La Puerta de Alcalá es un símbolo de Madrid. Para conocer el origen de esta puerta tenemos que hacer un poco de retrospectiva y mirar muy hacia atrás, nada menos que al Madrid musulmán. Relatamos a continuación su trayectoria.
La muralla árabe que cercaba Madrid en el S. IX contaba con tres puertas, una de ellas era el Arco de Santa María. Estaba situado en la calle Mayor a la altura del Petril de los Consejos y Factor y abría el camino hacia Alcalá de Henares, Guadalajara y Zaragoza.
En el S. XII, una nueva muralla cristiana amplía la ciudad, razón por la que las puertas se adelantaron. Así, el Arco de Santa María, fue sustituido por la Puerta de Guadalajara. Seguía en la calle Mayor pero esta vez confluyendo con la calle de los Milaneses. Esta puerta despareció en 1582 por causa de un incendio y ya se aprovechó para la ampliación de la calle Mayor.
Grabado de la primitiva puerta. (Anónimo del Siglo XVII).
Durante siglos Madrid estuvo cercado. Poco a poco fue ampliando sus límites. Felipe II construyó una nueva cerca, adelantándose la Puerta del Sol a la calle Alcalá. Tiempo después, Felipe IV levantó la última cerca en 1625 que dejaba dentro de su perímetro el actual distrito centro y el Parque del Retiro. De este modo, trasladó la puerta a la calle de Alcalá frente a la de Alfonso XI, adquiriendo ya la denominación de Puerta de Alcalá.
Esta originaria puerta aparece en el Plano de Texeira con una capilla adosada, conocida como los Hornos de Villanueva, y también había una pequeña casa donde vivían los encargados del Registro de la Puerta de Alcalá.
Imagen de 1905
Fue construida en ladrillo y estaba formada por tres arcos, los dos laterales de menor tamaño. Arriba del arco central había otro arco que acogía la imagen de Nuestra Señora de la Merced mirando hacia la ciudad. A la derecha existía una imagen de San Pedro Nolasco y a la izquierda, otra de la beata María Ana de Jesús.
Pero será Carlos III quien encargue su derribo tras su entrada en Madrid. Pensó en darle mayor importancia, dado que era el principal acceso a la ciudad. Su idea era construir un arco triunfal y así se lo transmitió a Sabatini, el autor del nuevo proyecto. Trasladó la puerta un poco hacia el este e hizo que sus caras fueran diferentes. La nueva situación –la actual- ganó en perspectiva.
Aspecto que presentaba en 1937, tras ser decorada por la "Asociación de Amigos de la Unión Soviética" con motivo del vigésimo aniversario de la revolución rusa. Los retratos corresponden a Litvinov, Stalin y Voroshilov.
Esta Puerta de Alcalá -la que hoy conocemos- consta de cinco vanos, los dos arcos menores, adintelados en los extremos, están dedicados a los peatones. Los tres arcos centrales son de medio punto y servían -en su día- para que pasaran los carros. Como anécdota, decir que la calle Alcalá tiene categoría de cañada real –todavía existen mojones que indican su calidad de vía pecuaria-. Por la misma Puerta pasaron durante años ovejas trashumantes y carros.
Misa celebrada en 1939, una vez finalizada la guerra, con la iconografía del momento.
En el frontón triangular que encabeza el arco central del lado oeste se colocó la inscripción “REGE CAROLO III, ANNO MDCCLXXVIII”, mientras que en la cara este se colocó el escudo borbónico, rodeado por el Toisón, rematado por una corona y sostenido por las figuras de una fama y un genio.
Detalle (Imagen: Alejandro Blanco, en Flickr.com)
La cara este consta de diez semicolumnas jónicas, mientras que en la oeste sólo hay dos en el arco central, siendo el resto pilastras. En la cornisa este hay unos niños con armas y en la oeste, unos cascos superpuestos de banderas y escudos.
Detalle (Imagen: Alejandro Blanco, en Flickr.com)
La puerta tiene una altura de 19,50 metros y fue realizada en granito de Segovia. Para los escudos, armas, yelmos y niños se empleó piedra blanca de Colmenar. Las obras de construcción duraron hasta 1778.
Como siempre ha sido un referente para Madrid y su localización ha sido privilegiada, la Puerta de Alcalá ha sido protagonista de múltiples hechos históricos. En 1823 –durante la intervención de los Cien Mil Hijos de San Luis en apoyo de Fernando VII- recibió el impacto de varios proyectiles que todavía hoy pueden contemplarse.
La puerta en la actualidad. (Imagen: Alejandro Blanco, en Flickr.com)
Un siglo después, en 1868 se derribó la cerca que abarcaba un Madrid en permanente crecimiento, razón por la que las puertas de acceso perdieron su función, por lo que desaparecieron todas menos la de Toledo, la de San Vicente y la de Alcalá, quizás, las más representativas.
En 1869 se propuso crear una plaza circular -inspirada en la Plaza de la Estrella parisina y el arco de Chalgrin- que albergara la puerta de Alcalá. La nueva plaza se denominó de la Independencia, en honor a los defensores de Zaragoza en la Guerra de la Independencia. Y éste es el emplazamiento que ha llegado hasta nuestros días.
Para terminar, apuntar como detalle histórico, que la Puerta que fue construida por un monarca, sería engalonada tiempo después por las autoridades republicanas. Durante la guerra civil la Asociación de Amigos de la Unión Soviética la vistió con retratos de líderes soviéticos y el escudo de la Unión Soviética, ocultando la original inscripción real de Carlos III.