Edgar F. Mauer opina que muchos fenómenos son atribuibles a algunos estados patológicos de la vista: las células diferenciadas en el humor vítreo pueden proyectar sombras en la retina, siendo éstas percibidas como puntos en movimiento y la presión del viento sobre los ojos puede provocar también la visión de pseudo luces.
Hay una larga lista de afecciones psicopatológicas que dan origen a estados alucinatorios. En estos casos el sujeto ve efectivamente «algo» que no tiene existencia material comprobada. Según Pierre Delval pueden producirse visiones de imágenes luminosas que, inconscientemente o no, son animadas por el protagonista en función de su propio mundo interior.
También el cerebro -según Alain Gadmer- es capaz de fabricar ciertas observaciones en función de meras analogías; la información percibida es tratada de acuerdo a elementos anteriormente memorizados.
Los elementos más cotidianos y corrientes, también pueden interpretarse de una manera totalmente fantástica cuando el sujeto está bajo la influencia de ciertas drogas o del alcohol y son muchos los que opinan que esta es la circunstancia presente en los fenómenos ovni.