Mi vida, rosa marchita que en lo alto del rosal terminable y temporal mortal el viento agita y pasando una página más, ya escrita, pone fin a una vida extinta. El paso del tiempo ya secó, seca y estéril en el rosal quedó, nunca unos ojos la vieron, nunca su corazón abrieron ni unas manos, osaron ni atrevieron su tallo cortar y llevar para sí, vi en silencio el lento paso del tiempo, las arpías garras de la soledad que día tras día sin necesidad hirieron con su olvido... Frío viento sin tempestad con paso lento y adormecido que ordena con su fría palabra y condena con su firme verdad.
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