Se puede hacer mucho con la diplomacia, pero desde luego se puede hacer mucho más si la diplomacia está respaldada por la imparcialidad y la fuerza.
-- Conferencia de prensa conjunta con el Primer Ministro de Iraq, Tariq Aziz, Bagdad, 23 de febrero de 1998.
Había millones de personas alrededor del mundo esperando una solución pacífica y rezando por nosotros -- por esto es que en Bagdad dije que nunca se debe subestimar al poder de la oración.
-- Comentarios al regresar a la sede de la ONU tras la misión a Iraq, 24 de febrero, 1998.
Cuando hablo de las Naciones Unidas, no solamente hablo del personal y de quienes estamos en este edificio. Estoy hablando de las Naciones Unidas de "Nosotros los Pueblos". Cuando hacemos un esfuerzo común mundial y colaboramos para resolver un problema, casi siempre lo podemos hacer. En estas crisis, cuando el mundo se reúne, las cosas suceden. Juntos somos el poder último. Si reunimos nuestros esfuerzos, podemos lograr casi cualquier cosa -- todos nosotros alrededor del mundo - "Nosotros los Pueblos".
-- Ibid
DESARME
Las armas en sí no causan las guerras. Pero un exceso de armas alimenta la sospecha y la falta de confianza que pueden elevar las tensiones y conducir al conflicto violento.
-- Discurso ante la Conferencia de Desarme, Ginebra, 30 de enero, 1997 (SG/SM/6151)
Una de las herramientas más monstruosas de guerra ha sido declarada intolerable por todos los Estados parte. Nosotros reunidos aquí en La Haya no necesitamos ver más lejos que los campos de Flandes o las calles de Halabjah para ver pruebas de cómo nuestro siglo ha sido marcado y avergonzado por el uso de armas químicas. Sin embargo, lo que podemos hacer es asegurarnos de que nunca vuelvan a ser parte del arsenal de un país, que nunca más vuelvan a ser el flagelo de algún campo de batalla, ni la ruina silenciosa pero certera de alguna población civil.
-- Discurso ante la Primera Conferencia de Estados Parte de la Convención de Armas Químicas, La Haya, 6 de mayo, 1997 (SG/SM/6232)
Debemos hacer más para librar a nuestro mundo de las malévolas armas cuyos objetivo principal son los inocentes de cualquier conflicto -- las mujeres y los niños.
-- Ibid
Hay un nuevo y creciente consenso en que la proliferación de armas de cualquier tipo -- sean armas de destrucción masiva o armas pequeñas -- inherentemente constituye una amenaza a la paz.
-- Discurso ante la Conferencia Diplomática sobre Minas Terrestres, Oslo, 3 de septiembre, 1997 (SG/SM/6313)
Cada mina terrestre retirada puede significar una vida salvada. Pero también sabemos que por cada cien mil minas removidas cada año, son colocadas al mismo tiempo entre dos y cinco millones. La presencia -- o aún el miedo de su presencia -- de solamente una mina puede prevenir el cultivo de un campo entero, robándole a una familia o quizás a toda una aldea su subsistencia.
-- Ibid
La alianza mundial que creó esta Convención es una alianza compuesta por individuos y gobiernos, por movimientos populares y organizaciones mundiales humanitarias. Es una alianza que ha avergonzado e iluminado al mundo, revelado sus pretextos y su potencial. Nos ha colocado frente a un espejo que revela la maldad de la insensatez humana y la sabiduría del valor humano. Ha hecho de la "comunidad internacional" una realidad viva y próspera, y no solamente la esperanza de un futuro distante. Solamente una comunidad internacional viva y próspera podría reunirse más allá de fronteras y regiones, para eliminar esta plaga universal... Su éxito es un recordatorio bienvenido de que uno no tiene que ser una super-potencia mundial para influir en el futuro de la paz y seguridad internacionales.
-- Discurso en la ceremonia de firma de la Convención sobre la Prohibición del Uso, Almacenamiento, Producción y Transferencia de Minas Terrestres Antipersonales, Ottawa, 3 de diciembre 1997 (SG/SM/6410/Rev.1) |