Comenzaremos cortando el calabacín en rodajas de medio centímetro de grosor aproximadamente, para posteriormente freírlas a la plancha, con muy poquito aceite.
Una vez empiecen a dorar, lo sazonamos con sal y pimienta, y lo espolvoreamos con orégano.
Lo dejamos que se nos haga unos instantes más, y cuando lo tengamos a punto, lo retiramos del fuego, escurriendo a continuación el calabacín si fuera necesario, y sirviéndolo a la mesa casi de inmediato. |