Anoche estrenaron el nuevo programa de Telecinco donde Carmen Lomana ejerce de madame en una casa que aseguran que es de mucho glamour y lujo pero que en realidad es una cursilada barroca insufrible donde habitan nueve (diez hasta anoche que echaron a uno muy sosito que no recordaba que uno cabecea ante el rey y la bandera española y al que tiraron por un agujero, directamente).
Yo me aburrí soberanamente, aunque no sé si tanto como Jordi González, a quien no vi nada entregado a la causa. Me provocó bostezos ese pretencioso ejercicio de exquisitez donde lo primero que fallan son los profesores, que hablan fatal: Carmen Lomana, la fina, utiliza el infinitivo en vez del imperativo (dice 'subir' cuando debería decir 'subid', 'ir' por 'id', 'hacer ' por haced). Nacho Montes confunde 'influir' con 'influenciar', utiliza giros horrorosos y recuerda constantemente que lo suyo es ser comentarista de 'realities'. Y el señor a cargo de protocolo, tre-men-do: incapaz de acabar las frases, adicto a las expresiones redichas. Un drama. He de decir que, de todos, la única que me gusta es la señora Senillosa, la que intenta enseñar a comer a esas criaturas que han invadido esa casa tremebunda. Aunque como ya habíamos visto a Senillosa intentar hacer lo mismo con los concursantes de OT, la cosa pierde toda la gracia. Hay también una que fue Miss Mundo, pero no merece mayor reseña.
Eso en cuanto a los profesores. En cuanto al alumnado, qué queréis que os diga de esa caterva de chonis y macarras de gimnasio, de un pollo adicto al oro gordo, otra entregada al eyeliner a brochazos, un murciano que va de rey del mambo, una rubia imposible que se considera glamour (pero del que rima con ambipur, según el diccionario de citas de Carmen de Mairena), alguna mosquita muerta peligrosísima y, en general, mucha laca, mucho tatuaje, mucho piercing, mucho tunning y mucho horror.
¡Y esa escena de dos de los muchachos de cena en Ibiza con Lomana y sus amigos! ¡Qué forma de mirarlos tenían esos pijos, como si les hubieran llevado a dos animalitos recién salidos del zoo! ¡Qué horror!
Lo peor de toda esta basura de programa es que no sé quién merece más mi desprecio: si esos profesores que van con aire de superioridad o esos alumnos que piensan que lo más es ser una hortera con posibles:
Madre: "Yo quiero que mi hija sea una minipija, que quiera ser como su madre".
Carmen Lomana: "No sabes qué bonito es eso que estás diciendo".
La madre que los parió a todos. Del primero al último. Bueno, no a todos: yo salvaría al carpintero de Tudela (Navarra), que me hace mucha gracia y a una muchacha que lleva un peinado con onda a lo Rihanna 2009. Esos dos tienen perdón. El resto, nada, sin piedad.