Benedicto XVI arremetió contra el aborto y defendió a la familia tradicional este domingo en Barcelona, durante la consagración del templo de la Sagrada Familia. La visita del Papa a España terminó hacia las 19h25, cuando despegó del aeropuerto de la capital catalana. Seguir leyendo el arículo
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Benedicto XVI se reunió brevemente por separado con los Reyes, con los que ya se había reunido por la mañana antes de la consagración de la Sagrada Familia, y con Zapatero, cuyas leyes autorizando el matrimonio homosexual y la nueva ley del aborto fueron fustigadas por el Papa en sus homilías en Santiago de Compostela y Barcelona.
En su discurso en el aeropuerto, poco antes de despegar, el pontífice hizo un nuevo llamamiento. "Que la fe alcance nuevo vigor en este continente y se convierta en fuente de inspiración, que haga crecer la solidaridad y el servicio a todos, especialmente a los grupos humanos y a las naciones más necesitadas", dijo.
"La Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar", recordó el Papa durante la misa celebrada en la ya basílica de la Sagrada Familia, en el segundo y último día de su viaje a España.
Además, defendió a la familia como unión de un hombre y una mujer. "El amor indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural", afirmó el jefe de la Iglesia católica, que llamó a los Estados a dar "atención, protección y ayuda" a la familia tradicional y la vida humana.
A los gobiernos, les pidió "adecuadas medidas económicas y sociales" para que "el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado", "para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción" y que "la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente".
Benedicto XVI también reclamó medidas de esa índole "para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización".
El Vaticano se opone totalmente al aborto y a cualquier forma de eutanasia. "Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad", estimó el Papa sobre su visión del matrimonio.
El Papa pronuncia estas palabras cuatro meses después de que entrara en vigor, el pasado julio, la nueva ley española sobre el aborto, que el Vaticano calificó de "insensata".
La norma permite el aborto libre en las primeras 14 semanas de embarazo y lo autoriza de modo excepcional hasta las 22 semanas en caso de "riesgo para la vida y la salud" de la madre o de "graves malformaciones del feto". Se podrá practicar sin límite de tiempo en caso de "enfermedad extremadamente grave e incurable del feto", tras el examen y decisión de un comité médico.
Tanto esta ley como la del matrimonio homosexual, aprobada en el año 2005, generaron la oposición del Vaticano, de la jerarquía de la Iglesia española y del principal partido de la oposición, el PP, que las recurrió ante el Tribunal Constitucional. El líder del PP, Mariano Rajoy, dijo recientemente que si llega al Gobierno reformaría ambas leyes.
El Papa, que el sábado denunció además el regreso a España de un movimiento anticlerical "agresivo", pronunció esas palabras en una misa en la que consagró la Sagrada Familia, obra cumbre del arquitecto modernista catalán Antoni Gaudí, aún en construcción.
Con una oración y rociando el interior con agua bendita, Benedicto XVI dedicó a Dios el templo, que en adelante será basílica y en ella podrán celebrarse misas.
La Sagrada Familia, original iglesia que supera el modernismo cuya construcción se financia exclusivamente con donativos, empezó a construcción hace 128 años y su conclusión se prevé en 2026. Tras la misa, el Papa inauguró los trabajos de construcción de una residencia del instituto Obra Nen Deu, que acoge a niños autistas y discapacitados psíquicos.