TRES AÑOS ME SEPARAN DEL INFIERNO, DE AQUELLOS DÍAS GRISES SIN SENTIDO, DE AQUÉL ETERNO FRÍO DEL INVIERNO DE AQUÉL LUGAR DEL ALMA TAN SOMBRÍO.
VIVÍ MUCHO TIEMPO EN ESA HOGUERA DE LLAMAS CONGELADAS POR EL MIEDO Y SUFRÍ DE UNA Y MIL MANERAS ARDIENDO PRISIONERO DE AQUEL FUEGO.
PERO NUNCA QUISE DARME POR VENCIDO Y SABIENDO QUE YO SOLO NO SALDRÍA EMPECÉ A BUSCAR CASI AL DESCUIDO A UN ÁNGEL REDENTOR DE MI DESDICHA.
Y TE ENCONTRÉ EN ESE MAR ESPERANZADO, DONDE LOS NÁUFRAGOS ESTÁN A LA DERIVA, NAVEGANDO Y ESPERANDO A UN SER ALADO QUE LES DEVUELVA LAS ANSIAS POR LA VIDA.
PERO NO ERAS UN ANGEL TODAVÍA, ERAS UN NÁUFRAGO MÁS VIENDO A LO LEJOS Y ESTABAS TAN RABIOSA Y ABATIDA QUE VERTE FUE MIRAR EN UN ESPEJO.
TAL VEZ POR ESO TE PROPUSE VERNOS. AL PURGATORIO ASPIRAMOS AL PRINCIPIO SÓLO PARA SALIR DEL AQUEL INFIERNO SIN PRETENSIONES DE LLEGAR A NINGÚN SITIO.
LOS DÍAS ME PARECIERON YA MÁS CLAROS IRRADIADOS POR UN SOL RESPLANDECIENTE, NOCHES ILUMINADAS POR EL FARO DE UN AMOR QUE FUE CRECIENDO LENTAMENTE.
POR FIN APARECIERON NUESTRAS ALAS LAS ALAS DE LOS ANGELES CAIDOS Y VOLARON HASTA EL CIELO NUESTRAS ALMAS HASTA ESE CIELO QUE HABÍAMOS PERDIDO.