En 1195 trece monjes del Cister, provenientes del monasterio de Poblet fundaron el Monasterio de Piedra.
Durante el reinado de Pedro IV las diferencias entre monjes y vecinos provocó que en 1335 el monarca recibiera bajo su tutela el Monasterio de Piedra junto a sus vasallos. Posteriormente, serían los pontífices quienes otorgarían protección.
En 1201, Inocencio III expidió una bula a favor de D. Arnaldo, sucesor del primer abad, que confirmaba posesión de los bienes propios del monasterio en sus términos propios.
En 1212 Inocencio III expidió una bula confirmatoria de todas las posesiones anteriores. Tras la desamortización de Mendizábal fue abandonado hasta el paso de las instalaciones del monasterio en hotel y acondicionaron el entorno natural en el que se encuentra como parque apto para visitas públicas hoy en día en Zaragoza.