qué el fiscal adelantó su regreso de España, por qué realizó una denuncia que contraría la visión favorable a la política del Gobierno en el caso AMIA, incluido el Memorándum de Entendimiento con Irán que revelan los documentos recientemente sacados de su caja fuerte, por qué presentó una denuncia inconsistente hasta para quienes la miran con interesada generosidad, nada menos que contra la máxima autoridad de la república, cuál es la relación de todos estos curiosos acontecimientos con la depuración de la SI que afectó a un personaje tan cercano a Nisman como Jaime Stiuso y qué relación tienen todos estos hechos con la relación de subordinación del fiscal a la Embajada de Estados Unidos, oportunamente publicada en los Wiki- leaks que nunca fueron desmentidos por ninguna de las dos partes. Difícilmente la muerte de Nisman carezca de conexión con esta trama. Haya sido un asesinato o un suicidio.
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Nisman: empleados no identificados y puntos ciegos en las cámaras
La Unidad Fiscal AMIA tiene 45 empleados. Al menos una decena de ellos eran contratados por Nisman directamente. Algunos todavía no están identificados y no se presentaron a declarar. Diego Lagormasino y el abogado Claudio Rabinovich, que no cumplían horarios y no se reportaban en la oficina de la fiscalía, estaban bajo esa modalidad. Además, encontraron puntos ciegos en las cámaras de Le Parc.
Por: Franco Lucatini y Juan Manuel Mannarino
La Unidad Fiscal para la Investigación de la causa AMIA (UFI AMIA) cuenta con 45 empleados: diez son contratados. Es decir que no pertenecían a la planta permanente. El informático Diego Lagomarsino era uno de ellos. “Algunos no se sabe quiénes son, qué función cumplían ni cuánto cobraban. Era gente que no solía reportarse en la fiscalía. Todavía no se presentaron a declarar, así que no estan identificados”, confirmó a Infojus Noticias una fuente con acceso a la causa. Se trata de profesionales de diversa índole, con sueldos más altos que la media de la Procuración General. Lagomarsino ganaba tres veces más que cualquier empleado informático del Ministerio Público Fiscal. A su vez, contrariamente a lo que dijo su defensor Maximiliano Rusconi, los recibos de sueldo eran firmados por Nisman y no por la procuradora Alejandra Girls Carbó.
Otra de las personas que colaboraba a la par con el fiscal era el abogado Claudio Rabinovich, que también solía visitar al fiscal en su despacho personal o en su departamento de Puerto Madero. De acuerdo a lo que informó el periodista Néstor Espósito días atrás en el diario Tiempo Argentino, la fiscal Fein pidió a la Procuración General el legajo personal del letrado, “ya que trabajaba en similares condiciones de Lagomarsino bajo órdenes de Nisman, por un sueldo de casi 33 mil pesos por mes”. “No está claro, al menos hasta ahora, qué tareas desempeñaba”, señaló Espósito.
¿Qué tipo de relación unía a los 10 contratados con Nisman? ¿Cuáles eran sus tareas específicas en la investigación por el atentado a la AMIA? Son preguntas que hoy se hacen los investigadores.
Desde su creación, hasta lo pautado en el Presupuesto Nacional para este año, la Unidad Fiscal tuvo un constante incremento de recursos para funcionar. Entre 2006 y 2015 el presupuesto del área pasó de más de 4 millones de pesos a casi 32 millones para este año. Desde su origen estuvo comandada por Alberto Nisman. Su nombre figuraba en la propia resolución y también mencionaba al fiscal que lo secundó en un principio, Marcelo Martínez Burgos. Tras la muerte de Nisman, hasta que Gils Carbó asigne un nuevo fiscal, la comandará Alberto Adrián Gentili.
Si bien no hay un protocolo específico que delimite el funcionamiento de la Unidad Fiscal, fuentes policiales dijeron que tenía autonomía para el manejo de los recursos humanos. En el caso del personal informático, había dos empleados que trabajaban en planta permanente. Sin embargo, según las fuentes, Nisman le confiaba en privado la información más importante a Lagomarsino, que pocas veces pisaba la Unidad Fiscal. La mayoría de los empleados se enteró de la denuncia del fiscal pocos días antes de que la presentara, y sólo los más cercanos sabían que la preparaba hacía cuatro o cinco meses.
Puntos ciegos en Le Parc
La otra novedad de la investigación es que en los accesos traseros del complejo Le Parc –donde hay tres torres– no hay cámaras. Tampoco había un registro minucioso de las entradas y las salidas. “En los accesos frontales, hay control y vigilancia. Pero los accesos por las puertas de atrás era terreno libre. O sea, son puntos ciegos”, confirmaron fuentes policiales a Infojus Noticias.
¿Fue Lagomarsino el último que vio con vida a Nisman? El informático está acusado de haberle entregado una pistola Bersa calibre 22 al fiscal, que no era "legítimo usuario". En su declaración dijo que aquel sábado recibió un llamado del fiscal en su celular, que le pedía que fuera a verlo con urgencia. Según su abogado, era habitual que Nisman lo convocaba cada vez que necesitaba asistencia con su computadora o con archivos de la unidad fiscal. El técnico dijo que se sorprendió cuando el fiscal le preguntó si tenía un arma, y reflexionó: “Lamentablemente le dije que sí”. Por último, Lagomarsino dijo que volvió a su casa y luego regresó al complejo para entregarle la pistola a Nisman.
La fiscal Viviana Fein está esperando el resultado de las imágenes de las cámaras de la autopista Illia para corroborar el viaje de Lagomarsino de Puerto Madero a su casa de Martínez. Esas imágenes, a su vez, las cruzará con las del complejo y con las cámaras de la Ciudad de Buenos Aires que están en la calle Azucena Villaflor.
Lo que se revela con esta información es un escenario inquietante. En los tres ingresos traseros no hay cámaras ni en puertas ni en accesos, ni siquiera en el palier. Esos accesos, en efecto, conducen a las puertas de servicios, por donde había entrado Lagomarsino, según su testimonio. “Con ese dato hay incertidumbre y un manto de misterio sobre si alguien entró a ver a Nisman. Cualquier persona podría haber ingresado por allí sin haber sido registrada”, precisaron abogados de la causa a Infojus Noticias.
Según las fuentes, los habitantes de Le Parc habían aceptado que, en esa zona del complejo, no existieran ni cámaras ni un registro informático preciso de las visitas. ¿Por qué motivos? Quizás se sepa cuando la fiscal indague a los vecinos de Nisman. Hasta ahora, no existe precisión sobre los movimientos internos del edificio.
Sobre la seguridad del complejo, además, se sumaron más dudas que certezas. Juan Pablo Toro, director de la firma Seguridad Integral Empresaria, a cargo de la seguridad de Le Parc, informó ayer por radio que en el resto del edificio “hay cámaras que no funcionan hace más de un año" y que no existe "un libro de visitas” como se ha afirmado, sino que "se registran en un sistema informático”.
Al referirse a cómo se asientan los ingresos de los visitantes al complejo, Toro señaló: “Específicamente con relación a registros de entrada, en Le Parc no existen libros. Yo escuché que algún periodista mencionaba libros y que se hablaba de que existe un libro de entrada de visitas”. Sin embargo, indicó que “los ingresos de las visitas son registrados en un sistema informático y no en libros”.
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Los restos del fiscal Alberto Nisman fueron enterrados en el sector nuevo del cementerio de La Tablada, frente a la explanada donde se recuerda a los caídos en las guerras de Israel y no junto a las víctimas del atentado a la AMIA, como estaba previsto inicialmente. |
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Sepultan a fiscal Nisman mientras persisten las dudas sobre su muerte
Ayer fueron velados los restos del fallecido fiscal en una atmósfera íntima que fue replicada en la ceremonia fúnebre de hoy a la que solo pudieron acceder familiares y amigos.
por AFP y F. Contreras - 29/01/2015 - 12:19
Once días después de la muerte del fiscal argentino, Alberto Nisman, sus restos fueron sepultados hoy en el cementerio israelita de La Tablada, en una ceremonia judía privada a la que asistieron familiares y amigos.
Según informó el canal argentino TN, los restos de Nisman fueron enterrados en el panteón de los mártires, en donde descansan las víctimas del atentado a Amia. Este dato supone una importancia particular, según indicaron personeros de la mutual israelita a Todo Noticias, ya que en los cementerios judíos hay un lugar específico para sepultar a las personas que han atentado contra su propia vida.
El fallecimiento del fiscal ha sido calificada como "muerte dudosa", ya que la fiscal del caso, Viviana Fein, maneja tres hipótesis: suicidio, homicidio y suicidio inducido.
El cortejo fúnebre fue recibido por cientos de personas que se acercaron al cementerio israelita de forma espontánea, a pesar de saber que el funeral era reservado solo para la familia y amigos del fiscal.
En tanto las dudas en torno a su muerte el 18 de enero dividen al país, entre quienes lo consideran una víctima del gobierno y quienes creen que su deceso es parte de un complot desestabilizador.
La muerte de este judío argentino de 51 años golpeó al país, sobre todo porque cuatro días antes había acusado a la presidenta, Cristina Kirchner, de confabular para encubrir a imputados iraníes por el atentado contra la mutual judía Amia en 1994 que dejó 85 muertos y 300 heridos.
El 19 de enero se lo esperaba con revuelo mediático en el Congreso donde iba a explicar su denuncia, pero su muerte la víspera desencadenó las suspicacias y especulaciones.
La dirigencia de la comunidad judía argentina, la más grande de América Latina con 300.000 integrantes, mantendrá este jueves cerradas sus instituciones al no lograr su reclamo de que se declare duelo nacional el día del entierro en el cementerio judío de La Tablada (20 km al oeste de Buenos Aires).
"La democracia está de luto y exige que se aclare cómo murió el fiscal Nisman", declaró Julio Schlosser, presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), al inicio del velatorio que se prolongó durante la noche del miércoles al jueves reservado a familiares y amigos.
De todos modos, algunos funcionarios, dirigentes de la colectividad, diplomáticos y políticos se acercaron a dar sus condolencias, entre ellos el embajador de Estados Unidos, Noah Mamet, llegado recientemente a Argentina.
Cables diplomáticos revelados por WikiLeaks en 2010 sacaron a la luz lazos del fiscal con Washington, y sus asiduas visitas a la embajada.
Decenas de personas se acercaron a la sala funeraria en Belgrano, un barrio de clase media en Buenos Aires, para expresar su respaldo al fiscal, transformado en héroe o mártir de la justicia por los opositores al gobierno.
"Justicia, justicia", gritaban los presentes apostados a unos cien metros de la funeraria, donde se prendieron velas frente a las vallas de la policía que cerraron la calle.
"Todos somos Nisman", "Tristeza nacional", se leía en carteles, que también responsabilizaban a la presidenta Kirchner por la muerte del fiscal.
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El embajador de los Estados Unidos, Noah Mamet, y los principales dirigentes de la comunidad judía fueron a despedir al fiscal. Además, también pasaron por el lugar el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, el juez Ariel Lijo y el consejero de la Magistratura Alejandro Fargosi. |
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El ritual dispuesto por la familia de Nisman descarta la hipótesis de suicidio
Según las normas judías, el suicidio es un pecado. El ritual refleja la hipótesis de la familia: que el fiscal no se quitó la vida.
Según las normas judías, el suicidio es un pecado. El ritual refleja la hipótesis de la familia: que el fiscal no se quitó la vida. El cuerpo de Nisman será sepultado frente a la explanada donde se recuerda a los caídos en las guerras de Israel.
El fiscal Alberto Nisman será enterrado en el sector nuevo del cementerio de La Tablada, donde descansan los restos de los caídos en las guerras de Israel. La elección no parece casual: la familia descree la hipótesis del suicidio.
Según las normas judías, el suicidio es un pecado. Aquellas personas que se quitan la vida son sepultadas en otro sector que el resto de las fallecidos.
En el caso del cementerio de La Tablada, las personas que se suicidan son enterradas mirando hacia el muro. Es por eso que Nisman será sepultado en otro sector, frente a la explanada donde se recuerda a los caídos en las guerras de Israel.
Próximo al sitio donde descansarán los restos del fiscal se levantaron gazebos de lona color verde para albergar a los asistentes a la ceremonia religiosa con la que se dará el último adiós a Nisman.
Mientras tanto, un importante operativo de la Policía Bonaerense impide el paso de transeúntes y visitantes al sector nuevo del cementerio.
Asimismo, los ingresos a dos cuadras a la redonda del lugar están vallados.
Fuente: Minuto Uno.
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Por otro lado, la Sandra Arroyo Salgado, la jueza y exesposa de Nisman fue la primera en llegar acompañada de sus dos hijas. También estuvieron el embajador de Estados Unidos, Noah Mamet, y el constitucionalista Daniel Sabsay, entre otros. |
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MUERTE DE NISMAN
Jueves 09 de Abril del 2015
"Por la trayectoria de la bala es poco probable el suicidio"
El psiquiatra Omar Ledesma y el neurólogo Conrado Estol debatieron en Argentina Despierta sobre las pericias realizadas al cuerpo del fiscal Nisman.
Los especialistas Omar Ledesma, médico psiquiatra legista, y Conrado Estol, médico neurólogo analizaron en Argentina Despierta las claves de las pericias que se realizaran al cuerpo del fiscal Nisman. Ledesma aseguró que a partir de la cantidad de sangre que se encontró en la escena del crimen no se puede determinar si el fiscal murió en el acto. Por su parte, el doctor Estol dijo que si murió en el acto el corazón deja de latir y no habría un sangrado tan profuso. “Si el corazón siguió latiendo es porque no se afectaron partes centrales del cerebro”, continuó. A su vez, Ledesma estimó que por la trayectoria del proyectil es poco probable que se haya tratado de un suicidio. “A medida que pasa el tiempo es más difícil saber la verdad”, agregó Ledesma. La jueza Sandra Arroyo Salgado agregó 42 preguntas para que respondan los especialistas de la junta médica. Algunas de ellas fueron aclarada en la pantalla de Canal 26. No te pierdas el debate completo en Argentina Despierta.
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Diego Lagomarsino en la tapa de RS: el sospechoso imperfecto
La muerte de Nisman destapó el submundo de la política, el espionaje y la justicia; mientras intenta salir del laberinto en que se convirtió su vida, Diego Lagomarsino, dueño del arma que mató al fiscal, habla en profundidad de su parte en esta historia que define una época
Por Pablo Plotkin | Fotografías de Ignacio Arnedo
El sábado 17 de enero, minutos antes de las cuatro y media de la tarde, mientras estaba con sus dos hijos en la pileta del complejo donde vive en la zona norte del Gran Buenos Aires, Diego Lagomarsino recibió una llamada que no escuchó. El régimen laboral de Lagomarsino, que le facturaba a la Unidad Fiscal de Investigaciones AMIA pero en los hechos era un recurso personal de Alberto Nisman, era así: no iba nunca a la oficina, pero podía ser requerido en cualquier momento y por cualquier percance informático, cosas que la mayoría de las veces eran ridículamente sencillas de resolver. Cuando el teléfono volvió a sonar, vio que era una llamada "privada" y entonces supo que era su jefe. El hombre que, tal como enuncia Lagomarsino en los agradecimientos de su tesis de Licenciatura, le había transmitido una regla básica: "Ahora es ya".
La secuencia que se activó en ese minuto es el testimonio más relevante sobre las últimas horas de vida del fiscal que, cuatro días antes de morir, denunció a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por orquestar un presunto pacto de encubrimiento en favor de los iraníes acusados de volar la AMIA en 1994. La muerte violenta de Nisman, precedida por esa acusación de características inéditas, desató un escándalo internacional y sacó a la superficie las guerras cotidianas de la política, el submundo de las operaciones de inteligencia y sus vínculos con la justicia, lo precario y lo sofisticado de un sistema que, a lo largo de 20 años, garantizó la impunidad del peor atentado terrorista ocurrido en suelo argentino.
Frente a semejante escenario, el testigo principal y, al cierre de esta edición (20 de febrero), único imputado en la causa por "haber prestado el arma" que mató a Nisman, se define como "un granito de arena en el desierto del Sahara". Un llamado de su jefe un sábado a la tarde, aun en esos días calientes que siguieron a la denuncia, podía responder a la necesidad de copiar fotos de una carpeta a otra, o transferir sus contactos a un teléfono nuevo. Nada lo había preparado, aparentemente, para reaccionar al pedido que le hizo el fiscal una vez que llegó a Puerto Madero, después de cruzar la ciudad en su Ford Ranger negra.
"Ese sábado dejé de ser yo", dice Lagomarsino.
Después de su anteúltima visita al departamento de Nisman, volvió a su casa por la Panamericana, manejando como un autómata. Su mujer, Josefina, lo vio pálido. Cuando el fiscal volvió a llamar un par de horas más tarde para preguntarle si había encontrado "eso", Lagomarsino esperó hasta quedar solo; no quería que nadie de su familia supiera del encargo. Entonces sí, agarró la caja que estaba sobre la biblioteca y envolvió las tres partes del arma (el cuerpo, el cargador y las balas) en un paño verde. Nisman le había dicho que la quería para llevar en el auto cuando saliera a pasear con sus hijas, para amedrentar a un eventual "fanatiquito" que quisiera atacarlo. A Lagomarsino se le ocurrió lo del paño para que la pistola no hiciera ruido en la guantera del fiscal. Tal vez sin proponérselo, Nisman le había enseñado a cuidar los detalles.
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Desde ese día Lagomarsino empezó a ser una especie de paria. El Gobierno y los medios lo convirtieron en el sospechoso perfecto, y una opinión pública traumatizada y hambrienta de rumores multiplicó el efecto. Amigos que de pronto se esfumaron o dieron de baja su perfil de Facebook para evitar quedar relacionados, gente de su familia que dudó de la verdadera naturaleza del vínculo que mantenía con el fiscal. En su nueva vida, Lagomarsino ya no podía ir a la pileta de su edificio. "Si bajo, debería estar dando explicaciones extrañas a gente que se quejó porque estaba Gendarmería en la guardia", dice él una tarde de febrero en el estudio de su abogado, Maximiliano Rusconi, en su primera entrevista con un medio nacional.
Lagomarsino, un técnico de 38 años que hasta hace poco se la pasaba mandando tweets a los conductores de la Metro (la mañana del domingo 18 de enero reportó a la cuenta del programa Brunch: "diluvia en Pilar!"), o aportando datos de tránsito a Ernesto Arriaga, ahora es un hombre bajo custodia sobre el que pesan toda clase de hipótesis: espía, sicario, dealer, amante... "Claro", dice Lagomarsino, siguiendo la lógica de la sospecha popular. "El flaco labura con un fiscal que lleva la causa más grosa del país, no va a la fiscalía, trabaja a requerimiento, cobra 40 lucas Oaunque en realidad me quedaban menos de 30, restando los impuestosO, es experto en informática. Doña Rosa se debe imaginar que yo trabajaba con satélites de la NASA. Algo raro hay ahí, ¿no? O se lo garcha, o le hace la inteligencia, o no sé qué."
Después de un par de horas de conversación cara a cara, es difícil conectar a este fan de Los Simpson y Fito Páez con el personaje enigmático modelado por los medios y las redes sociales en el último mes. Incluso físicamente. El estrés se le nota en las facciones y en los seis kilos que perdió en este tiempo. "La primera semana casi no comía. Y creo que dormí una sola noche porque me dieron una pastilla. Me acostaba, cerraba los ojos y simplemente esperaba que se hiciera de día."
Aun cuando su rol en el caso todavía es materia de investigación, Lagomarsino intenta recuperar parte de su vida; sólo que no está seguro de que eso sea posible. "Sé que no voy a volver a la normalidad", comenta. "El otro día le decía a la psicóloga: 'Siento que Diego sólo quedó físicamente, que me hicieron un agujero y me sacaron el contenido'. Alguien recién me dijo: 'Bueno, son enseñanzas de la vida'. Sí, pero yo hice un doctorado en una semana. Todo esto me reventó el cerebro."
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¿En qué momento se definió la suerte de Lagomarsino? Probablemente mucho antes de que Nisman le preguntara si tenía un arma y él dijera que sí.
En el año 2002, según la declaración testimonial que prestó frente a la fiscal Viviana Fein, Lagomarsino accedió a una caja que contenía algunas armas en desuso. La caja había quedado abandonada en un galpón rural, como una suerte de herencia de un familiar indirecto. Lagomarsino, un aficionado a la pesca y la cocina al que le "gusta hacer de todo", quería aprender a tirar ("Siempre me atrajeron las armas"), así que pidió permiso para quedarse con una. Había un revólver Magnum, un rifle Winchester y otros ejemplares de valor. Por descarte, él se quedó con una vieja pistola semiautomática de fabricación nacional: una Bersa calibre 22 color marrón (no es una Thunder, como circuló en los medios, sino un modelo anterior, aunque desde la fiscalía prefirieron no dar especificaciones).
Lagomarsino entonces llamó a Carlos Rodríguez, alias "El Moro", un amigo que trabajaba en la Policía Aeronáutica (el hermano del Moro era cliente de él). Le contó que le habían regalado una pistola y le preguntó cómo registrarla. Rodríguez le dijo que anotara el modelo y el número de serie y que fuera al RENAR (Registro Nacional de Armas). Una vez que tuvo la credencial de usuario, fue con Rodríguez al Tiro Federal de San Fernando y aprendió lo básico. Pero, como dijo en esa famosa conferencia de prensa del 28 de enero en la que narró los hechos del sábado 17, el arma "realmente fallaba". "Andaba para el orto", dice ahora. (Según la declaración testimonial de Lagomarsino, la mayoría de las veces la Bersa disparaba dos tiros en lugar de uno. Si a Nisman lo hubieran encontrado con dos balas en la cabeza, la hipótesis del suicidio casi no habría tenido lugar.)
En ese 2002, Lagomarsino fue a practicar una segunda vez al Tiro Federal y desde entonces, asegura, no volvió a usar la pistola. La Bersa quedó archivada sobre la biblioteca, en una caja donde había "algunas boludeces de valor": su cámara de fotos, la edición en vinilo de New Blood de Peter Gabriel que le había regalado su mujer, cables y otras cosas sueltas. "¡Había hasta un minidisc!", dice él, ilustrando lo anacrónico del contenido. Cuando le pregunto si alguna vez la consideró para proteger a su familia, Lagomarsino pone cara de "¿me estás cargando?" "Cómo te explico.... Si un chorro me agarraba con esa pistola, ¡me recontracagaba a tiros! Era como un medicamento vencido."
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Diego Lagomarsino es el cuarto hijo ("el menor, el que se mete en todos los quilombos") de un contador y un ama de casa. Se crió en Banfield, en el sur del conurbano, e hizo el secundario industrial en el IMPA de Quilmes. Empezó a trabajar a los 15 años, cuando estaba en tercer año del colegio. No por necesidad, sino porque quería tener su propio dinero. Uno de sus hermanos ya trabajaba en sistemas y tenía un contacto en la oficina de Hacienda de la Municipalidad de Lomas de Zamora. Lagomarsino empezó a ir los viernes, rateándose de la clase de Geografía, para limpiar teclados y monitores. Desde entonces trabajó siempre con computadoras. "Hoy todos quieren ser gerentes, pero yo aprendí tirando cables, limpiando gabinetes. Y sabés qué, todavía tengo todas las uñas", se jacta mostrando las manos.
Dice que dos historias le marcaron la infancia. Una es una leyenda familiar protagonizada por su abuelo materno, Juan Carlos Barros, que vino de España en la década del 10. En los años 40, mientras trabajaba en el antiguo frigorífico La Negra de Avellaneda como despostador, hubo una gran huelga. Para no recibir represalias de sus compañeros por no plegarse al paro y a la vez seguir cobrando la paga que se les suspendía a los huelguistas, Barros se hizo una herida tremenda en una mano con un cuchillo de carnicero. Así obtuvo una licencia con goce de sueldo. Según la leyenda, el viejo dijo: "Haría cualquier cosa para darles de comer a mis hijos".
El otro episodio es una escena televisiva típica de la hiperinflación argentina de fines de los 80. Diego tendría unos 12 años cuando vio en el noticiero a un hombre desesperado porque no tenía para comprarles la leche a sus hijos. Esa imagen le "quedó para siempre" e inspiró una rara conducta que Lagomarsino mantiene desde que es padre: en un rincón del placar almacena cajas de cartón con paquetes de azúcar, latas de leche en polvo y otros alimentos no perecederos, una especie de despensa nuclear. Lagomarsino aclara con una sonrisa que no está loco, y cita a su abuelo matarife: "Haría cualquier cosa para darles de comer a mis hijos".
Egresó del IMPA como técnico electrónico y después cursó varias carreras que dejó por la mitad: Ingeniería Electrónica, Ingeniería Industrial, Seguridad e Higiene. Nunca fue un gran estudiante, pero finalmente completó la Licenciatura de Informática en la sede porteña de la Universidad Católica de Salta. En su relación con las máquinas, Lagomarsino es más un mecánico que un nerd. "La programación nunca me interesó", asegura. "Lo mío es más el hardware. Yo digo que soy un intermedio entre un psicólogo y un técnico, porque estaba entre el usuario y la máquina. Mirá vos: ¡hablo de mi trabajo en pasado!"
Su gran debilidad, según él, es el constante "deseo de agradar". "Todo el tiempo busco el reconocimiento del otro, es algo que estoy viendo con la psicóloga. El que digan: 'Che, qué genio Diego que me resolvió el problema que tenía en el iPhone'."
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Viene
A mediados de la década del 2000, el mismo hombre que le había enseñado a usar la pistola, Carlos Rodríguez, fue quien lo contactó con el juez Jorge Brugo, que necesitaba asistencia técnica. Lagomarsino ya no recuerda si fue Rodríguez o Brugo la persona que lo recomendó ante un fiscal general joven, un abogado exitoso que había saltado de los juzgados de Morón a liderar, por decisión del presidente Néstor Kirchner, la investigación criminal más pesada del país: el atentado a la AMIA, una masacre con 85 muertos que llevaba una década de pistas falsas e impunidad.
El día que lo llamó por primera vez, según cuenta Lagomarsino, Alberto Nisman no necesitaba un hacker que le trajera información clasificada: se le había roto la tecla de encendido de una computadora Compaq que tenía en su casa de Recoleta. Lagomarsino, que todavía no había cumplido los 30 y vivía recién casado con Josefina (contadora) en un departamento de Avenida Independencia, dice que arregló el desperfecto con La Gotita y le recomendó al fiscal que no apretara tan fuerte la tecla. Nisman, un fanático de la eficiencia y la inmediatez más allá de la escala del problema, un detallista capaz de "hacer complejo hasta lo más simple", quedó satisfecho, y a partir de ahí empezó a llamarlo cada vez que le pasaba algo a su computadora.
Después de un par de años de pequeños encargos y soluciones rápidas, en 2007 Nisman le propuso sumarse a la UFI AMIA. La idea era que fuera uno de los jefes del área de Sistemas, con un sueldo inicial de 6 mil pesos. Lagomarsino planteó que su régimen tributario difería del de sus pares "de adentro", y sus descuentos impositivos iban a ser mayores, así que Nisman logró que le subieran el sueldo bruto a 8.000, el número inicial que reportan fuentes de la fiscalía. Los ajustes anuales del sector judicial inflaron la cifra hasta los 41.280 pesos que facturó Lagomarsino hasta el pasado enero, antes de que la Procuración General lo echara y lo definiera como un empleado fantasma. Según Lagomarsino, Nisman no peleaba personalmente sus aumentos, y la diferencia de ingresos con un par "de planta" se disolvía una vez que se aplicaban los impuestos. "De todas formas Odice élO, es como dijo mi abogado: ¿Cuánto debería ganar para no estar bajo sospecha?"
Más allá de la cuestión del dinero Omatiz decisivo para atraer suspicaciasO, había algo al menos peculiar en la dinámica laboral de Lagomarsino para la Unidad AMIA. "Muchas cosas las pude ver después, en estas semanas", reflexiona. "Yo siempre creía que Alberto no confiaba en la gente de Sistemas de la fiscalía. Hoy a la distancia me doy cuenta que no es que no confiara técnicamente: no podía contar con ellos. Contar en el formato Nisman, en el formato 'ahora es ya'. Mi hermano me decía: 'Yo nunca hubiera bancado a un cliente así'. Era un tipo que te llamaba a cualquier hora. Por ejemplo, me llamaba un domingo a las seis de la tarde, yo estaba en el supermercado y me decía que tenía un problema. Le decía: 'Estoy en el súper', y él saltaba rápido: 'Uy, ¡pero al final nunca estás cuando te necesito!' 'Quedate tranquilo, Alberto, en media hora llego y me conecto'. El cortaba, ofuscado. Cuando habían pasado 29 minutos con 30 segundos, me llamaba de vuelta: '¿¡Qué pasa que todavía no te pudiste conectar?!' Era de esos tipos que no aceptan que hay variables que uno no maneja: la cola del supermercado, el tránsito, las inundaciones."
Lagomarsino dice una y otra vez que él no hacía tareas de investigación. Y que el problema más complejo que tuvo que resolver para la fiscalía fue cuando "se cayeron los discos del Excalibur", el programa más usado en Argentina para intervenciones telefónicas, y debió reinstalarlo. "Alberto me llamaba por problemas súper simples", describe. "Te doy un ejemplo básico: quería saber por qué a determinada página podía meterse con el Explorer y no con el Google Chrome. Le explicaba que algunas páginas corrían mejor con un explorador que con otro. El decía: 'Tienen que andar las dos igual'. Otras veces eran tareas de cortar y pegar. Sinceramente, por momentos me sentía más un psicólogo. O sea, yo no soy Bill Gates. En este trabajo uno tiene que lidiar con las limitaciones del otro y con las propias."
También se ocupaba de las computadoras de la familia. "Las hijas tenían un problema y yo iba a solucionarlo. Por eso las conozco a ellas, y a Sandra (la jueza Arroyo Salgado, ex mujer de Nisman). Con el tiempo entendí que Alberto no quería mezclar a la gente de Sistemas de la fiscalía con su vida fuera de la oficina. El laburaba mucho en su casa también. Me chocaba verlo con ropa de gimnasia. De hecho, cuando fui ese sábado al departamento, me acuerdo que no me chocó. Estaba con jean y camisa, ponele. Era un tipo muy clásico para vestirse."
¿Pero estabas al tanto de sus investigaciones?
Sí, obviamente que de algunas cosas sí, me las comentaba. Pero él tenía una particularidad: te contaba lo que quería él, y no iba más allá. Si él te decía Oy pongo un ejemplo totalmente fuera de la realidadO: "Voy a pedir la detención de Cristina", y vos le decías, "Ah, mirá vos, ¿y cómo creés que pegaría esto..?", él enseguida te interrumpía: "No, pará, pará, ¡no me empieces a hacer preguntas como me hacen todos!" Se enojaba rápido. [Mira hacia arriba, como si le hablara directamente a Nisman] No te estoy criticando... Fijate la capacidad de trabajo que tenía: tuvieron que poner un equipo de cuatro fiscales en la investigación AMIA para reemplazarlo.
¿Por qué creés que Nisman confió en vos?
Tal vez por mi personalidad: me autoflagelo cuando no encuentro una respuesta, por ese deseo de agradar. Cualquier otro lo hubiera mandado a la mierda si lo llamaba a las 12.30 de la noche para decirle algo del Explorer. El llamaba a mi casa, por ejemplo, yo me estaba bañando, y no terminaba de sonar el celular que ya empezaba a sonar el teléfono fijo. Cuando aparecía "privado" mi mujer y yo ya sabíamos que era Nisman, sobre todo por la insistencia. ¿Cuántas veces podés llamar a alguien, por más que sea tu subordinado? Y la verdad es que yo estaba siempre disponible. No me iba de vacaciones a un lugar que no tuviera señal de celular, por ejemplo. No sólo por Alberto, sino también por otros clientes. Seguramente soy más boludo que la mayoría. Pero sabés qué: soy un terco, y no me quedo tranquilo hasta que no resuelvo el problema. Insisto: no soy un genio, y no se necesitaba un genio en esa posición. Se necesitaba un tipo que estuviera ahí cada vez que hacía falta.
***
Ese sábado, de acuerdo con su historia y mal que le pese, Lagomarsino estuvo ahí cuando hizo falta. Sólo que esta vez el pedido de Nisman se corrió de la norma.
"No te ofendas", me dice Lagomarsino en medio de la entrevista. "¿Vos tenés consoladores en tu casa?"
Después de un segundo de sorpresa le digo que no.
"¿Te chocó la pregunta? Bien. A mí me chocó de la misma forma que Nisman me pregunte por un arma. Mi pensamiento fue: '¿Qué está diciendo este pibe?' Si Nisman me hubiera dicho '¿me conseguís merca?', ponele, como están diciendo ahora que yo le llevaba droga, me hubiera sonado igual de delirante."
Según declaraste, también te dijo algo así como: "Una vez que te pido un favor.". ¿En qué tono fue eso? ¿Un reclamo real o una especie de chiste?
No, no fue en chiste. De hecho fue la primera vez que lo vi quebrado. Me dijo eso de "¿sabés lo que es que tus hijas no quieran estar con vos por miedo a que les pase algo?"
Lo más difícil es entender por qué te pidió el arma a vos.
Entiendo que antes intentó otros caminos [N. de la R.: El custodio Rubén Benítez declaró que esa tarde, antes del horario del primer llamado a Lagomarsino, Nisman le pidió un arma a él].Y no sé si antes de probar conmigo llamó a otros diez. ¿Vos lo sabés?
No. Llama la atención la urgencia del pedido. Hacerte ir especialmente, que tuvieras que volver a tu casa y llevársela esa misma tarde.
Es raro. La verdad. Yo creo que cayó a mí por descarte, y porque sabía que si yo tenía se la iba a dar. Porque, si no, me tendría que haber llamado a las 9 de la mañana del sábado. El buscó por medios más normales, digamos. Ahora bien, si él ya lo hubiera tenido todo pensado, ¿por qué la semana anterior no se compró un arma? ¿Cuánto le cuesta a un fiscal groso conseguir un arma para protección personal? ¿Cuánto puede tardar? ¿Dos días?
También declaraste que te dijo que la quería para salir al día siguiente con las chicas.
Sí, eso me dijo.
¿Vos no sabías que ellas estaban en Europa con la madre?
No.
Y te dijo que ya no confiaba ni en sus custodios.
Sí, fue cuando le dije: "Pero vos tenés custodia, no te tenés que preocupar". Yo estaba tratando de zafar de algún modo de su pedido. Creo que él me estaba. no quiero usar una palabra inconveniente. Creo que me convenció de la situación, digamos. Y yo estaba nervioso; se me mezclaban muchas sensaciones. "¿Qué carajo estoy haciendo acá?", pensaba.
Lagomarsino dice que le advirtió que la pistola era demasiado vieja, que fallaba, que no asustaba a nadie. Se cita a sí mismo con un énfasis que remite a los nervios de la escena, o al menos al recuerdo filtrado por sus consecuencias espantosas. Nisman presuntamente le dijo: "Yo no quiero matar a nadie. Yo lo que quiero es que si viene un fanatiquito diciéndome 'traidor hijo de puta', mostrarle el chumbo y a lo sumo tirar un tiro al aire". Según este relato, entonces, el temor que le transmitió el fiscal no respondía a la posibilidad de una vendetta sofisticada, sino a un eventual incidente callejero, un ataque espontáneo surgido al calor de un clima político espeso, con la figura de Nisman como nuevo eje del país polarizado.
Por supuesto, nada de todo esto fue materia de reflexión para Lagomarsino en el living de Nisman. En lo único que pensaba era en cumplir con el favor y salir de ahí con su cliente/jefe satisfecho. "Le dije que se quedara con la credencial de portación. Me dice: 'No, a mí no me para nadie. Quedátela para comprar balas'. Yo no sabía ni qué había que hacer para comprar balas. No podía creer la conversación que estaba teniendo. Quería escaparme del mundo."
El lunes 19 de enero, a eso de las 7 de la mañana, el Samsung Galaxy de Lagomarsino empezó a zumbar sobre la mesita de luz. Era habitual que la familia entera, incluyendo el gato, amaneciera en la cama matrimonial. Ese día su mujer dormía en la pieza de Elena, de 4 años, y Diego y Gregorio, a punto de cumplir 8, compartían la cama grande. Josefina entró en la habitación y le dijo a su marido: "Che, ¿escuchaste que sonó el fijo?". Con sus padres ya grandes, una llamada a deshora al teléfono de línea lo ponía a Lagomarsino en guardia (por alguna razón no se le ocurrió que tal vez era Nisman). Le pidió a su mujer que le pasara el celular, que seguía vibrando. El primer WhatsApp era de uno de sus hermanos: "Che se murió Nisman?" El segundo era de una amiga: "Diego, lo siento mucho, este mundo de mierda en el que vivimos.". Lagomarsino encendió el televisor y quedó en shock: las noticias hablaban de un suicidio. "Nisman se mató con mi pistola", le dijo a su mujer.
Josefina "no entendía nada"; él no le había contado sobre el episodio del sábado, y difícilmente ella recordara la existencia del arma. A las 7.30 de la mañana, Lagomarsino se preguntó: ¿Qué carajo hago? "Uno está preparado para ciertas emergencias: un corte de luz, un accidente doméstico, pero un fiscal que teóricamente se mata con un arma tuya... Hasta ahí yo todo lo que sabía es que le había dado un arma y que dos días después había aparecido muerto. Llamo al esposo de una amiga, abogado, y no me contesta. Llamo a un amigo que es juez de Lomas y le digo: 'Pasó esto, ¿qué hago?' Me dice: 'Averiguate cuál es el juzgado y andate a Tribunales'."
Lagomarsino se comunicó con un compañero de la UFI AMIA, que escuchó su historia y le dijo que se presentara en el juzgado del Dr. Manuel de Campos, a cargo del caso en esas primeras horas. "No sé qué me puse, ni sé cómo hice, pero no más de 8.10 estaba en Tribunales."
Mientras iba manejando bajo la lluvia por Panamericana camino al Centro, encendió la radio para escuchar detalles del caso. En Mitre, Marcelo Longobardi estaba entrevistando a Nisman. Era una grabación, por supuesto, pero el efecto que tuvo sobre Lagomarsino fue dramático, y ya no entendía si era real o parte de una alucinación. "Se me puso negra la visión, literalmente. Me bloqueé." Tal vez fueron un par de segundos, o apenas una décima, pero volvió en sí cuando se le cruzó un auto (en realidad el que se estaba cruzando era él) y estuvo a punto de chocar. "Me desvanecí", dice Lagomarsino y se queda un momento asintiendo con una sonrisita entre irónica y amarga. La definición que sigue resume el estado de un país en el que ya es difícil marcar un límite entre operación y accidente, paranoia y precaución: "Mirá las cosas que se hubieran dicho si el único testigo se mataba en la Panamericana. ¿Ves que las casualidades existen?"
Llegó a Tribunales en plena crisis de nervios. El secretario del juzgado le puso música, le llevó agua y le dio charla. "Todos ahí fueron muy contenedores", dice él. "Yo estaba desesperado. Y quería simplemente decir lo que había pasado. Tengo una obsesión por que se sepa siempre la verdad, por que todo funcione bien. Me peleo con la gente cuando bloquea la rampa de discapacitados. Soy medio... ¿idealista sería? Llegar hasta mí, en definitiva, era cuestión de horas: averiguaban de quién era el arma y ya está. Pero quería evitar todo ese proceso: necesitaba contar lo que había pasado."
Un comisario de homicidios lo acompañó a la fiscalía de Fein y ahí le tomaron una larga y detallada declaración testimonial. Su versión de los hechos fue la que resumió en la conferencia de prensa: la llamada de Nisman, el pedido del arma, la vuelta a Le Parc, la subida con uno de los custodios, el comentario sobre el chango del supermercado en el lugar incorrecto, la opinión sobre el 4G, el escritorio con los papeles de la denuncia y los resaltadores luminosos, el café en cápsula preparado por él mismo, las instrucciones de Lagomarsino para operar el arma y la despedida OexcepcionalO por el ascensor principal en lugar del de servicio, con esas cinco personas "muy bien vestidas" que lo habrían visto dejar el departamento y saludar a Nisman a la distancia. Procesalmente no es un detalle, porque serían testigos de que Lagomarsino dejó el lugar con el fiscal todavía vivo (¿Nisman calculó eso?). Y para él, en un nivel muy personal, la escena tiene una relevancia triste. "Sabés lo que me quedó pendiente, lo que me da bronca: que no lo saludé", dice ahora. "Cuando me fui no lo saludé. Le hice un gesto desde el ascensor, pero había gente esperando. Me quería ir rápido."
Podría ser el último eslabón en la secuencia de incidentes que determinó la participación de Lagomarsino en esta historia, y que empezó el día en que se quedó con esa Bersa .22, un cacharro que tenía todos los boletos para oxidarse en un galpón en el medio del campo, y no para terminar en la sien de un fiscal, en el centro de una tragedia que define toda una era política.
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Más allá de su rol en la muerte de Nisman, la experiencia reciente de Lagomarsino resume de una manera casi grotesca los mecanismos del poder para arrinconar a un ciudadano y dibujarle un perfil criminal en base a una serie de datos cuanto menos dudosos. Por cadena nacional y a través de su Facebook, la Presidenta lo envolvió de sospechas, además de vincularlo erróneamente con el Grupo Clarín y de calificarlo como un "feroz opositor" (en realidad, más allá del tweet en el que insultaba a "Kretina" por una serie de robos a sus padres, Lagomarsino rescata unas cuantas medidas del Gobierno). Después de eso, el diputado kirchnerista Marcelo Saín, ex interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, declaró que Lagomarsino, diez años atrás, le había ido a ofrecer servicios de espionaje ("nos parece", dijo). En 2008, al frente de la PSA, Saín había denunciado al juez Brugo en una causa por espionaje que también involucró al Moro Rodríguez, el agente aeronáutico que llevó a que Lagomarsino conociera a Nisman. Lagomarsino dice que eso es "casualidad", y que ni siquiera sabe quién es Marcelo Saín.
Esta línea argumental, abonada también por Aníbal Fernández, indica que Lagomarsino sería un operario a las órdenes de los servicios de inteligencia desbandados, encarnados en la figura mitificada de Antonio "Jaime" Stiuso, el espía de la Secretaría de Inteligencia que fue jubilado el pasado diciembre después de tres décadas de influencia política. Según esta versión de los hechos, el plan de desestabilización había empezado con la acusación "infundada" de Nisman (basada en los informes de Stiuso, la fuente principal de la investigación AMIA, que a la vez era coordinada con la Embajada de Estados Unidos, según se infiere de los cables filtrados por WikiLeaks) y concluía con la muerte del propio fiscal, un cadáver político que debilitaría al Gobierno en su recta final. La aparición espontánea de Lagomarsino, que repite que nunca vio a Stiuso ni escuchó jamás su nombre en boca de Nisman (Stiuso dijo lo mismo en su declaración testimonial), fue el toque dramático que llevó la narración conspirativa a otro nivel.
La hipótesis del técnico informático como agente encubierto fue alimentada también por el abogado José Iglesias, papá de Pedro (fallecido en Cromañón), que dijo que Lagomarsino, en el verano de 2005, espió durante dos semanas a familiares de víctimas de la tragedia, haciéndose pasar por fotógrafo documental. Según declaró Iglesias (que, consultado para esta nota, lo ratifica), Lagomarsino presenció reuniones e incluso estuvo en su casa, sacando fotos en la pieza de su hijo. A través de sus abogados, Lagomarsino negó la acusación y aseguró que nunca había estado en la casa de Iglesias.
En medio de estas versiones, a comienzos de febrero se filtró en la web un video de un supuesto Lagomarsino en una manifestación en Tribunales durante la primera sentencia del juicio por Cromañón, en 2009. El video fue publicado en algunos portales oficialistas como un elemento que venía a reforzar el testimonio de Iglesias. Sin embargo, el que aparecía en las imágenes era yo, que casualmente tengo un cierto parecido físico con Lagomarsino. Publiqué de inmediato una aclaración en Twitter y "la prueba" fue bajada de los portales, mudándose a los medios opositores en calidad de "operación desactivada" por un periodista de Rolling Stone. Aun cuando mi aclaración no dejaba sin efecto la acusación de Iglesias, la versión de Lagomarsino como agente encubierto perdía peso. Un par de días después, mientras encarábamos la cobertura del caso Nisman para RS y yo trataba de salir de ese círculo bizarro en el que me veía metido, llamé a Rusconi pidiendo una entrevista con su defendido. Habían acordado no dar ningún reportaje a un medio local, pero Lagomarsino creía que me "debía la nota por decir la verdad y haber dado la cara".
La entrevista, entonces, se desplegó en dos encuentros, en los que Lagomarsino habló sin la supervisión de sus abogados. Respondió ampliamente sobre su trabajo, la relación con Nisman y sobre el episodio que le cambió la vida. "Todo esto es muy loco", repetía, medio pálido, frente a la cámara de Ignacio Arnedo. "¿Qué hago yo posando para la Rolling Stone?"
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Una mañana de feriado de carnaval, en un bar de San Isidro, Lagomarsino toma un cortado mientras comenta las noticias de una causa que todos los días presenta nuevos personajes e hipótesis. Hoy apareció Natalia Fernández, la mesera de corte stone que, en la madrugada del 19 de enero, fue llevada como testigo al departamento 2 del piso 13 de la torre Boulevard de Le Parc. Su descripción del operativo, con los policías preparando café en la Nespresso de Nisman, era digna de una película de los hermanos Coen (sólo que después no ratificaría todas sus declaraciones mediáticas frente a la fiscal).
Lagomarsino llega al bar con lentes oscuros, y al principio se lo ve un poco inquieto. "Estoy re paranoico", comenta, pero después se relaja. Un par de noticias favorables para su situación procesal (los registros de autopista que verifican sus movimientos, la confirmación de Oscar Parrilli de que nunca fue contratado por la Secretaría de Inteligencia) le dan un poco de aire. De hecho, es la primera vez que se muestra en un espacio público desde su explosión mediática involuntaria. "Si me gustara la fama, estaría 24 horas al día en televisión. Podría tener mi camita en el estudio de Rial. Por loco que suene, hay gente que envidia este nivel de exposición. Yo no tengo nada que ocultar, pero tampoco tengo nada que exponer. No es que inventé un algoritmo para encriptar información satelital. ¡Me hice famoso porque le presté un arma a un tipo! A veces por querer hacer un favor te mandás una cagada."
Algunos lo observan, pero el único que se le acerca es su entrenador de running, que de casualidad pasaba por ahí. Lo saluda con afecto y le dice que debería volver a correr. Lagomarsino venía practicando crossfit desde hacía varios meses. En las fotos de las redes sociales se lo ve atlético, pero hoy es un alfeñique. "La verdad que tendría que volver al gimnasio", dice después. "Pero además de que físicamente no me siento preparado, ¿cómo vuelvo? ¿Entro sonriendo y digo: 'Hola, hola, qué tal...', como si no hubiera pasado nada?"
La proyección pública impactó en sus relaciones. "Aparece gente que no te cuestiona, que no te pregunta, que te abre la puerta y te invita al asado, y sos uno más de la mesa. Y aparece gente que no, que te mide. Pero otra cosa que aprendí de todo esto es que no hay que juzgar a nadie, ni estoy en situación de evaluar nada. La gente que desapareció, tal vez le agarró pánico de que le pasara algo. No lo sé. Yo sabré perdonar. De hecho lo perdoné a Nisman. Entendí que el flaco. Todos me dicen: 'Eh, se cagó en vos'. No, se cagó en sus hijas. Un tipo que se caga en sus hijos, con el amor que él les tenía Oy me recontra constaO, no está pensando en nadie."
¿O sea que vos creés que se suicidó?
No, no tengo ninguna idea de lo que pasó, porque se me contradice todo. Pienso "se suicidó" y no me parece razonable, considerando su personalidad y la situación en la que estaba. Entonces pienso "ah, se mató porque lo estaban apretando". No, pará, también sería muy extraño. ¿Y si había un tipo adentro? Todo se me mezcla, y gracias a Dios no soy el que tiene que investigarlo.
Afuera del bar lo espera un Renault con dos custodios que le asignó el Ministerio de Seguridad por orden directa de la Presidenta. Cristina había posteado en su Facebook: "Resulta imposible no observar que en cualquier lugar del mundo, si alguien aparece muerto por un arma que está registrada a nombre de otra persona y esa misma persona resulta ser la última que estuvo con él en vida, le entregó el arma en el mismo lugar del hecho, su casa, y es un íntimo colaborador suyo especialista en informática que trabaja también en la causa AMIA desde el año 2007, resulta cuanto menos raro. Muy raro. Por eso es más que conveniente que se le otorgue mucha protección al Sr. Diego Angel Lagomarsino".
"Cristina primero me pelea pero después me cuida", dice él como si no captara del todo la situación.
Además de las empresas que lo contratan como técnico freelance, Lagomarsino es profesor en primer año de Informática en la Universidad Nacional del Oeste, donde da Tecnologías Aplicadas y Arquitectura del Ordenador. A la mañana siguiente de nuestro encuentro en San Isidro, a un mes de la muerte de Nisman, debería ir a tomar examen recuperatorio, un momento extraño pero necesario: enfrentar a los alumnos a los que les había dado clases el año pasado. Pero finalmente recibe un llamado del Dr. Gabriel Palmeiro, abogado del estudio de Rusconi, que le dice que la jueza Fabiana Palmaghini dispuso para ese horario la toma de su muestra de ADN, a fin de cotejarlo con el que encontraron en el departamento del fiscal. Horas más tarde, mientras miles de personas Oincluyendo a la jueza Arroyo Salgado y la hija mayor de Nisman, IaraO marchen bajo la lluvia, Lagomarsino volverá a escribir en su cuenta de Twitter después de un mes de silencio: "Mi respeto y homenaje a un gran fiscal argentino. Que Dios ilumine a su familia".
También ese día, batiendo récords del disparate político, el senador nacional Salvador Cabral, del Frente para la Victoria, dirá por radio que lo de Nisman fue un crimen pasional a cargo de su "marido" (Lagomarsino), que "amorosamente" lo mató de un tiro.
"Sé que ya no voy a tener normalidad", dice Lagomarsino. "Pero sabés qué: hoy le doy más valor a los días." Su definición sugiere que se considera una especie de sobreviviente. "Es una buena forma de verlo", reflexiona. "Todavía no sobreviví."
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Después de un par de semanas de consumo intenso de noticias, Lagomarsino se exilió en Cartoon Network y en series como Grey's Anatomy. Pero todo lo ve como parte de su vida. "Siento que estoy viviendo una película y de repente me doy cuenta de que soy el protagonista", dice él. Compara su situación con un capítulo clásico de Los Simpson: ése en el que Homero queda envuelto en una denuncia mediática de abuso por despegar un caramelo (la Venus de jalea) del culo de una niñera. "Lo termina salvando Willy el jardinero", recuerda Lagomarsino. "Y al final aparece Kent Brockman diciendo: 'A veces los periodistas nos equivocamos, estos son nuestros errores', y sigue una lista interminable. 'Y a continuación, un conserje que espía parejas en la noche...' Y es Willy, que había salvado a Homero. Y Homero mira a Marge y dice: 'Qué cara de depravado'. Quiero decir, la televisión genera ideas sobre las personas y muchas veces no tienen nada que ver con la realidad. Todo esto me enseñó a confiar menos."
El gran problema, dice él, es tener que dar explicaciones todo el tiempo. "No soy ningún estafador, no maté a nadie, no hice ninguna cosa rara, pero a veces parece que tenés que convencer a los demás. El otro fin de semana estuve muy mal. Pésimo. Te juro que si no tuviera hijos. Es como que me caen las fichas. Al principio estaba con mucha adrenalina y no entendía nada." Se quiebra y hace catarsis: "Soy un pelotudo. Sabés qué pasa. Que me cague la vida yo es una cosa, pero que se la cague al resto. No tiene nada que ver, ¿entendés? Se la cago a mi mujer, se la cago a mis amigos, se la cago a mis hijos. Se la cago a todo el mundo".
Cuenta que estuvo dos semanas sin poner música, y que eso para él es un comportamiento extremo. Un día, en la casa de un amigo, se le ocurrió romper el ayuno con Ciudad de pobres corazones. "Obviamente si no me cuetié con eso no me cueteo con nada. En un momento Fito dice: 'Ya no existen lazos, al menos para mí, ya tomé pastillas y sigo sin dormir.'. Ese 'track track' lo tengo acá (se señala la sien), todo el tiempo."
Lagomarsino busca respuestas en las cosas que tiene a mano. Al borde del misticismo, se ve reflejado en el guerrero apache de la canción de Peter Gabriel "San Jacinto" (1982). "Gabriel cuenta que se inspiró en un chico que quería ser guerrero y lo agarró el brujo de la tribu. El tipo agarra una bolsa llena de serpientes y se lleva al pibe a la montaña. Le hace meter la mano en la bolsa. Una serpiente lo pica y, en medio de convulsiones y mucha fiebre, el viejo le dice: 'Tenés dos caminos, morir o convertirte en guerrero'. Lo que yo pienso es: cuántas veces la vida te mete la mano adentro de la bolsa, ¿no? Yo todavía estoy con fiebre, y no sé en qué va a terminar."
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No era amigo de Nisman. Y si bien la relación era de mucha confianza profesional y cierto cariño, sólo dos veces almorzaron juntos: una vez el fiscal lo invitó a Osaka, en Palermo, y otra vez él le devolvió "la gentileza" llevándolo a comer sushi a Comedor Nikkai, sobre Independencia (Nisman amaba la comida japonesa). En esos casos Lagomarsino, un conversador nato, se dio cuenta de que cuando estaba con el fiscal le costaba encontrar tema. "Yo puedo hablar de cualquier cosa", dice. "Podemos hablar todo el día de Banfield. Pero él hablaba sólo de lo que él quería. Insisto [vuelve a mirar para arriba]: No te estoy criticando. Son rasgos personales. Era muy obsesivo. Te doy un ejemplo: él tenía arriba de la mesa ratona una de esas revistas grandes de autos. Yo me sentaba, miraba la revista y la volvía a apoyar; entonces él venía y corregía la posición de la revista. Era muy maniático del orden, y podía llegar a ser un poco grosero en ese aspecto. Alguien me dijo: 'Era un divo'."
En los días que pasaron entre nuestros dos encuentros, pensó mucho en una pregunta que le hizo un periodista norteamericano del Wall Street Journal: qué había sacado de bueno de su vínculo laboral con Nisman, más allá de lo económico. En el momento él había dicho "chapa", aunque la verdad es que evitaba ponerlo en su currículum por cuestiones de seguridad. Después de darle vueltas al asunto, se dio cuenta de que con Nisman había aprendido a prestar atención a los detalles. De hecho, su aporte testimonial a la causa incluye precisiones Oel destino final de esas cinco personas con las que bajó en ascensor, por ejemploO que parecen propias de alguien acostumbrado a observar y tener los sentidos afilados. Alguien, sí, más cerca de un investigador que de un técnico.
Tal vez era sólo la energía que contagiaba Nisman, que esa tarde de sábado era tan potente como la de cualquier otro día. Más allá del "shock" producido por el trámite que le había encomendado, Lagomarsino no vio indicios de alguien dubitativo, ni mucho menos deprimido: era el hombre ambicioso y audaz que lo había contratado siete años antes, con una sombra de temor pero siempre dispuesto a comerse el mundo.
Sobre lo que pasó después de que él dejó el departamento, en el anochecer del 17, hay aun menos certezas. Si al fiscal lo mataron los espías, el Gobierno, los iraníes, la CIA o los aliens, o si se suicidó, es un enigma que, al cierre de esta edición, parecía lejos de ser resuelto. Y mientras la denuncia de encubrimiento contra la Presidenta y otros funcionarios está en manos del juez Daniel Rafecas, Lagomarsino espera que se defina su imputación en esta causa.
¿Le preocupa su situación procesal? "Mis abogados me dicen que eso está en sus manos", dice Lagomarsino. "Ya lo sé, pero mi culo está en mi cuerpo. Ellos duermen pensando que tienen un cliente en un quilombo. Y yo duermo sabiendo que soy el quilombo. Muchas veces me dicen: '¿Pero cómo hiciste eso?' Hagamos una cosa: te doy mis 41 lucas y media, esos 41 y medio gastados, andá ese sábado a lo de Nisman y fijate vos qué hacés. Hay que ponerse en los zapatos del otro. Casi todos hubieran hecho lo mismo que yo."
Lagomarsino se detiene un momento y sigue: "Alberto me dijo que el arma era para cuidar a sus hijas. Mi error fue decir que sí pero, sabés qué, hoy dudo que haya sido un error. Estoy diciendo una estupidez, pero ¿qué pasaba si con esa pistola evitaba que le pegaran un palazo, o que les hicieran pasar un mal momento a sus hijas? Es algo que me planteé 20 mil veces por noche".
Un rato después vuelve sobre una de las lecciones aprendidas, esta vez para ponerla en duda: "Te dije que todo esto me había enseñado a confiar menos, pero no sé... Fijate: sea lo que sea que haya pasado, Alberto confió en mí hasta último momento".
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EL PAIS › DIEGO LAGOMARSINO, EL HOMBRE QUE LE PRESTO SU ARMA A NISMAN, EXPLICA LOS MOTIVOS QUE LE DIO EL FISCAL PARA PEDIRSELA
“Me contó que Stiuso le dijo que se cuidara”
A través de una jueza, hizo llegar su versión a Página/12. Asegura que Nisman le dijo que “el día anterior lo había llamado Stiuso”, cuyo nombre aparece así por primera vez señalado por un protagonista directo.
Por Raúl Kollmann
El último hombre que vio con vida a Alberto Nisman, Diego Lagomarsino, se conectó a través de otra persona –una magistrada– con Página/12. “No soy un agente de Inteligencia, no tengo nada que ver ni jamás conocí a Jaime Stiuso”, mandó a decir. El técnico informático relató que el sábado lo llamó Nisman y le pidió la pistola prestada: “Me dijo que era por seguridad. Que el día anterior lo había llamado Stiuso y le dijo que se cuidara de la custodia y que, además, tuviera precaución con la seguridad de sus hijas”. Lagomarsino llegó a la torre Le Parc de Puerto Madero, lugar al que iba habitualmente; la guardia consultó al fiscal, éste lo hizo pasar y no hubo revisación de ningún tipo. Hoy en día, recapitulando lo sucedido, asegura que siente culpa porque en ese momento no se le ocurrió pensar que no debió prestarle una pistola a alguien en esa situación de presión.
La versión de Lagomarsino fue transmitida a este diario a través de una jueza amiga desde hace años de la familia del técnico informático. “Es un pibe joven, casado y con hijas chicas. Tiene mucho trabajo: le decimos ‘Cerebrito’, porque arregla todos los problemas en las computadoras. Yo le creo”, sostiene la jueza. Como es obvio, este diario no tiene elementos para creer o descreer de la versión del técnico informático.
Si fuese cierta la versión que transmite Lagomarsino a Página/12, por primera vez aparece nombrado directamente Antonio Stiuso en relación con los hechos de la última semana. El ex director de Contrainteligencia de la Secretaría de Inteligencia, despedido en diciembre pasado cuando la Presidenta decidió cambiar la cúpula del organismo, mantuvo en los últimos años una estrecha relación con el fiscal Nisman, que el juez Rodolfo Canicoba Corral definió la semana pasada como de subordinación del funcionario judicial al de los servicios de inteligencia. Desde la presentación de la insólita denuncia del fiscal, en la Justicia todos vieron la mano del espía en la iniciativa, como una forma de venganza por su despido, y señalaron a Stiuso como posible responsable del abrupto regreso de Nisman de sus vacaciones para presentar al día siguiente su escrito. Pero la versión de Lagomarsino lo coloca en estrecha relación con el fiscal hasta el último momento.
Página/12 se asentó en hechos objetivos que convierten a Lagomarsino en un personaje extraño pero protagonista esencial en la historia de la muerte del fiscal:
- Es el último que lo vio con vida.
- Le facilitó la pistola de la que salió el disparo que le produjo la muerte. En eso no hay dudas: el plomo encontrado en el cráneo del fiscal se corresponde con la vaina encontrada en el baño y esa vaina salió de la pistola Bersa, calibre 22.
- Tenía un contrato altísimo en la fiscalía, de 40 mil pesos por mes. Los fiscales consultados por este diario se sorprendieron con semejante cifra: “Por esa plata, ese contrato no es lo que parece ser”, afirmaron.
- Iba pocas veces a la fiscalía.
- En la mayor parte de las ocasiones, se veía con el fiscal en su vivienda, últimamente en el edificio Le Parc.
La versión de Lagomarsino, según lo manifestó la jueza que habló con este periodista, es que en la Unidad Especial AMIA había otros contratos altos, del mismo valor. Lagomarsino asegura que se dedicaba a copiar y desbloquear archivos y que realizaba backups de archivos que le pedía Nisman.
–¿No es una cifra desmesurada para ese trabajo?
–Diego dice que a veces el fiscal lo citaba a la una de la mañana de un sábado. Que debía estar listo todo el tiempo. Es cierto que iba poco a la fiscalía. El afirma que la mayor parte del trabajo lo hacía de forma remota: le mandaban los archivos y él los desbloqueaba o copiaba o hacía los backups. Diego dice que nunca conoció el contenido de esos archivos.
–¿Y cómo consiguió ese trabajo tan bien remunerado?
–Un juez de San Isidro tenía problemas en la computadora de su casa y recurrió a Diego. Como siempre suele suceder, Diego arregló los problemas. Le aseguro que es un tipo genial. Nisman también tuvo problemas en la computadora y este juez se lo recomendó. Así empezó la relación. Después Nisman le preguntó si no quería un contrato en la fiscalía. El no era monotributista sino responsable inscripto. Diego dice que en la Unidad AMIA había otros contratos de ese nivel.
Consultados por Página/12, en la procuración insisten con que semejante contrato es de lejos el más alto en la Unidad AMIA, que manejaba el fiscal Nisman, y en todas las fiscalías en general. Destacan que, en el momento de su inicio, Lagomarsino sólo tenía el secundario completo.
–¿Cómo fué que le prestó el arma?
–Diego cuenta que Nisman lo llamó por teléfono y, como declaró ante la fiscal, le pidió prestada el arma. Le dijo en esa conversación que Stiuso lo había llamado el viernes y le había dicho que debía tener cuidado. Que desconfiara de su custodia y que les pusiera seguridad a sus hijas. Eso es lo que le contó Nisman a Diego para justificar que le pedía el arma. Hoy en día, Diego llora todo el día. Está destruido y se siente culpable.
–¿Por qué?
–Básicamente porque no pensó en ese momento. Se pregunta cómo no se dio cuenta de que Nisman debía tener facilidad para conseguir un arma y no evaluó por qué se la pedía a él. También piensa ahora que era raro que le pidiera algo por seguridad cuando tenía semejante custodia. Pero, claro, Stiuso supuestamente le había recomendado que desconfiara de los custodios. Aun así, se pasa el día llorando. Hoy en día, cree que Nisman tenía tomada la decisión (de suicidarse) el sábado a la noche cuando Diego le llevó la pistola.
–¿Tiene miedo?
–Diría, más que todo, angustia. Se pasa el día llorando. Cuando se enteró a la mañana temprano del lunes, pidió consejo a otro juez, porque no me encontró a mí. Ese juez le aconsejó presentarse de inmediato. Fue solo a declarar el lunes a las 9 de la mañana. Estaban la fiscal Fein y el juez Manuel de Campos. Diego lloró durante toda la declaración.
–¿Usted sabe cuál era la relación de Lagomarsino con el fiscal?
–No en detalle. Diego siempre dijo que tenía una relación de confianza, pero que siempre el fiscal le hacía sentir que él era el jefe. Quizás dé una pauta que, en los últimos meses, Nisman contó que había dejado terapia y que había optado por respaldarse en El Arte de Vivir (nombre del grupo de autoconocimiento, yoga y meditación fundado por el gurú Sri Sri Ravi Shankar, nacido en India).
–¿Cómo fue el último encuentro, cuando le entregó el arma?
–Diego contó que no fue muy largo. Como era habitual, lo hizo entrar por la puerta de servicio. Nisman estaba solo en el departamento y lo invitó a tomar un café. Le llamó la atención que se lo tuvo que preparar él mismo. Estuvieron sentados en la mesa y Diego dice que lo vio tranquilo. Al ratito se fue, pero esta vez por la puerta principal, algo que no era usual. También recuerda que la despedida fue sin darse la mano porque justo se abrió el ascensor, donde había unas mujeres, y no le dio tiempo.
–¿Relató algún encuentro anterior?
–Creo que dijo que el anterior fue justo el día en que el fiscal iba a hacer la denuncia, el 13. Y ese día le llamó la atención una frase de Nisman: “Yo esto lo tengo que hacer, no tengo alternativa”.
Los investigadores consideran que Lagomarsino no tuvo relación directa con la muerte de Nisman en el sentido de que no estaba en el edificio cuando la autopsia fija el horario de la muerte, entre las 14 y las 15 del domingo. El técnico informático fue a entregarle el arma a las 20 del sábado y se retiró del edificio un rato más tarde. Su ingreso y egreso quedaron registrados en la guardia. Su participación, por lo menos en lo que hasta ahora hay en la causa, consistió en prestarle la pistola. Esa es la razón por la que la fiscal Fein no lo acusa de ningún delito.
Tras su declaración del lunes, Lagomarsino le prometió a la fiscal que no hablaría con los medios, razón por la cual no fue posible dialogar con él en forma directa. Sin embargo, recurrió a una magistrada conocida de su familia, para salir al cruce de la versión del martes que le adjudicaba un posible vínculo con algún servicio de inteligencia. En la procuración ayer le entregaron a la fiscal los detalles de los contratos sucesivos que firmó, pero más allá de eso, no tienen datos, porque Lagomarsino dependía directamente de Nisman.
raulkollmann@hotmail.com
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Exclusivo: Las pericias de la exmujer de Nisman
PERFIL publica el estudio elaborado por los peritos de Sandra Arroyo Salgado, con los fundamentos que la llevaron a afirmar que se trató de un asesinato. Fotos. Galería de imágenes.
OBJETO: Producir informe Interdisciplinario forense.
Quienes suscriben, el equipo interdisciplinario de peritos de la querella, Dr. Osvaldo Hugo RAFFO DNI Nº XXX, Dr. Julio Alberto RAVIOLI DNI Nº XXX y el Lic. Daniel Alejandro SALCEDO DNI Nº XXX previa aceptación del cargo por juramento de ley y demás requisitos legales, vienen a presentar a Ud. el resultado de la labor encomendada en la causa caratulada “N.N. S/MUERTE POR CAUSA DUDOSA” del que resultara víctima quien en vida fuera Natalio Alberto NISMAN.
A fin de hacer un estudio claro y metódico de las diversas cuestiones Criminalísticas y Médico Legales que se plantean en este juicio, hemos resuelto dividir, siguiendo una práctica inveterada de su conducta pericial, en cuales ellos son evidencia objetiva referido al análisis de la Escena del Hecho, una minuciosa recopilación y crítica del protocolo de la autopsia practicada al occiso, y de otras constancias sumariales que se relacionan con este juicio, que hacen al estudio crítico del caso subjudice y finalmente, las conclusiones a las que hemos arribado. (...)
1. INTRODUCCIÓN: El “Lugar del Hecho” (LDH) es un sector del espacio donde tuvo lugar un determinado acto. Dicho lugar no tiene una extensión que pueda determinarse al inicio de su examen. Este último revelarse por vestigios capaces de objetivar y de constatar los rastros y las huellas que identifican al autor del ilícito. El método se inscribe en los mismos principios básicos en los que se asienta la autopsia médico legal, es decir que debe ser completa, metódica e ilustrada.
El personal que interviene en estos casos debe tener idoneidad científica en el área de su conocimiento. Asimismo, debe conformarse en el que intervenga, exclusivamente, el personal policial que investiga el hecho, el médico legista, los criminalistas que se encargan del “más allá” del cadáver, y los profesionales especializados en fotografías y en otras prácticas audiovisuales. Es tan importante lo que debe hacerse, como aquello que debe evitarse, porque el lugar del hecho es un espacio que debe preservarse en las condiciones originales, ya que de eso dependerá el éxito de la empresa. Por lo tanto, se lo deberá cercar de la formar más rigurosa posible, y no se permitirá que los familiares de la víctima o alguna persona ajena al equipo introduzca, quite o altere la posición del cadáver o alguna prensa u objeto existente en el lugar. Tampoco se permitirá el lavado del piso ni de ningún elemento hasta que no se recolecten las muestras y se efectúen las tomas fotográficas o hasta que los peritos lo decidan.
El proceso metodológico es indispensable, y TODOS los métodos sirven. La cuestión residirá en utilizar las más adecuadas de todas las herramientas disponibles de acuerdo a las circunstancias particulares del caso. Sin embargo hay procesos que no pueden obviarse en cuanto a su utilización (Si, en cuanto al modo o como debe aplicarse).
El Método Genérico, es de lo general a lo particular siguiendo el orden:
1º PRESERVAR 2º OBSERVAR 3º REGISTRAR 4º CLASIFICAR 5º RECOLECTAR 6º CADENA DE CUSTODIA.
El orden que ha sido mencionado es esencial, ya que en este caso la alteración del mismo afectará su resultado. La protección perimetral es a los efectos de resguardar la zona en el sitio donde se presume ha ocurrido el evento,motivo por el cual debe ser lo más extendido y preciso a la vez, a los efectos de cuidar la evidencia física que allí pudiera haber. En particular es fundamental no Contaminar ni contaminarse para lo que se recomienda a la totalidad de las personas que ingresen o permanezcan en el sitio posean el equipamiento apropiado (equipo de protección biológica, guantes, cubre calzado, barbijos y lectes protectores).
(...) Hay Reglas de Seguridad, que son las siguientes: -No mover ni tocar nada. -Proteger los indicios – Seleccionar y resguardar las áreas por donde se va a transitar. -No mover las evidencias de su posición original.
La secuencia de observación se registra completa de manera fotográfica y filmográfica. Como primer paso sabemos muy bien que el espectro humano de luz visible es limitado por lo que siempre se debe trabajar con instrumental óptico y lumínico adecuado (luces forences) para visualizar precisamente lo que no puede detectarse “a ojo desnudo”.
Quien tome conocimiento de la comisión de un hecho delictivo cualquiera sea este debe llegar con rapidez, restringir el acceso y tomar nota de todo, inclusive de las personas presentes en el lugar, así como ocasionales testigos. Estar atento ante cualquier circunstancia que pueda ser relevante para la investigación.
(...) Quien arribe o interbenga inicialmente debe extremar todos los recaudos a fin de preserbar la
intangibilidad del sitio, para lo cual debe:
-Registrar la hora de aviso, de arribo al lugar del hecho y finalización de la labor.
-Observar desde los General a lo Particular, evaluando la escena, antes de comenzar la labor.
-Para ello tomara nota de cada circunstancia para lo que debe disponerse despejar el lugar de personas que no tengan justificada su permanencia.
-Observar y registrar la presencia de personas, de vehículos o de cualquier otros elemento que, en principio, pudiere relacionarse con el acontecimiento.
-Resguardar a las víctimas y brindarle de manera urgente la asistencia sanitaria en el caso de ser necesaria.
-Verificar la presencia de presuntos autores, partícipes o testigos, tomando los recaudos necesarios.
-Deberá estar atento a derivaciones del hecho ocurrido como a la posibilidad de explosiones, emanaciones tóxicas, derrumbes, descargas eléctricas, etc.
-Describir las características del hecho a fin de determinar la dotación de especialistas periciales a intervenir.
Luego del arribo el funcionario policial o de la fuerza de seguridad determinará quienes son víctimas, presuntos autores y/o partícipes, testigos o público en general. Brindará contención y asistencia a las víctimas. Dispondrá la inmovilización de elementos que por su naturaleza sean fácilmente removibles y que pudieran estar vinculados al hecho acaecido.
Se impedirá el acceso al LDH de personas no autorizadas con excepción de los servicios de emergencia o de los directamente relacionados con la investigación.
(...) ESCENA DEL HECHO:
En cuanto al análisis Criminalístico de las evidencias, el hallazgo del cuerpo sin vida de Natalio Alberto NISMAN sucedido en el edificio de la calle Azucena Villaflor 450 del barrio de Puerto Madero de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires entre los días 18 y 19 de Enero del año en curso en un complejo de edificios nominado como “Torres Le Parc”.
La única hora certificada más allá de las consignadas en acta es el ticket del taxi que hizo un cerrajero que fue quien en definitiva abriera la puerta a las autoridades y familiares para poder tener acceso al departamento 2 del piso 13, y esto fue el día 18/01/15 a las 22:28 horas.
Estas serían las primeras imágenes fotográficas del comienzo de las diligencias. En principio actuó la Prefectura Naval Argentina. Luego de esta diligencia inicial, siempre bajo la dirección en la Investigación de la titular de la Fiscalía Nº45 Dra. Viviana FEIN, fue convocada la Policía Federal Argentina para realizar la labor de Inspección Ocular del Lugar del hecho, la detección y obtención de evidencias. El trabajo realizado consistió en una registración escrita a través del acta, fotográfica/video y planimetría, a los fines de referenciar el lugar tal y como había sido encontrado y consignar la ubicación de cada una de las evidencias físicas detectadas allí.
Debe considerarse en este caso como “Lugar del hecho” no solo el ambiente en el cual se hallaba la víctima (baño en suite del cuarto principal) sino toda la unidad funcional debiendo preservarse los ambientes aledaños como así también todos los accesos a dicho inmueble.
El diario del domingo fue hallado del lado de afuera del departamento.
Dormitorio principal. Se observa la ropa de la cama movida solo de un lado (el derecho).
La puerta del baño que se halla entornada y no cerrada. Se logra observar como faltante un tornillo (abajo a la izquierda) del marco de la cerradura externa.
Apenas abierta la puerta se observa una mancha en forma de “Lago” símil hemático parcialmente seco, así como manchas por “goteado estático” y obras de “Proyección”. Esto indica en principio tres mecanismos diferenciados de producción.
El goteo estático: son manchas producidas sin dinámica por efecto de la gravedad donde emana, puede tratarse de una herida o bien de una impregnación de dicha sustancias. La sangre tiene una densidad particular con cohesión hacia el centro lo que genera que las gotas tengan relieve. Si son estáticas y el plano de ipacto no está inclinado o es rugoso tendrá una firma circular sin festoneado.
En tanto las manchas por proyección, se producen por la energía cinética otorgada por el impulso (algún elemento o miembro impregnado de fluido hemático se mueve con fuerza y proyecta).
El “lago” en particular, implica una lesión en una zona vascularizada y un lapso prolongado. En este caso habida cuenta de lo exangûes que se encontraban los órganos internos (en la autopsia), coincide la mancha por su magnitud e intensidad, así como lo expuesto en las consideraciones médico legales referidas a la agonía.
En la vista interior del baño, se observa parcialmente la posición final de la víctima. En esta toma vemos algunos aspectos dignos de mención. Por los signos observados esta NO fue la posición final. En esta imagen el lugar del hecho no había sufrido contaminación, el equipo que realizaba la “inspección ocular” fotografió el lugar sin ingresar apenas abriendo la puerta para obtener las primeras tomas fotográficas.
La mancha simil hemática en la remera se absorbió de manera casi uniforme por capilaridad, lo notable es que debajo de dicha remera no hay sangre, lo que indica que el cuerpo ha tenido otra posición de decúbito lateral derecho, o de decúbito dorsal sobre la sangre, o sea que ha sido movido o removido.
La mano izquierda tiene restos de fluido hemático impregnados por contacto, como si algo o alguien manchado de sangre hubiese tomado la misma posterior al hecho, no puede ser su propia mano derecha ya que está en otra posción y en la palma de dicha mano no hay acumulación de fluido simil hemático como para que haya sido una maniobra por contacto involuntario de la víctima.
La impregnación de sangre en la mano izquierda fue suficiente como para generar un goteado estático como el que vemos en la imagen.
Salpicaduras de Sangre: también llamadas “Backspatter” en las manos del tirador se producen cuando el arma apunta a una zona muy vascularizada (en este caso el cráneo).
La energía cinética que imprime el mismo disparo al fluido lo dispersa a modo de “Spray” en forma de “Microgoteado” homogéneo de gotas de 1mm. En promedio. En el caso que nos ocupa la víctima NO presentaba este signo.
La muerte violenta solo admite tres hipótesis: Suicidio, Accidente u Homicidio, si trabajásemos sobre la hipótesis Suicida o accidental, no habría explicación para la impregnación por contacto de fluido hemático en la mano izquierda. Esto ubica a alguien más en la escena del hecho luego del disparo modificando la posición del cuerpo.
Otra evidencia significativa resulta ser la mancha símil hemática hallada sobre la mesada del lavatorio del baño escena de los hechos. Esta mancha responde a una proyección por cercanía de la lesión (cráneo a la altura del temporal derecho) con velocidad pero de baja altura. Esta mancha que no es homogénea ni continúa indica que la zona vulnerada se hallaba cerca y en ese sentido. Para ponerlo en claro, la cabeza de la víctima debió haber estado en el momento mismo del disparo mirando hacia la bañadera, perpendicular a la misma y la proyección debió haber provenido del orificio de entrada (recordemos que no hay salida) como una suerte de reflujo por efecto de la presión intracraneal, debiendo haber manchado necesariamente el arma, mano y antebrazo de quien empuñaba dicha arma.
Si se observa la escena, vemos que además hay unos goteados estáticos gravitacionales que han caído sobre el borde de dicha mesada, y las manijas de los cajones del mueble, que son coincidentes además con el goteado estático que presenta la alfombra de baño sobre la que están apoyado ambos pies de la víctima.
Claramente este escenario no es lo que algunos autores han dado en llamar como “el signo del espejo” como un complemento de las prácticas suicidas.
Esta mancha por proyección está ubicada en el extremo superior izquierdo (desde el observador) lo que llama la atención es que esta mancha dinámica tiene un sentido por Kinectic Energy diferenciado de la mancha por caída presentadas anteriormente.
La acción para generar esta proyección es en 45º de derecha a izquierda del observador mirando hacia el espejo. En tanto la anterior mancha está a 90º aproximadamente.
La explicación es que son dinámicas y probablemente dos momentos distintos.
Natalio Alberto NISMAN tenía una altura de 1,82 metros. De haber estado parado la proyección que está sobre la mesada debería estar mas hacia adentro de la mesada, hacia el espejo del baño, o sobre el mismo (por parábola de caída); por otra parte, debería haber sido con más fuerza de caída por la aceleración de la gravedad (9,8 mts/seg2). De haber estado en bipedestación al caer (y por el proceso de agonía que demuestra el análisis médico legal) debería haber alguna lesión contusa además del disparo, en alguna zona como la espalda, la cabeza o alguno de sus miembros. Estos signos patognomónicos no están.
Se aprecian tanto el goteado estático en la alfombra del baño, como un goteado dinámico a la derecha del cuerpo a la altura de sus muslos y a una distancia de + - 30 cm. Significativamente la alfombra, luego de todo el desplazamiento del cuerpo para quedar en la posición que observamos, no se ha movido (porque coincide con el goteado estático) y ni siquiera se ha arrugado.
Sin embargo, hay una mancha por goteado estático con proyección hacia podálico en la cara interna del tobillo izquierdo que indica que esa parte del miembro se hallaba erguida. Ello significa que la víctima es poco probable dentro de la posible que haya estado de pie, o con ambas rodillas apoyadas o en cuclillas, ya que no habría habido plano para la producción de dicho goteado. La factibilidad es que estuviese con una sola rodilla apoyada (la derecha) y el pie izquierdo apoyado sobre su planta con la pierna flexionada. Esa posición conocida como rodilla a tierra y que se describe en realidad como estiramiento de psoas ilíaco.
Sigue ....
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2.1 Microscopía Electrónica de Barrido:
Luego de efectuar un disparo con un arma de fuego, algunos residuos compuestos por la carga propulsora del cartucho, restos del proyectil disparado y compuestos del fulminante, pueden depositarse sobre la/s manos del operador. De acuerdo al tipo de arma y munición habrá variaciones. En el análisis por GSR se detectan pricipalmente las trazas de residuo de fulminante. El gráfico adjuntado es del libro “Heridas de Armas de fuego” del Dr. Vincent Di Maio, donde se muestras cuáles son las áreas de muestreo para este tipo de peritación.
Precisamente en esa publicación en la página 427 y siguientes indica que los cartuchos marca Federal de fuego anular calibre .22 LR contienen en sus compuestos fulminantes: Plomo, Bario y Antinomio.
“Cartuchos .22 Largo Rifle...: las heridas por contacto fuerte en la cabeza provocadas por un cartucho .22 Largo Rifle aparecen o bien como una pequeña perforación circular rodeada por una angosta banda de piel ennegrecida o chamuscada, o bien como grandes heridas usualmente circulares, con bordes rasgados, ennegrecidos y chamuscados. Las Heridas estrelladas reales son la excepción, no la regla. El hollín, la pólvora y el ahumamiento son priminentes. No debería haber dificultad en la distinción entre una herida a distancia y una herida por contacto producida por un cartucho .22 Largo Rifle. El empleo del microscopio de disección revelará obvios depósitos de hollín y pólvora en el tejido subcutáneo. Las impresiones de la boca de fuego son mucho más comunes que en heridas provocadas por cartucho corto, debido al mayor volumen de gas producido. Fracturas secundarias de cráneo son frecuentes, junto con otras fracturas de las placas orbitales como regla. El proyectil a menudo abandona el cráneo, aunque puede ser encontrado bajo el cuero cabelludo, adyacente al orificio de salida en el hueso. Resulta claro que el tipo de pericia complementaria por su especificidad para la determinación de residuos de disparos de arma de fuego es precisamente la “Microscopia Electrónica de Barrido”.
Uno de los integrantes de este equipo interdisciplinario (por incumbencia) participó de la re-pericia dispuesta por la Fiscalía de Instrucción Nº45, en el Cuerpo de Investigaciones Fiscales, dependiente del Ministerio Público Fiscal de la Provincia de Salta. Allí juntamente con peritos de este organismo, el Secretario de la Fiscalía Interviniente y un perito Bioquímico de la Procuración de la Justicia Nacional tuvimos la ocasión de participar de esta pericia en unas muy modernas instalaciones tanto desde el punto de vista edilicio como de su equipamiento de última generación. Los pertitos del CIF demostraron un profesionalismo digno de hacer mención.
El trabajo realizado por el CIF fue completo, metódico e ilustrado conforme al protocólo de actuación vigente a ese organismo y que se atiene a los estánderes mundiales y científicos internacionales.
El resultado fue NEGATIVO, tal como había sido en idéntica pericia realizada a los inicios de la causa, en el Laboratorio de Microscopía Electrónica de Barrido de la Policía Científica de la Provincia de Buenos Aires. Cabe destacar, que este tipo de instrumental trabaja en vacío y amplifica la visión hasta 1.000.000X, lo que permite visualizar moléculas de cualquier especie. A tal efecto el laboratorio del CIF trabajó con muestras indubitadas tanto positivas como negativas.
En la muestra positiva “testigo indubitada” se hallaron 94 partículas fusionadas Características en una sola de las 400 cuadrículas en que habían dividido los “stubs”.
Esta ratificación es fundamental, ya que no fueron halladas ni una sola partícula CARACTERISTICA de Plomo, Bario y Antinomio (fusionado) lo que aleja la posibilidad de que alguna de las manos de la víctima haya estado cerca del arma al momento del disparo.
2.2 SECUENCIA FACTICA
La Secuencia Fáctica es la hipótesis más probable dentro de las posibles fundada en elementos objetivos. La diferencia esencial con la “reconstrucción” es que esta es un acto procesal donde el magistrado evelúa in situ las diferentes declaraciones (elementos subjetivos) a fin de valorar la verosimilitud de las mismas y en base a ello determinar lo que resulta posible.
En tanto la secuencia fáctica es la elaboración pericial tomando únicamente como parámetros las evidencias físicas.En base a las mismas se desarrollan en abstracto las ocurrencias posibles del evento. Este desarrollo es objetivo y científicamente demostrable.
En este sentido corresponde la elaboración de una hipótesis objetiva, la que si bien será concluida en próximo infirme, pues aún este equipo interdisciplinario no cuenta con la totalidad de los elementos e informes complementarios y de interconsulta (ya que los mismos a la fecha no han sido entregados a la querella) como para poder dictaminar con rigor científico sobre la mecánica, no obstante lo cual hemos efectuado un pormenorizado análisis de las evidencias con las que sí contamos pudiendo determinar lo siguiente:
En la imagen de mano derecha de vistas fotográficas tomadas en la morgue durante la autopsia se puede observar una presencia de tejido símil hemático a partir de la articulación entre la primera y segunda falange en el dorso del dedo pulgar. En las falanges Proximal (primera), Media (segunda) y Distal (tercera) de su digito índice abarcando la zona del dorso de dicha mano segundo y tercer metacarpiano.
Del análisis efectuado a esta imagen se observa una particular ausencia de tejido símil hemático en gran parte de dicha mano. Esta ausencia puede estar provocada por la presencia de un objeto (o una mano) que recubriese ese sector dérmico al momento de producirse el hecho, tal como lo demuestra la fotografía en la morgue.
Este tejido símil hemático debería haberse encontrado distribuído de manera generalizada en la totalidad del dorso de la mano de una persona que efectúa un disparo sobre una superficie vascularizada generándose esa transferencia hemática en toda la parte posterior de la mano, muñeca y antebrazo. Las líneas rectas imaginarias demarcan una clara delimitación, de una mancha que efectúa un disparo sobre una superficie que por un “Telón de Interposición” se encuentra perfectamente delimitada cuando debiera ser completamente irregular, denotando este acto, la intervención de un elemento externo a la mano del occiso en el momento del mismo disparo.
LA AUSENCIA DE EVIDENCIA, ES UNA EVIDENCIA EN SI MISMA
De la fotografía XXX observamos la palma de la mano derecha de la víctima “limpia” carente de rastros de tejido símil hemático. A su vez y considerando la distancia del disparo, el orificio de entrada del proyectil y la trayectoria, resulta llamativo la ausencia de tejido símil hemático en los dígitos mayor, anular y meñique de la mano derecha de la víctima siendo que estos últimos considerando la posibilidad de autoría del disparo por parte de la misma víctima, son los que mayor cantidad de fluido hemático deberían presentar por su posición libre de interferencias, a menos que hubiese algún elemento que hay actuado como telón de interposición, entre estos y los efectos propios de un disparo suicidia.
Las imágenes evidencian una impregnación de fluido símil hemático en la mano izquierda de la víctima. Ahora bien, considerando la ausencia de tejido símil hemático en la plama de la mano derecha de la víctima, tal como se observa en la fotografía de la autopsia, resulta imposible que la propia víctima realizara la transferencia de fluido símil hemático de una mano a la otra, es decir al dorso de la mano izquierda, indicando este factor la presencia de la acción de otro elemento para generar dicha transferencia, vale decir otra persona.
Dentro de este grupo hay manchas que presentan un sentido inverso al grupo y eso implica que tienen un mecanismo de producción precisamente opuesto.
Una de estas manchas con morfología de proyección de poco tamaño pero gra significado es la que presenta en el dedo pulgar de la mano izquierda, ya que tiene un sentido dinámico hacia el extremo distal de dicho dígito.
La ubicación final del cuerpo de la víctima tal como surge de la imagen de Policía Federal Argentina XXX nos permite realizar el siguiente análisis:
a) Considerando la posición inicial de la víctima, con una rodilla apoyada en el suelo (rodilla derecha) y la pierna izquierda flexionada, tal como se escribiera anteriormente cuando se indicara la presencia del tejido símil hemático hallado en la mesada del baño en proximidades a la bacha del lavatorio, nos permite inferir que tal posición final resulta poco probable dentro de lo posible que se provoque sin la participación de un tercero en el lugar del hecho. Esto está determinado por la posición final de ambas piernas extendidas.
b) La posición final de la víctima por la mancha que está sobre la mesada su morfología así como la dispersión sufrida, el goteado estático sobre la alfombra del baño que estaba en el suelo, el goteado gravitacional que se observa en el borde de la mesada y las manijas del mueble del baño, el escurrimiento en la cara interna del tobillo izquierdo de la víctima que es claramente de arriba hacia abajo (hacia podálico) indica que la víctima estaba con su rodilla derecha apoyada en el suelo, en tanto que el pie izquierdo se encontraba con la planta apoyada en el suelo.
Alguien o algo tapó pare de su mano parte de su mano derecha (lo que enmascara la proyección que debió estar en todo su dorso).
Luego de producirse el disparo se genera una proyección intensa pero de baja altura que coincide con la que observamos sobre la mesada y los goteados estáticos en el mueble, manija y alfombra del baño.
Para quedar el cuerpo en esa posición final debió haberse girado asistidamente apoyando con el franco derecho contra el cuelo (de decúbito lateral derecho) en esa ocasión es que se empieza a generar la mancha en forma de lago de la que absorbe limitadamente la remera por capilaridad. Hay proyecciones pequeñas en ese movimiento: en la puerta del baño en la cara interna a partir de la mitad de la misma de 59 cm. hacia abajo el goteado dinámico de proyección es de derecha a izquierda en 45º descendente (desde el observador). El otro goteado que responde a las mismas características pero en un ángulo abierto de 80º aproximadamente en sentido horizontal hacia la puerta de ingreso, son las que observamos en el piso del baño a unos 30 cm, a la altura del muslo derecho de la víctima (debe haber habido más pero fueron enmascarados por la profusa y paulatina hemorragia del cuerpo de la víctima en agonía hasta dejarlo exague en sus órganos internos.
c) Sumado a lo narrado en el punto anterior, la presencia del goteo estático que se observa en la alfombra de baño de color blanca cerca del pie derecho de la víctima ubica a la misma en el momento del disparo con la cabeza girada mirando de frente a la bañera. Debería observarse otra proyección de tejido símil hemático en la toalla de mano ubicada en el toallero que se encuentra justo debajo de la bacha del lavatorio. Esta ausencia característica nos estaría indicando que dicho sector debió estar protegido por la presencia de algún elemento u otra persona u objeto que funcionara a modo de “Telón de Interposición” evitando que todo ese sector sufriera la retroproyección de tejido símil hemático.
d) No resulta posible que la víctima hubiese estado parada de frente al espejo del baño principal con la bañadera a su izquierda, pues el goteo estático que se halla en la alfombra del piso debería estar ubicado a la derecha de su pie derecho, es decir, en el exterior de la alfombra y no entre las piernas de la víctima. Al mismo tiempo toda el área del piso hacia la derecha de los pies de la víctima deberían estar proyectados con tejido símil hemático producto del disparo del arma de fuego sobre una superficie vascularizada, situación que no se encuentra presente tal cual surge de las evidencias del lugar del hecho.
e) Considerando el punto anterior la víctima al no encontrar la muerte en forma instantánea y permanecer un tiempo en agonía como surge del análisis médico legal, debería presentar lesiones contusas con su espalda, miembros susperiores e inferiores producto de su caída, los cuales no se encuentran en el cuerpo del occiso.
f) Otro aspecto a consideraar es el goteo o proyección que se encuentra ubicado en proximidades de la vaina servida y por debajo del suero que se desprendió del fluido hemático. Por su mecanismo de producción coincide con la secuencia ya que se encontraba en el piso del baño antes de producirse ese escurrimiento de suero que está por encima.
g) El goteado estático de la remera, la impresión dactilar parcialmente visible con sangre y mancha en forma a modo de “Test de Roschach”, implican que fue plegada sobre sí misma, como una suerte de mancha “espejo”.
No coinciden las manchas que presenta la remera en el flanco izquierdo, ya que no son por roce o capilaridad, sino por goteo gravitacional. No son del momento del disparo ya que el mismo fue del otro lado. La única explicación posible a su mecanismo de producción es un goteo de algo o alguien cuando la víctima ya se encontraba en decúbito lateral derecho.
h) Con respecto a la ubicación del arma debajo del cuerpo de la víctima hallada a la altura de su omóplato izquierdo, resulta inexplicable desde alguna mecánica posible que termine en esa posición, ubicada por debajo de la espalda a la altura del costado del hombro izquierdo de la víctima, cuando ésta era diestra su brazo derecho se encuentra flexionado sobre su mismo lado y su brazo izquierdo sobre su pecho. El arma debió haber estado ubicada en el momento del disparo por sobre la mesada del baño a la altura de la bacha. Cuando se produce el disparo la vaina de la pistola ejecta hacia atrás y a la derecha (debe considerarse algún posible rebote) y queda sobre el piso (mecanismo posible). El arma en tanto debió recorrer más de dos metros en parábola desde el lugar hasta el extremo opuesto de la bañera. Tengamos en cuenta que como se explica en el acápite “Consideraciones Médico Legales” no ha existido “Espasmo cadavérico” con lo cual el cuerpo y las manos de la víctimas quedaron laxas.
i) El arma quedó en ese lugar (aunque no se explica cómo) y luego la víctima quedó por encima al momento de ubicarse en esa posición final. O bien no fue esa la posición final, ni del cuerpo ni del arma.
j) Suponiendo que la víctima se encontrara con la cabeza de frente hacia la bañera, tal como se indica tu supra, la posición final debiera ser de decúbito lateral izquierdo (y no exactamente al revés en 180º) mirando hacia el borde o costado de la bañera, en tal caso el lateral exterior de la bañera contendría restos de fluido símil hemático con características de arrastre, incluso los miembros superiores de la víctima adoptarían otra posición final presuponiendo que la víctima en la caída girara sobre su propio eje, evidencia que se observaría en la alfombra del baño ubicada debajo de sus pies no debiéndose hallar la misma prácticamente estirada como se encontró y en proyecciones de sangre emanadas de su cráneo trazando el giro que dio el cuerpo, que no están.
k) En cuanto a las máculas observadas en el lateral exterior de la bañera a la altura del codo del brazo izquierdo de la víctima indicadas en la imagen XXX las mismas se describen en su producción como una proyección de izquierda a derecha de arriba hacia abajo de considerada velocidad que coinciden con la colocación del brazo izquierdo flexionado sobre el pecho de la víctima.
l) A los efectos de graficar lo anteriormente señalado nos encontramos en la elaboración de la mecánica de movimiento de la víctima desde el momento del disparo hasta su posición final. Esta ejemplificación está fundada (como explicamos al definir la “secuencia fáctica”) en la evidencia objetiva incorporada que si bien fue consignada no ha sido interpretada o valorada en cuanto a lo que significa como mecanismo de producción.
Trayectoria disparo. La sonda en color rojo indica el ángulo de arribada (no la distancia, ya que esta se ha establecido en -1 cm) en zona témporo-parietal derecha. En color celeste está la trayectoria mostrando el ángulo de disparo que recorrió el proyectil dentro de la cabeza de la víctima. El proyectil no salió sino que quedó en la cara interna de la calota en la zona fronto-temporal izquierda.
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3. ASPECTOS MEDICOS LEGALES:
La autopsia de Natalio Alberto Nisman Nº 141/2015 se realizó a las 08.00 horas del día 19 de enero del año en curso y finalizó a las 10.00 horas.
Discrepamos con los siguientes apartados, que fueron consignados por los médicos forenses de turno:
-Apartado C) “Intervalo Post-Mortem” que dice “rigidez instalada”, presenta fenómenos de espasmo cadavérico”, “livideces dorsales no fijas tenues”, “temperatura ambiental 21 ºC, temperatura rectal 28 ºC”, “no existen manifestaciones externas de putrefacción”.
-En el “Examen traumatológico” discrepamos con el ángulo de arribada del proyectil que impacta en el cuero cabelludo y con su trayectoria intra craneana.
-En el examen interno, “apartado el abdomen” discrepamos con la cantidad y calidad del contenido estomacal.
-La muerte de Nisman no se produjo en un instante y fue predecedida de una etapa de agonía.
Como podrá comprobarse en nuestras consideraciones médico legales y conclusiones, estas discrepancias tienen fundamental importancia en la interpretación de la data de muerte, de las características típicas de los disparos auto o hetero inferidos y del momento de la ingesta.
3.1 La cuestión de la “rigidez instalada” y el “espasmo cadavérico”
La bibliografía es copiosa, pero se acepta universalmente que la rigidez desaparece cuando comienza la putrefacción. También a fs. 43, la médica de policía constata rigidez irreductible a la hora 01.05 de la mañana del día 19 de enero (sin embargo en el soporte digital, se observa un video que indica que la hroa de inicio es las 02.05 del día 19/01/2015, es decir, una hora después), abundante sangre derramada, frialdad al tacto (si bien no hubo termometría), y comprobó que la pistola estaba ubicada en la parte superior y posterior del hombro izquierdo, o sea, no empuñaba el arma. La médica de policía en su informe no refiere la existencia de espasmo cadavérico, signo que no le hubiera podido pasar desapercibido. Ellos es importante, descarta la existencia de espasmo cadavérico, que es un fenómeno infrecuente, de origen vital, producido en casos de muerte brusca, diríamos “fulminante”, no hay paso previo por la etapa de relajación muscular, el sujeto queda “congelado” en la última posición que adoptara. En estos casos, para retirar el arma de la mano hay que fracturar los dedos.
La iconografía y la video filmación muestran claramente la desaparición de la rigidez muscular (…) y debido a la desaparición de la rigidez de los músculos de la columna vertebral a la cabeza del occiso colgando a la manera de un péndulo de la mesa de Morgagni.
No hay miembros fijados en flexión. Y el cadaver se moviliza con facilidad.
Opinamos que no ha existido espasmo cadavérico porue los siguientes detalles demuestran que hubo agonía y no muerte instantánea:
1. Abundante cantidad de sangre en el lugar del hecho, esto significa que el corazón siguió latiendo después del disparo de arma de fuego que Nisman recibiera en el cráneo. Fue “el escenario ensangrentado” de los autores clásicos. El cuerpo quedó anemizado por la copiosa hemorragia externa. No ocurrió una muerte súbita ni rápida, inmediata al recibir el disparo. Por lo tanto, estos signos son incompatibles con la producción del espasmo cadavérico, que además, son de rarísima ocurrencia.
2. La autopsia comprobó que el hígado, riñones y pulmones estaban exangues y que pesaban el derecho 370 grs. y el izquierdo 290 grs. Según la tabla de Bernard Fisher (…) normalmente el pulmón derecho pesa 570 grs. y el izquierdo 430 grs.
3. La médica de policía observa “esquimiosis bipalpebral bilateral” y los médicos forenses consignan “hematóma bipalpebral bilateral”, son los llamados ojos de mapache, y aparecen en general minutos después de sufrir la lesión encefálica. Requieren el corazón latiendo para su producción.
4. La magnitud del derrame perilesional también es importante, la autopsia consigna “intenso hematoma en el musculo temporal”.
5. En la autopsia se consigna “livideces dorsales no fijas, tenues”. Es necesario un breve comentario. Suspendida la dinámica circulatoria, la sangre se acumula y sedimenta en las zonas declives de cadáver, por el solo hecho de actuar la fuerza de gravedad. Se forman así en la piel manchas de color rojo violáceo. Señalan la posición en la que ha permanecido el cadáver. Son “tenues” porque el cadáver estaba anemizado debido a la copiosa hemorragia externa. Ahora bien, se llaman “fijas” cuando no desaparecen a la presión, la causa es la hemólisis, la hemoglobina sale del globulo rojo, atraviesa, atraviesa la pared vascular y embebe los tejidos. Las livideces se “fijan”. Este fenómeno aparece aprocimadamente a las 12 horas de producido el fallecimiento. Antes de ese horario (12 horas) la presión con los dedos las hacen desaparecer momentáneamente, o sea, no están “fijas”. El dato es útil para calcular la data del fallecimiento. La autopsia las cataloga como “no fijas” por ello los médicos forenses calculan la data de muerte entre las 12 a 15 horas del día domingo. Calculamos una mayor de 36 hs. Contando retrospectivamente desde la hora que comenzó la autopsia (8 hs. Del día lunes 19/01/2015) debido a que el cadáver, en el momento de la autopsia (8 hs. Del día lunes 19/01/2015) debido a que el cadáver, en el momento de la autopsia y como lo demuestra la iconografía, había perdido totalmente la rigidez.
6. La existencia de edema cerebral también es índice de existencia de agonía.
3.3 La cuestión de la putrefacción:
No se trataba de un cadáver mal oliente y agusanado como piensa el vulgo. La putrefacción es la destrucción de la materia orgánica cadavérica por la acción de las enzimas bacterianas. (…) por este motivo el primer signo demostrativo del comienzo de la putrefacción es el color verde que adquiere la piel en la fosa iliaca derecha, llamada “mancha verde abdominal”.
La autopsia dice “no existen manifestaciones externas de putrefacción” seguramente debido a la ausencia de mancha verde abdominal. Opinamos que con el cadáver practicamente exague los gérmenes no pudieron desplazarse con facilidad hasta la piel y eso atrasó su llegada a la superficie y por consiguiente el retraso en la aparición de este signo.
Hay signos internos de comienzo de la putrefacción, la radiografía directa del abdomen muestra la masa intestinal repleta de gases.
En la iconografía y la video filmación se visualizan manchas de color verdoso en la región cecal y fundamentalmente en la cara anterior del lóbulo derecho del hígado que se encuentra francamente de un color verde. Dice al respecto Gisbert Calabuig (obra citada), “También en los órganos internos puede comprobarse ¡a coloración verde, que se hace primero ostensible en las visceras abdominales y, de modo especial, en el hígado”. Es posible observar la imagen del hígado de color verde, en la cara anterior del lóbulo derecho, en el video 01 de una extensión total de 16:34 minutos a los 09:45 minutos.
3.4 La cuestión del enfriamiento cadavérico:
Con el cese de las funciones vitales el cuerpo pierde la capacidad de regular la temperatura corporal disminuyendo gradualmente hasta equilibrar la temperatura del medio ambiente. No es posible utilizarla como parámetro aislado para calcular la data de la muerte. La temperatura decrece en forma progresiva e iguala a la media ambiental en aproximadamente 24 horas. Es en el lugar del hecho donde debe procederse al estudio termográfico del cadáver y se consigna el macro y microclima local. Ello no figura en el expediente. Por otra parte el cadáver fue sometido a diferentes cambios de temperatura, en el móvil que trasladó el cadáver a la morgue (a una temperatura de 3°C).
En la morgue se procedió al estudio termográfico y se halló una temperatura rectal de 28 °C y una ambiental de 21 °C. Este dalo es falaz ya que, como señalamos, el cadáver fue sometido a diferentes cambios de ambientes con cambios térmicos, lo que invalida este valor obtenido. El control de temperatura rectal o hepática debería haberse registrado en el lugar del hecho conjuntamente con la temperatura ambiental.
La cuestión de la determinación del potasio en humor vitreo.
La determinación de potasio en el humor vitreo arrojó un resultado de 13.6 mmol/l. Porqué se utiliza ese medio, humor vitreo y esa sustancia, potasio, como otro parámetro más para determinar la data de la muerte. De acuerdo a lo señalado por Trezza (obra citada) en el capitulo “Los medios analíticos”, pag. 185 y siguientes, el humor vitreo representa un compartimento relativamente aislado del resto del organismo que no resulta tan agredido, al menos inicialmenle, por los cambios putrefactivos. El potasio es el principal ion intracelular. Al producirse la muerte y el cese de los fenómenos vitales, el potasio comienza a abandonar el espacio intracelular pasando al extracelular. Las células de la retina liberan el potasio hacia el humor vitreo y a medida que aumenta el intervalo post mortal aumenta la concentración de potasio en el humor vitreo. El valor del potasio puede estar modificado por la existencia de enfermedades previas, como la insuficiencia renal o alteraciones del medio interno. En este caso esta presunción puede ser desestimada ya que han sido normales las determinaciones de sodio, 128 mmol/l. cloro 116 mmol/l y de urea 38 mg.%. Estos datos ratifican que la determinación de 13.6 mmol/l de potasio indican una data de la muerte mayor a las 24 horas y próxima a las 36 horas del momento en que se realizó la autopsia.
3.5 La cuestión del contenido estomacal
La aplicación de su estudio para la estimación de la data de la muerte se basa en el tiempo que tarda un alimento en abandonar el estómago luego de su ingestión. Además la modificación del aspecto del alimento por acción de la función digestiva es progresiva y permite relacionarla con el tiempo de la ingesta. El ritmo de la evacuación gástrica dista de ser homogénea. Adelson (Adelson - Lester “The pathology of homicide” - C. Thomas Publisher - 1974) estableció que una comida ligera tarda 2 horas en abandonar el estómago y una moderada entre 3 y 4 horas, y una pesada entre 4 y 6 horas. El tiempo de digestión de los diversos alimentos es variable, aun se utiliza el esquema de Taylor (Taylor A. S. “Traite de medicine légale” - Paris 1881).
En el estómago de Nisman se hallaron restos de alimentos escasamente digeridos. El dato de la hora de esa ingesta sería de gran utilidad ya que se supiera la hora en que la víctima ingirió ese último alimento sabríamos con gran aproximación la hora de su muerte. Ello permitiría establecer que la comida ingerida a esa hora fue la última, porque la muerte interrumpió el proceso digestivo. (…) en base a este hallazgo podemos afirmar que Nisman murió, poco después de haber ingerido esos alimentos.
3.6 La cuestión de la calidad toxicológica del contenido gástrico:
El estudio toxicológio del contenido gástrico permitió establecer la presencia de alcohol etílico n una concentración de 1.73 gramo por litro. Sin embargo, la ausencia de alcohol en sangre y pool de vísceras permite establecer que no existió absorción sistémica de alcohol. Esto tiene una explicación que indica que no hubo ingesta de bebida alcohólica. El especialista Carlos Gotelli ha indicado que la escaza cantidad de alcohol puede deberse en este caso a la fermentación del contenido gástrico así como una ingesta de una bebida de bajo contenido alcohólico. El contenido estomacal no fue analizado cualitativamente. Además nos señala que en el Capítulo “Generalidades:Bioquímica y Análisis de la Alcoholemia”, de la publicación Alcohol y Alcoholismo, del Ministerio de Bienstar Social, Secretaría de Estado de Salud Pública, 1977, que “El alcohol se absorbe rápidamente en el estómago e intestino delgado, siendo una de las pocas sustancias que se absorben en el primero; el 20% de la cantida ingerida se absorbe en el estómago y el 80% restante en el intestino. Debido a esta velocidad de absorción, que en principio es mucho mayor que la velocidad de oxidación y de excreción, se observa un rápido incremento de la concentración en sangre, hasta alcanzar el “plateau de Greuhart”, que se se mantiene por pocos minutos y luego comienza el decrecimiento de la alcoholemia.
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3.7 La cuestión de la balística médico legal:
El disparo se produjo a una distancia no mayor a un centímetro de la piel, dado la existencia de los componentes de la deflagración de la carga propulsora en el cartucho en el hueso subyacente. En el plano cutáneo (Halo de Fisch), se observa una zona engrosada, en forma de “medialuna”, ubicada (comparando con un cuadrante de reloj) entre la hora 6 y 8. El plano ósea subyacente también presenta pérdida de sustancia ósea de “medialuna” y en el mismo cuadrante horario. Estas lesiones indican el ángulo de arriba del proyectil al cráneo. La trayectoria fue de derecha a izquierda de atrás hacia adelante y de abajo hacia arriba. El proyectil atravesó el hueso temporal se deformó y fragmentó liberando energía cinética que produjo las líneas de fractura que constan en el protocolo de autopsias. No acordamos, por lo tanto, con la trayectoria señalada en el informe de autopsia que objetivamente, tal como lo demuestran la fotografías efectuadas en dicho informe.
De acuerdo a o informado por el Servicio de Anatomía Patológico y la video filmación fue de derecha a izquierda, de abajo hacia arriba (aproximadamente de 10 grados DCS 5174) y de atrás hacia adelante.
Respecto de este último plano, atrás haca adelante, citamos la siguiente bibliografía. “Site of entrance wound and direction of ullet path in firearm fatalaties as indicators of homicide vesus suicide”, H. Druid, Dept. Of Forensic Mediine, Faculty of Health, Univesity Hospital, Linköping, Sweden. Forensic Science Int .88 (1977) 147-162.
“Hence, in this material, an entrance wound in the right temple indicated suicide, but in combination with a direction back to front, the wound was mostly likely to be homicidal. This study suggest that an estimation of the direction of the internal bullet path should be conducted in frearm fatalities, and that this factor may asssist in the determination of the manner of death”
“Por lo tanto, en este material, una entrada de la herida en la sien indica el suicidio, pero en combinación con una dirección de atrás hacia adelante, la herida era en su mayor probabilidad se ser homicida. L estudio sugiere que una estimación de la dirección de la trayectoria de la bala debe llevarse a cabo en las muertes por arma de fuego, y que este factor puede ayudar en la determinación de la forma de la muerte”.
Por qué Nisman sobrevivió un lapso y no murió instantáneamente. Tal como puede observarse en las fotografías y la video filmación, la lesión, producto de la liberación de energía del proyectil, afectó en forma directa los lóbulos temporal y parietal derechos y temporal y frontal izquierdos en zonas superiores y sólo en forma indirecta y por el edema y la hemorragia subaracnoidea a las estructuras de la base, tronco encefálico, sitio en que residen los centros que regulan autónomamente las actividades respiratorias y cardiocirculatorias El tiempo que demoró la producción del daño irreversible de esas estructuras, determinó el tiempo de ¡a aeonía.
Es posible que la balística de efecto o médico legal se produzca con tanta intensidad y efectos tan lesivos utilizando un proyectil calibre .22 LR pues el proyectil marca Federal Classic, de ojiva ahuecada (hoUow point) y alta velocidad (HV), desarrolla en la boca de fuego del arma una velocidad de 1280 pies/segundo (equivale a 390.144 metros/segundo) y la masa del proyectil es de 38 grains (aproximadamente 2.46 gramos). La punta ahuecada del proyectil, que para la Ley de Armas 20429 y decreto reglamentario 395/75 son de uso prohibido, hace que el proyectil se deforme y fragmente
Al hacer impacto transmitiendo una mayor energía y por ende, un mayor efecto lesivo, a los tejidos que atraviesa, en este caso los músculos temporales produciendo hematomas, el cráneo, produciendo múltiples fracturas óseas y la masa encefálica.
Por su parte, el arma empleada, una pistola Bersa calibre .22 LR, modelo 62, número de serie 35099 fue un arma idónea y en condiciones de disparo, y de efectuar un nuevo disparo ya que quedó su martillo percutor montado.
Su eficiencia ha quedado demostrado por el resultado obtenido, la muerte de una persona.
Como corolario de estas consideraciones creemos válido señalar lo expresado a continuación:
The forensic autopsy involves not only the physical examination of the body on the autopsy table, but consideration of other aspects that the general pathologist does not consider as part of the autopsy – the scene, the nature of the weapon (if any), clothing, toxicology, and the results of laboratorytest on evidence. The forensic autopsy begins at the scene. The pathologishould not perform a forensic autopsy unless they know the circumstances leading up to and surrounding the death. This is a very basic principle that is often violated. What would one think of a physician who examined patient without asking what the patient´s symptoms or complaints were? Asin all examination of patients, one must have a medical history. In the case of the forensic pathologist, the “patient” is unable to render this history. Therefor, the history must obtained either by the medical examiner for police investigators. This history should be know prior the autopsy.
-V. Dimaio “Gunshot Gun” CRC Press, second edition 1999.
(-Traducción. La autopsia forense implica no sólo el examen físico del cuerpo sobre la mesa de autopsias, pero la consideración de otros aspectos que en el general el patólogo no considera como parte de la autopsia, la escena, la naturaleza del arma (si existe), la ropa, la toxicología, y los resultados de laboratorio pruebas en evidencia. La autopsia forense comienza en la escena, el patólogo no debe realizar una autopsia a menos que conozcan las circunstancias previos y que rodea la muerte. Este es un principio muy básico que
a menudo e viola¿Cuál sería uno pensar en un médico que examinó un paciente sin preguntar cuáles eran los síntomas o las quejas de paciente? Como en todos los exámenes de los pacientes, se debe tener un historial médico. En el caso del patólogo forense, el “paciente” no es capaz de hacer esa historia. Por lo tanto, la historia debe obtener por el médico forense o investigador de la policía. Esta historia debe ser conocida antes de la autopsia)
3.6 Consideraciones Generales
Fue Leonardo Bianchi (Citado por el maestro cubano Israel Castellanos) quien acuño la frase: “El perito debe hacer pasar al juez de la autopsia del cadáver a la autopsia del crimen”. Ello nos obliga a incursionar en temas anexos, dado las circunstancias que rodean a esta causa.
El lugar del hecho no fue tratado como un “reciento sagrado”, tal como lo enseñaba el maestro Francés Alejandro Lacassagne. Muchas personas deambularon durante horas por ese lugar.
Otro gran maestro, creador de la criminalística, Edmond Locard, enunció la “Ley del intercambio” válida para una gran cantidad de las evidencias físicas detectadas.
La microscopia electrónica del barrido arrojo el siguiente resultado: fue negativo en os oportunidades.
La víctima tenía una talla de 1,82 cm, muy probablemente se encontraba en un plano inferior con respecto al atacante ubicado detrás y ala derecha de la víctima.
No se halló esquela suicida.
En nuestro medio el 80% de los suicidas aplican fuertemente la boca de fuego del arma en la sien. Los disparos en el temporal por encima del pabellón auricular suelen observarse e las ejecuciones y no en los suicidios.
Llama la atención la referencia a un “arma vieja” con defectos de funcionamiento (defectos no detectados en la pericia balística realizada por la PFA), pero municionada con proyectiles híperveloces de calidad.
La entrevista de Nisman en medios televisivos muestra a un hombre dónde no se advierte estado depresivo alguno.
El examen toxicológico arrojó los siguientes datos: trazas no determinadas en cuantificación de clonazepan, trazas no cuantificables de alprazolam, alcohol en contenido gástrico no metabolizado, cafeína en la muestras.
No se han hallado en la autopsia lesiones extracraneales indicativas de lucha o forcejeo, debemos aclarar que bajo amenaza con arma de fuego, o un diaparo por sorpresa no habrá por supuesto signos de lucha en el resto de cuerpo.
La pistola calibre .22 no es un “arma de salón”. Es responsable de enviar a la morgue tantas personas como cualquier otro calibre de arma corta. No tiene “Stopping power”, pero a distancia corta o media ubicada en el lugar anatómico correcto, es adecuada para ocasionar la muerte.
Históricamente ha sido calibre utilizado por sicarios (homicidas por encargo)
Illich Sánchez alias “Carlos” o “El chacal” eliminaba a sus v´víctimas con dos disparos en el cuello con calibre.221R. Armentano “El rey de la noche”, recibió un disparo en el cuello con calibre .221R
El periodista José Luis Cabezas fue ejecutado con 2 disparos en la nuca de calibre .221R
En 1981 John Hinckler disparó con calibre .221R al Presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan, aojando un proyectil en su pulmón izquierdo, orto balazo impactó en el cráneo de su secretario James Brandy, las secuelas lo transformaron en un lisiado de por vida.
El proyectil posee buena penetración y se deforma o fragmenta fácilmente (en particular este modelo de Federal Clasicc Holw point) cediendo toda su energía cinética al blanco impactado. El arma dispara con rapidez, tiene mínimo retroceso, es precisa y fácil de ocultar. El peso del proyectil es de 2.50 grs. La velocidad es de 300m/s, y se eleva a 500 m/s en las hiperveloces.
Del trabajo realizado en la Inspección Ocular de la Escena del hecho el día 13 de Febrero, produciremos dictamen en el informe próximo consignado que en ocasión de la revisación en el sitio para lo que que utilizaron instrumental óptico y lumínico adecuado, también se utilizó “Luminol” que dio positivo para el revelado por fluorescencia en el lavatorio donde NO habían manchas. Esas muestras fueron levantadas por el personal del Laboratorio químico de Policía Federal Argentina y se aguardan sus resultados sobre perfilación genética de las mismas (ADN).
(...) La obtención de luz a partir de una reacción química (exotérmica, es decir, que desprende energía) es lo que denominamos quimioluminiscencia, y se produce cuando los electrones de las capas más externas del átomo saltan al as más internas.
REACTIVO DE LUMINOL
La reacción de Luminol es un ensayo químico orientativo para el hallazgo de eventuales rastros de sangre no visibles a simple vista; inclusive en aquellas superficies donde se sospecha que se ha lavado la mancha.
El fundamento de la quimioluminiscencia, obtención de luz a partir de una reacción química; Luminol es un derivado del ácido Itálico, se trata de un sólido verdoso poco soluble la reacción se da con peróxidos en presencia de determinados compuestos químicos; consiste en una óxido reducción que ocurre cuando se ponen en contacto las peroxidasas presentes en la sangre frente al reactivo. Esta quimioluminiscencia es observable por pocos minutos dependiendo este tiempo de la concentración de la sangre presente en la superficie sprayada. Esta observación debe realizarse en absoluta oscuridad, por lo que es sumamente aconsejable su realización por la noche.
Reactivo de Luminol: es una solución de Luminol (C8H7N3O1) + perborato de sodio + carbonato de sodio + agua destilada. La fórmula por nosotros utilizada permite seguir la carrera analítica de la muestra, en particular el análisis genético.
Interferencias: Existe un amplio rango de sustancias ambientales, domésticas, farmacéuticas e industriales que pueden afectar la quimioluminiscencia inducida por el Luminol, a saber; suelos, detergentes, blanqueadores (lavandina), compuestos químicos (sulfuros, cianuros, ascorbatos, compuestos fenólicos, anilinas y tioles). objetos metálicos, paneles plásticos, maderas y compuestos vegetales.
Esta reacción es de orientación para las supuestas manchas hemáticas, lo que implica que debe ser confirmado posteriormente por un ensayo de certeza.
El análisis posterior confirmatorio de la presencia de sangre humana debe realizarse lo antes posible luego de haberse aplicado el reactivo de Luminol.
Luminol es un reactivo de uso rutinario, aconsejable en todas las escenas de los hechos donde se presuma que ha habido manchas de fluido hemático que hayan sido borradas o lavadas.
Se hicieron testeos en presencia del personal de la PFA y testigo de actuación para determinar si había reacción o falsos positivos es lo antes descripto como “Interferencias”, lo que arrojó un resultado negativo; ello significa que el reactivo preparado no reacciona solo o por contacto con el aire. En cambio SI dio POSITIVO cuando fue arrojado sobre la canilla y alrededor de la misma en la parte enlozada blanca, dando una luminiscencia que fue capturada por el perito fotógrafo de la PFA. Ello significa que hubo una mancha de sangre precisamente en ese lugar (canilla y bacha del baño escena del hecho) y que ha sido lavada.
Consideraciones particulares:
1. La cuestión de la rigidez instalada y el espasmo cadavérico
1.1 La rigidez instalada: ha quedado absolutamente demostrado por la iconografía y la filmación de la autopsia que el cadáver había perdido totalmente la rigidez y se había iniciado el proceso de putrefacción bien evidente en la cara anterior del hígado. El retardo del proceso de putrefacción se debió a la magnitud de la hemorragia extema constatada en el lugar del hecho y en el cadáver exangüe.
1.2 El espasmo cadavérico: se afirmó que el cadáver de Nisman presentaba el signo
del espasmo cadavérico en la mano derecha lo que induciría a pensar en la forma suicida de la muerte. Sin embargo, podemos afirmar con certeza que ese signo no existió. Ya se ha detallado pormenorizadamente el mecanismo de producción de este signo post mortal de rara frecuencia (el Dr. Raffo ha visto este fenómeno en dos
oportunidades y el Dr. Ravioti en una). La agonía es incompatible con la aparición de este signo y Nisman tuvo agonía que está objetivamente demostrada con la copiosa hemorragia extema que se aprecia en la iconografía y la video filmación.
2. La cuestión de la determinación de potasio en humor vitreo
El resultado de esa determinación fue de 13.6 mmol/1. Se ha explicado el mecanismo del paso del espacio intracelular al medio extracelular. Con función renal normal y medio interno normal la acumulación del potasio en el humor vitreo nos habla a favor de un intervalo post mortal superior a las 24 horas.
3. La cuestión del enfriamiento cadavérico.
El cadáver se encontró frío al tacto. La termometria cadavérica y ambiental debióhaberse efectuado en el lugar del hecho. Por los cambios de ambientes del cadáver no es válida la determinación de la termometria en el momento de la autopsia.
De estos tres primeros puntos surge una primera conclusión: la data de la muerte al momento de la autopsia es de aproximadamente 36 horas, tomando en cuenta los factores señalados y la bibliografía consultada asi como la experiencia personal.
Segunda conclusión: no existió el signo del espasmo cadavérico en la mano derecha de Nisman.
4. La cuestión de la distancia del disparo, la trayectoria del proyectil, las lesiones encefálicas y la investigación de restos de deflagración y residuos en las manos de Nisman
4.1. El disparo se produjo a corta distancia, no fue un disparo de contacto. Produjo un ahumamiento de las tablas exlema e interna de la calota a la altura de la sutura témporo parietal derecha a tres cm. por encima de la inserción superior del pabellón auricular y a 0.5 cm por delante de la inserción anterior del pabellón auricular.
La trayectoria fue de derecha a izquierda, de abajo hacia arriba en un ángulo aproximado a los 10 grados y de atrás hacia adelante en un ángulo aproximado a los 10 grados. Produjo lesiones destructivas de cavitación en los lóbulos temporal y parietal derechos y temporal y frontal izquierdo y varios trazos de fracturas óseas.
No produjo lesiones directas del tronco encefálico lo que determinó una sobrevida con agonía (no existió una muerte súbita e inmediata al disparo). La falta de contacto, el sitio de ingreso del proyectil y la trayectoria no hablan a favor de un disparo de tipo suicida tal como surge de la bibliografía consultada y de la experiencia personal de los peritos actuantes.
Tercera conclusión: la negatividad del barrido en dos oportunidades efectuada por dos equipos diferentes, la distancia del disparo, el sitio de entrada y la trayectoria no orientan a una etiología suicida.
5. La cuestión del contenido gástrico: en el protocolo de autopsia se informó que el contenido gástrico era de 20 ce. de una papilla indiferenciable. Sin embargo en la iconografía y la video filmación pudieron constatarse fehacientemente restos de alimentos no digeridos en una cantidad muy superior lo que indica que la muerte de Nisman se produjo inmediatamente después de haber ingerido esos alimentos.
6. La cuestión del estudio toxicológico: este estudio permitió determinar la existencia en sangre y visceras de cantidades no determinables de cafeína y psicofármacos que eran de uso habitual en Nisman y la presencia de alcohol etílico sólo en contenido gástrico producto una mínima ingesta o de la fermentación. No se determinó la existencia de alcohol en sangre o visceras.
7. La cuestión del arma empleada y los proyectiles utilizados
Los cartuchos utilizados, según información proveniente de la Fiscalía, fueron de marca “Federal Classic”, Han sido expresadas las características balísticas de velocidad en boca de fuego, peso del proyeclil. y energía cinética que surgen de tablas publicadas por el fabricante y lucen en la bibliografía que aportamos. El utilizado fue de punta ahuecada y alta velocidad de un efecto lesivo demostrado en la autopsia. Clasificados por la ley 20.429 como “Material de uso prohibido”
Quinta conclusión; el arma de fuego y los proyectiles utilizados estaban en perfectas condiciones de uso y su efícacia quedó demostrada por los resultados.
CONCLUSIONES:
Las conclusiones de este informe están fundadas en el análisis técnico científico de la documentación aportada por la Fiscalía nacional en lo Criminal de Instrucción Nro. 45, consistente en:
Informe de autopsia con sus fotos y videos;
Estudios complementarios de la Morgue del Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional;
- Estudios macroscópicos e histopatológicos de piezas obtenidas durante la autopsia;
- Fotografías y videos obtenidos en el lugar del hecho en ocasión del hallazgo del cuerpo sin vida de la víctima por parte de la Prefectura Naval Argentina y la Policía Federal Argentina;
- Informes de los peritos oficiales (del Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional y de las dependencias técnico-científicas de las mencionadas fuerzas de seguridad), asi como declaraciones testimoniales de los mismos.
Tales conclusiones se corroboran también con el análisis y estudio de las actuaciones labradas por la Policía Metropolitana que documentan la inspección ocular llevada a cabo el día 20 de enero de 2015. así como por la inspección ocular realizada a solicitud de la querella, el día 13 de febrero del año en curso.
En virtud de lo anterior, este equipo interdisciplinario Criminalistico-Forense concluye que:
1.- Natalio Alberto NISMAN falleció como consecuencia de una dislaceración y hemorragia meningo encefálica producida por un proyectil de arma de fuego en cráneo y cerebro, seguida de copiosa hemorragia extema provocando que los órganos estuvieran exangües.
2.- La pistola Bersa modelo 62 calibre 22 LR NRO. 35099 presenta signos de haber sido disparada, fue apta para el disparo y la pericia comparativa realizada indica, irrefutablemente, que fue el arma utilizada en el hecho.
3.- Las pericias de Microscopía Electrónica de Barrido, a los efectos de determinar la presencia de partículas fusionadas “características” de residuos de disparo (bario, antimonio y plomo) realizadas tanto en la sede de Policía Científica de la Policía de la Provincia de Buenos Aires así como en el Cuerpo de Investigaciones Fiscales del Ministerio Público de Salta, dieron para con las muestras obtenidas de las manos de Natalio Alberto Nisman. conforme a protocolo de la Policía Federal Argentina, resultado NEGATIVO.
4.- La pericia Toxicológica demostró la presencia de metabolitos de benzodiacepina en cantidades no determinables (de uso habitual de la víctima), cafeína en cantidades no determinables y alcohol en contenido gástrico compatible con una mínima ingesta de bebida alcohólica o con la fermentación natural de alimentos ingeridos.
No se demostró la presencia de alcohol en pool de visceras, sangre u orina.
5.- No existió espasmo cadavérico (hubo agonía).
6.- La posición en que fue encontrado el cuerpo no fue la final, fue movido.
7.- El cuerpo se hallaba exangüe y laxo al momento del inicio de la autopsia.
8.- El cronotanatodiagnóstico, es decir, la data de muerte es de 36 horas (+ - 4 hs.) antes del inicio de la Operación de Autopsia, realizada entre las 08:00 hs. y las 10:00hs. del día lunes 19 de enero de 2015.
9.- La determinación de Potasio en humor vitreo está acorde con el intervalo posmortal que hemos señalado.
10.- El orificio de entrada está ubicado en la zona témporo-parietal derecha a tres centímetros (por encima) de la inserción superior del pabellón auricular.
El proyectil al atravesar los tejidos se fragmentó y deformó por su condición de “hollow point”, generando una cavitación temporaria y definitiva (ilustrada en nuestro informe) dirigiéndose hacia la zona fronto-temporal izquierda de donde se extrajo de la masa encefálica.
La distancia de disparo fue de no más allá de 1 cm.
11.- La trayectoria del proyectil disparado por arma de fuego fue: de derecha a izquierda, de abajo hacia arriba y de atrás hacia adelante (tal y como lo demuestran las pericias complementarias realizadas por la Morgue). El proyectil liberó energía cinética suficiente como para generar múltiples fracturas del cráneo.
12.- Al momento de recibir el disparo la víctima debió haber estado en posición rodilla a tierra (página 30 del presente informe). Esta altura, además, coincide con las manchas de sangre observadas en la escena y, en particular, la que se hallaba sobre la mesada del baño. De haber estado la víctima en bipedestación al caer (y por el proceso de agonía que demuestra el análisis médico legal) debería presentar alguna lesión contusa además del disparo, en alguna zona como la espalda, la cabeza o alguno de sus miembros. Estos signos patognomónicos no están.
13.- El análisis del lugar del hecho, así como de las evidencias físicas del ‘escenario de esta Muerte Violenta, descartan la posibilidad que el hecho sea accidental. Por los mismos motivos expuestos se descarta la probabilidad de la hipótesis en modalidad Suicida.
Lo expuesto es cuanto podemos informar a Ud.
Por el momento de lo que nos ratificamos bajo juramento de ley.
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