Vivía en un mundo aparte, como ausente, entre la indiferencia y el olvido, condenado a vagar eternamente buscando el rastro de un amor perdido.
Cruzó la calle a riesgo de su vida buscando la taberna de una esquina, y pidiendo una copa de bebida, acarició su forma femenina.
Bebió el alcohol comodesesperado, sabiendo que era otro traidor amigo, y salió hacia la calle despistado, alzando las solapas del abrigo.
Se detuvo al pasar frente a un espejo, quedándose un instante pensativo, observando el fantasma del reflejo como si fuera el de un desconocido,
Después volvió a su mundo imaginario sumiéndose en profundas inquietudes, y prosiguió su absurdo itinerario, perdido entre sus propias multitudes. |