Del indolente
¿Será que el indolente siempre gana,
será que el corazón no siempre vence,
que hay quien prefiere huir a que condense
su sentir más profundo en la mañana?
Qué fácil es no oir cierta campana,
que en plena realidad hace que tense
lo cierto y lo venial, sin que compense
la auténtica razón de su desgana.
Y menos se ha de oir la paz que mana
de haber jugado todo a quien hoy piense
tan sólo en su desdén con fuga insana.
O sea ni en él hay quien mejor cense
lo incierto en que se pierde su fe enana,
frente a un amor que aguarda a que comience.