Llevamos tres cuartos y medio de un año sin poder dejarnos de hablar, sin poder caminar solos somos como dos niños con una única e inexorable necesidad vernos cada día disfrutar cada segundo de compañía con el otro y es que me he vuelto un yonqui, tu sonrisa es la heroína que alimenta cada mañana, mediodía y noche cada instante de mi vida tengo un requerimiento imposible de olvidar verte ese guiño en tus labios, de que vuelvas a ser esa chiquilina que siempre fuiste, que siempre serás, esa que alivia las almas esa que piensa en los demás, aunque nuestros caminos sean distintos aunque yo me tenga que buscar nuevas praderas y musas tu debes saber que siempre que estés triste apareceré para robarte sonrisas y aunque este poema sea mas lágrima que sonrisa siempre nos podremos ver como dos extraños en cualquier bar, en cualquier lugar en nuestra cama preferida en el TODO general en esa vida, que algún día nos vea y sonría.
|